Vida Moderna
Ansiedad: ocho alimentos para reducirla
La ansiedad afecta a hombres y mujeres por igual.
Sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad con frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Además, explicó que los signos y síntomas de la ansiedad más comunes incluyen los siguientes:
- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Respiración acelerada (hiperventilación).
- Sudoración.
- Temblores.
- Sensación de debilidad o cansancio.
- Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual.
- Tener problemas para conciliar el sueño.
- Padecer problemas gastrointestinales (GI).
- Tener dificultades para controlar las preocupaciones.
- Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad.}
Asimismo, la Sociedad Española de Medicina Interna explicó que existen varios tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:
- Trastorno de ansiedad generalizada: las personas con este trastorno se preocupan por problemas comunes como la salud, el dinero, el trabajo y la familia. Sus preocupaciones son excesivas y las tienen casi todos los días durante al menos seis meses.
- Trastorno de pánico: las personas con trastorno sufren de ataques de pánico. Estos son repentinos y repetidos, con momentos de miedo intenso sin que exista un peligro aparente. Los ataques se producen rápidamente y pueden durar varios minutos o más.
- Fobias: las personas con fobias tienen un miedo intenso a algo que representa poco o ningún peligro real. Su miedo puede ser por arañas, volar, ir a lugares concurridos o estar en situaciones sociales extremas (conocida como ansiedad social).
- Trastorno obsesivo-compulsivo: incluye pensamientos o acciones no voluntarias que el paciente no puede dejar de pensar o hacer para no generar ansiedad. En todo caso, el sujeto reconoce el carácter absurdo de sus pensamientos o acciones. Por ejemplo: lavarse las manos de forma frecuente.
- Trastorno por estrés postraumático: se da en aquellos casos en los que se presentan secuelas psicológicas desagradables tras el impacto de un trauma emocional, una guerra, una violación, etc. Se caracteriza por los recuerdos persistentes del suceso traumático, un estado emocional con exaltada vigilancia y la reducción general de interés por los sucesos cotidianos.
Dicho lo anterior, el portal The Objective reveló ocho alimentos para reducir la ansiedad:
1. Verduras.
2. Probióticos.
3. Arándanos, moras y cerezas.
5. Legumbres.
6. Alimentos integrales.
7. Chocolate negro.
8. Cúrcuma.
De todos modos, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Por su parte, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indicó que que los principales tratamientos para los trastornos de ansiedad son psicoterapia (terapia de conversación), medicamentos o ambos, son:
- La terapia cognitiva conductual es un tipo de psicoterapia que a menudo se usa para tratar los trastornos de ansiedad. Enseña diferentes formas de pensar y comportarse. Puede ayudar a cambiar cómo una persona reacciona ante las cosas que le causan miedo y ansiedad. Puede incluir terapia de exposición, la que se enfoca en confrontar sus miedos para que pueda hacer las cosas que ha estado evitando.
- Los medicamentos para tratar los trastornos de ansiedad incluyen medicamentos contra la ansiedad y ciertos antidepresivos. Algunos tipos de medicamentos pueden funcionar mejor para tipos específicos de trastornos de ansiedad. Se debe comunicar con un profesional para identificar qué medicamento es mejor para la salud.