SALUD
Así es como el brócoli ayuda a mantener sano y fuerte el cerebro
Esta hortaliza aporta cantidad de vitaminas y minerales que son esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
El brócoli es uno de los alimentos más saludables y nutritivos que existen para la dieta diaria. Esta hortaliza de la familia de las coles aporta una gran cantidad de vitaminas y minerales, que son esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.
Una ración de 200 gramos de este vegetal cubre las necesidades diarias de vitamina C de un adulto, ya que aporta casi el cuádruple de las que se necesita. También satisface los requerimientos diarios de ácido fólico y dos terceras partes de los de vitamina A, asegura el portal Cuerpo Mente.
El brócoli contiene selenio, potasio, calcio vegetal, fibra, vitaminas del complejo B y proteínas vegetales, además de fitoquímicos (glucosinolatos y flavonoides), que pueden ofrecer beneficios al organismo, indica el portal Salud Digital.
Los flavonoides poseen una fuerte acción antioxidante que tiene la capacidad de evitar la oxidación de lípidos en el organismo, así como de neutralizar los efectos negativos de los radicales libres en cada célula, según una investigación publicada en Free Radical Research.
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El brócoli, además, es reconocido por ser un alimento clave para la salud del cerebro. De acuerdo con el sitio web Cuerpo Mente, es un alimento que mejora la conexión entre las neuronas.
El sulforafano, una sustancia anticancerígena que contiene este vegetal, aumenta las denominadas “proteínas de choque térmico” que mejoran la comunicación entre neuronas a través de las sinapsis. “Esta propiedad del sulforafano ha hecho que se investigue su utilidad en el tratamiento del autismo, pues el comportamiento de las personas afectadas por esta enfermedad mejora cuando se estimulan estas proteínas”, asegura el mencionado portal.
Otra de las bondades que se le atribuyen a esta hortaliza es que evita la oxidación del cerebro. El estrés oxidativo que causan los radicales libres en todos los órganos del cuerpo, incluido el cerebro, son causa de inflamación, enfermedad y degeneración.
Si bien el organismo tiene sus propios recursos antioxidantes, los alimentos aportan muchos compuestos que le ayudan a combatir los radicales. El sulforafano es uno de ellos, como ocurre con la vitaminas C y E y minerales como el selenio o compuestos vegetales como el betacaroteno.
Sin embargo, según los expertos, el sulforafano es la molécula natural con mayor capacidad para aumentar los niveles de Nrf2, el cual desencadena la respuesta antioxidante en el cuerpo.
De igual forma, pone en marcha las mitocondrias, que son orgánulos de las células cuya función es producir energía a partir de la glucosa, de ácidos grasos o de proteínas. Cuando una persona se siente cansada, una razón puede ser que las mitocondrias no están funcionando como deberían hacerlo. Una vez más el sulforafano es capaz de aumentar el número y mejorar el funcionamiento de las mitocondrias y, con ello, se equilibra el metabolismo.
El portal Cuerpo Mente indica que el brócoli reduce la inflamación o neuroinflamación del cerebro, que está detrás de muchos trastornos degenerativos que pueden afectar este órgano. Las personas con un exceso de inflamación muestran niveles altos de una proteína llamada NF-kappa-beta, un complejo protéico que controla la transcripción del ADN.
Otros aliados del cerebro
La deficiencia de hierro, mineral que se encuentra en las carnes rojas y el hígado, se ha considerado una causa común de mala concentración en varios estudios. El hierro es fundamental para oxigenar el cerebro, por ello lo ideal es consumir los productos que lo contengan.
Casi todas las frutas tienen un efecto positivo en el rendimiento del cerebro. Los aguacates, en particular, pueden mejorar la circulación sanguínea en esta parte del cuerpo. Esto se debe principalmente al alto contenido de grasas monoinsaturadas. Otras frutas que tienen una influencia positiva y ayudan a recuperar información más rápidamente son los melones, sandías, ciruelas, piñas, naranjas, manzanas, kiwis, melocotones, uvas y cerezas.
Ricos en vitamina B y lecitina, los huevos son una buena fuente de ácidos grasos saturados. La yema también tiene un alto contenido de colina, un componente esencial de las células cerebrales, indica el mencionado sitio web.
Por último, los productos lácteos como el queso, la leche y el yogur son ricos en calcio, lo que apoya la función de los nervios. El yogur en particular contiene tirosinas y aminoácidos que son responsables de la producción de neurotransmisores, los cuales permiten que las células nerviosas transmitan estímulos eléctricos que son cruciales para la función cerebral.