MEDICINA
Así es un trasplante de pene
El procedimiento marcó un hito en la historia y beneficiará a millones de hombres que sufren lesiones graves en el órgano sexual. SEMANA explica cómo se logra esta hazaña.
Los hombres pueden respirar más tranquilos. Ahora es posible reemplazar el pene y el escroto con éxito. Aunque muchos no lo creen viable, este órgano puede sufrir amputaciones debido a traumas, cáncer de pene, circuncisiones mal hechas o lesiones deportivas. La mayoría de estas involucran los genitales externos, incluidos los testículos, el escroto, el pene y la uretra, lo que afecta sus capacidades sexuales, reproductivas y la de orinar con normalidad.
En Colombia no existen cifras exactas de los traumas genitourinarios que dejó la guerra, pero los expertos calculan que al menos 3.000 miembros de las Fuerzas Armadas presentan algún tipo de trauma en esta area. “En una población cuyo índice de violencia es alto, son comunes las heridas por armas de fuego, agentes explosivos o minas antipersonal”, asegura Sergio Rubiano, coordinador del servicio de urología de la Universidad de La Sabana. Por eso, la operación realizada por cirujanos de Estados Unidos representa un hito histórico no solo para la ciencia, sino para todos aquellos que diariamente pierden estos órganos.
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Para la intervención, realizada con éxito en el Hospital Johns Hopkins, en Baltimore, los cirujanos aplicaron un método que suplanta múltiples tejidos como músculos, huesos y piel. En el caso de este trasplante, usaron el pene, el escroto (sin los testículos) y parte de la pared abdominal de un donante fallecido.
La cirugía implicó conectar tres arterias, cuatro venas y dos nervios bajo el microscopio. Para lograrlo, nueve cirujanos y dos urólogos, además de anestesiólogos, enfermeras y técnicos quirúrgicos necesitaron catorce horas para terminar. Un lapso largo pues otras cirugías como la del corazón, por lo general, no toman más de ocho a diez horas.
Según Rubiano, se trata de una operación realmente difícil, pues requiere usar microscopios y suturas más delgadas que un cabello. “Sin demeritar el trasplante de otros órganos, el sistema genitourinario no es solo una vía urinaria o excretora, sino que está integrada a una función sexual. En el fondo se trata de que la persona pueda volver a desempeñar normalmente su vida sexual”, asegura el experto.
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Aunque anteriormente ya se habían realizado dos trasplantes de pene, uno en 2006 en China que no salió bien y otro exitoso en 2014 en Sudáfrica, esta es la primera vez un equipo realiza un trasplante total de pene y escroto. La novedad, según explica Rubiano, es que “se utilizó el tejido de otra persona”, pues en la mayoría de estos casos la reconstrucción se hace con tejido de otras partes del cuerpo y una prótesis para lograr la erección.
Un aspecto llamativo de esta intervención es que los testículos no se transfirieron durante el procedimiento. En caso de haberse hecho, el nuevo huésped habría podido reproducirse, pero con espermatozoides ajenos.
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El joven de 21 años, que decidió mantener su nombre en reserva, había sufrido la herida en un combate de Afganistán. El paciente está en observación, pues como en cualquier trasplante, existe el riesgo de rechazo. Por eso, deberá tomar drogas inmunosupresoras por el resto de su vida. Aunque según los cirujanos el paciente podrá recuperar las funciones normales, queda abierta una pregunta: ¿cómo reaccionarán el cerebro y la médula espinal a este nuevo órgano? ¿Esta técnica médica le devolverá un funcionamiento óptimo sexual? Rubiano asegura que “ese puede ser uno de los problemas críticos, pues los nervios no se regeneran y es muy probable que la funcionalidad no sea igual”. Por ahora, no se sabe. Solo el tiempo y el paciente lo dirán.