Salud

Así es como el magnesio puede ayudar a combatir los problemas para conciliar el sueño

Según explican los expertos, el insomnio puede afectar la memoria y la concentración.

30 de diciembre de 2021
Los trastornos del sueño están directamente vinculados con la ansiedad producida por el estrés, pues al no canalizar correctamente las emociones estas se manifiestan en insomnio. Foto: Pantherstock

Algunas personas consideran que dormir no es importante para el organismo. Hay quienes prefieren trasnochar hasta tarde viendo películas, revisando el celular o realizando cualquier otra actividad. Hacer esto con mucha frecuencia es perjudicial para la salud. Dormir no solo es importante para recuperar energía, sino que beneficia al cerebro y a todo el organismo.

“El descanso afecta casi todos los tejidos de nuestro cuerpo. Afecta las hormonas de crecimiento y del estrés, nuestro sistema inmunitario, el apetito, la respiración, la presión arterial y la salud cardiovascular”, explica el galeno Michael Twery, experto del NIH (Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos) en el sueño.

El insomnio es uno de los trastornos del sueño más común en las personas. Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación señala sus síntomas:

  • Dificultad para conciliar el sueño a la noche.
  • Despertarse durante la noche.
  • Despertarse muy temprano.
  • No sentirse bien descansado después del sueño nocturno.
  • Cansancio o somnolencia diurnos.
  • Irritabilidad, depresión o ansiedad.
  • Dificultad para prestar atención, concentrarse en las tareas o recordar.
  • Aumento de los errores o los accidentes.
  • Preocupaciones constantes respecto del sueño.

De acuerdo con el NIH, el insomnio puede tener efectos negativos en la memoria y la concentración. “El insomnio crónico aumenta el riesgo de hipertensión arterial, enfermedad coronaria, diabetes y cáncer”. Por ello es importante consultar al médico para iniciar un tratamiento oportuno, el cual dependerá de la causa del insomnio. Existen dos tipos: insomnio primario y secundario.

El primero se caracteriza por ser un trastorno independiente, del cual no se conoce muy bien su causa. Frecuentemente solo dura un mes. El estrés, los viajes, horarios laborales y las preocupaciones pueden provocarlo.

Por su parte, el insomnio secundario es un síntoma o efecto secundario de otra afección. “Entre los trastornos emocionales que pueden causar insomnio están la depresión, la ansiedad y el trastorno por estrés postraumático”, explica el NIH. El alzhéimer y el párkinson también son algunas de las enfermedades que pueden causar este trastorno de sueño

De acuerdo con el portal Mejor con Salud, algunas investigaciones han señalado que el magnesio podría ayudar a combatir los problemas de sueño. “Algunos estudios científicos señalaron que la ingesta de este mineral en adultos con problemas graves de insomnio mejoró sus condiciones al momento de iniciar el sueño”.

Según explica el estudio “Suplementación oral de magnesio para el insomnio en adultos mayores: revisión sistemática y metaanálisis”, aunque el magnesio es un mineral asequible para las personas, aún no hay evidencia suficiente para confirmar que ayuda a combatir el insomnio. Sin embargo, esta investigación destaca que “dado que el magnesio oral es muy barato y está ampliamente disponible, la evidencia de los ECA puede respaldar los suplementos de magnesio oral (cantidades inferiores a un gramo administradas hasta tres veces al día) para los síntomas del insomnio”.

Además de ser consumido como suplemento oral, también pueden incluirse alimentos que lo contengan como los vegetales de hojas verdes (espinaca y brócoli, especialmente), legumbres, nueces, banano, yogur y el pescado.

¿Cómo dormir mejor?

Para conciliar el sueño también es importante tener hábitos saludables que contribuyan a esto. Debido al trabajo, algunas personas no pueden dormir en la noche o las horas suficientes. Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, brinda algunas recomendaciones para mejorar la calidad del sueño:

  • Tomar siestas y aumentar la cantidad de tiempo disponible para dormir.
  • Mantener las luces prendidas en el lugar de trabajo.
  • Limitar los cambios de turno para permitir que el cuerpo se ajuste.
  • Consumir cafeína sólo al comienzo del turno.
  • Remover las fuentes de sonido y luz durante el descanso diurno (por ejemplo, usar cortinas que bloqueen la luz).