Vida Moderna
Arritmia cardíaca asintomática: cómo detectarla
Una arritmia puede no causar daño, ser una señal de otros problemas cardíacos o un peligro inmediato para su salud.
Una arritmia cardíaca es un latido irregular del corazón y ocurre cuando los impulsos eléctricos que coordinan los latidos del corazón no funcionan adecuadamente, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
No obstante, las arritmias cardíacas pueden no causar ningún signo o síntoma, pero en general los signos y síntomas de las arritmias incluyen:
- Un aleteo en el pecho.
- Latidos cardíacos acelerados (taquicardia).
- Latidos cardíacos lentos (bradicardia).
- Dolor en el pecho.
- Falta de aliento.
Asimismo, otros síntomas pueden incluir:
- Ansiedad.
- Fatiga.
- Vahído o mareos.
- Sudoración.
- Desmayo (síncope) o casi desmayo.
Respecto a los factores que pueden causar una arritmia se incluyen:
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- Ataque cardíaco actual o cicatrización de un ataque cardíaco anterior.
- Arterias obstruidas en el corazón (enfermedad arterial coronaria).
- Cambios en la estructura del corazón, como por una miocardiopatía.
- Diabetes.
- Presión arterial alta.
- Infección por el virus de la Covid-19.
- Glándula tiroides hiperactiva (hipertiroidismo).
- Apnea del sueño.
- Glándula tiroides hipoactiva (hipotiroidismo).
- Determinados medicamentos, incluidos los del resfriado y la alergia, comprados sin receta médica.
- Consumo excesivo de alcohol o cafeína.
- Abuso de drogas ilícitas.
- Genética.
- Hábito de fumar.
- Estrés o ansiedad.
Sobre la misma línea, ciertas arritmias pueden aumentar el riesgo de sufrir afecciones como, por ejemplo, un accidente cerebrovascular, pues las arritmias cardíacas se asocian con un mayor riesgo de coágulos sanguíneos. Si un coágulo se desprende, puede viajar desde el corazón hasta el cerebro. Allí podría bloquear el flujo sanguíneo y causar un accidente cerebrovascular y, si una persona tiene una arritmia cardíaca, el riesgo de accidente cerebrovascular aumenta si tiene una enfermedad cardíaca existente o si tiene 65 años o más.
Otra afección podría ser una insuficiencia cardíaca y esta puede resultar si el corazón está bombeando de manera ineficaz durante un período prolongado debido a una bradicardia o taquicardia, como la fibrilación auricular. Algunas veces, controlar el ritmo de una arritmia que está causando insuficiencia cardíaca puede mejorar la función del corazón.
Así las cosas para cuidar el corazón se debe:
1. Realizar ejercicio la mayoría de los días de la semana durante y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos; o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos, aunque, se vale también una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
2. Tener una dieta saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas y menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
3. No fumar ni consumir tabaco: las sustancias químicas del tabaco pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos. El humo del cigarrillo reduce el oxígeno en la sangre, lo que aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, porque el corazón tiene que esforzarse más para suministrar suficiente oxígeno al organismo y al cerebro.
4. Dormir bien: la mayoría de los adultos necesitan de siete a ocho horas de sueño por noche para una buena salud.
5. Beber alcohol con moderación: para los adultos sanos, esto significa hasta una copa por día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres menores de 65 años.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y, por ello, lo primero que se debe hacer es consultar a un experto de la salud, para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.