Hablan los expertos

“Si tiene apnea y no se cuida puede morir en ocho años”

Casi nadie sabe que ronca y menos que deja de respirar por microsengundos. Pero si este trastorno de sueño no se detecta y trata a tiempo puede ocasionar hipertensión, infartos o derrames. Miguel Dávila Silva, neurólogo experto en el tema cuenta cómo tratar la apnea de sueño.

23 de marzo de 2019
La apnea es un trastorno frecuente en la población. | Foto: SEMANA

Hay una apnea voluntaria y es la de los nadadores. La práctica, por ejemplo Sofía Gómez, quien logró un récord mundial en 2017 al sostener la respiración bajo el agua por dos minutos y 27 segundos. Pero hay unos apneistas que dejan de respirar en las profundidades de su sueño, sin que nadie, ni siquiera ellos mismos lo sepan.

puede dar a cualquier edad: en el recién nacido, en el bebé prematuro, pero es más prevalente en los más viejos y en gordos

Es una apnea involuntaria, debido a una obstrucción en la estructura que lleva aire al pulmón y que provoca una pausa respiratoria durante por lo menos 10 segundos, en la cual hay una baja de nivel de oxígeno, cambios en el corazón y en la presión arterial. “Es decir,  produce una cascada de eventos metabólicos y neurológicos que al suceder varias veces en la noche, convierte a este trastorno en una enfermedad muy seria”, dice Miguel Dávila Silva, neurólogo y médico del sueño.

La apnea está íntimamente ligada al ronquido. No existe apnea de sueño sin roncar aunque puede haber roncadores que no tengan apnea. El ronquido se produce cuando la persona se acuesta a dormir y se genera una presión atmosférica en la estructura por donde pasa el aire. “La lengua pesa, las estructuras alrededor pesan y eso reduce la luz del sitio o tubo por donde pasa el aire”, explica Dávila. El ronquido es aire vibrando por ese tubo. En ciertos casos la oclusión es total o subtotal. Por eso hay varios tipos de apnea.

La apnea es un trastorno frecuente en la población. Los factores de riesgo son el sexo (ser hombre)  y la vejez. “Los delgados, jóvenes y las personas del sexo femenino tienen menos propensión”, dice. Pero ellas compiten con los varones con sus ronquidos después de la menopausia pues la grasa se deposita en el cuello y genera presión por el tubo de aire. “Entonces a los 55 años vemos parejas muy ruidosas en las noches, y no es necesariamente por el entusiasmo”.  La apnea, sin embargo, puede dar a cualquier edad: en el recién nacido, en el bebé prematuro, pero es más prevalente en los más viejos y en gordos.

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Según Dávila un factor que influye en la aparición de este trastorno es la genética. Hay personas que heredan de sus padres el tipo de ’chimenea’, es decir, de esa parte de la garganta por donde pasa el aire. “Tienen el cuello corto y  ancho y papada y quijada pequeña. Pero también predispone ser obeso”. Es raro que una persona tenga apnea del sueño y nunca nadie la haya oído roncar. Pero no todas las personas que roncan presentan apnea. El ronquido es el preludio y por eso importante saber si una persona ronca.

Esta pesquisa, sin embargo, se debe hacer con los familiares más cercanos porque el que ronca no sabe que lo hace. “Incluso hay que interrogar a los vecinos de cuarto y de cama y, eventualmente, de casa porque hay ronquidos que traspasan las paredes de una casa y llegan a la otra. Parece mentiras pero he registrado 80 decibeles en un colega roncador joven con sobrepeso. La turbina de un jet tiene 130, ¿ustedes se imaginan 80? Es mucho ruido, es un motor diésel prendido a toda sin tubo de escape. Puede ser importante y dejar sordo al sujeto que lo genera y al que lo está oyendo, además de que perturba el sueño de los demás”.

El tratamiento básico es higiene general de sueño, que implica dormir lo justo y cuando toca

Por lo general hay gente que ronca mucho en sueño profundo pero los que sufren de apnea no llegan al sueño profundo porque tienen la obstrucción. Luego de eso viene la lucha contra la obstrucción pues el sistema nervioso está preparado para que el individuo no muera y utiliza los músculos auxiliares de la respiración para lograr más aire. Esto logra destapar la obstrucción.  Mientras tanto la persona se despierta un poquito. Y esos micro despertares hacen que vuelva a tener respiración normal pero al final el sujeto duerma muy mal. “eso al otro día está somnoliento y con mayor riesgo de todo tipo de accidentes”.

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A veces los cónyuges propinan codazos para que la persona que ronca cambie de posición y deje de hacerlo. Pero, según el experto,  el ‘codazo salvador’, como él lo define, no es suficiente porque “todos dormimos y nos despertamos cada 90 minutos. El cónyuge está acostumbrado a que el marido ronque, en un momento le da el codazo para que deje de hacer ruido,  el roncador se despierta a medias, da la vuelta y eso le da tiempo a la otra persona de quedarse dormida. Pero eso no es buen tratamiento porque no cura”.

Hay que ir más a fondo y eso implica hacer un estudio de sueño o  polisomnografía basal. El estudio de sueño contabiliza cuántos episodios de apnea hace una persona por hora. Si tiene  menos de cinco por hora es normal; de 5 a 15 es leve y se le da tratamiento básico; pero si tiene más de 30 es grave y hay que tomar medidas.

Una manera de detectar el trastorno es observar si la gente vive somnolienta o se duerme en todas partes

El tratamiento básico es higiene general de sueño, que implica dormir lo justo y cuando toca. Lo justo es ocho horas y cuando toca es por la noche y no de día, para no interferir en el metabolismo de un sujeto. “Los turnos en la noche son riesgosos”, dice Dávila. Además, la gente que duerme mal tiende a comer mal y a ser obeso “y si es obeso tiene más factores para apnea”, explica Dávila. La higiene del sueño también implica dormir a oscuras sin aparatos luminosos que, según él, son malisimos para la salud. “Hay que evitarlos dos horas antes de dormirse o usar gafas que filtren la luz”.

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La apnea puede generar Infarto y derrame. El tiempo de vida después de empezar el trastorno oscila entre 8 a 20 años. “La gente se muere por cualquiera de estas enfermedades porque afecta la salud cardiovascular y la neurológica”, agrega el experto. La hipertensión puede ser consecuencia de la apnea pues con cada episodio de obstrucción sube la presión arterial y “si sube una vez por un minuto termina produciendo la cascada de catecolaminas y generando hipertensión, lo cual es riesgo para tener hemorragia en el cerebro o infarto”.

La buena noticia es que hay forma de tratar este trastorno. Consiste en poner aire a presión positiva a través de las vías aéreas con un aparato que es como una aspiradora de polvo, pero invertida. Se conocen como nCPAB y las ofrecen las EPS como tratamiento.  

El que tiene apnea duerme mal y no lo sabe. Por eso, una manera de detectar el trastorno es observar si la gente vive somnolienta o se duerme en todas partes. “La gente cree que el trastorno de sueño es no poder dormir, pero dormir en exceso, no solo es un problema en sí mismo sino un síntoma importante de este trastorno”, concluye el experto.