Cuando la sangre está sucia se puede sufrir síntomas como: catarros y resfriados de manera habitual, problemas de piel, dermatitis, sequedad, úlceras cutáneas, manchas o enrojecimientos y el cabello es frágil. Foto: GettyImages.
Los problemas circulatorios pueden estar relacionados con la alimentación. | Foto: Foto Gettyimages

Vida Moderna

Así se puede saber si hay problemas de circulación en el cuerpo

La mala circulación se puede presentar cuando hay enfermedades de base, como el colesterol y la presión arterial.

21 de abril de 2022

El sistema circulatorio está formado por vasos sanguíneos que transportan la sangre desde y hacia el corazón. Además, lleva oxígeno, nutrientes y hormonas a las células y elimina productos de desecho como el dióxido de carbono, de acuerdo con el portal sobre salud KidsHealth.

Además, los problemas circulatorios y del corazón se agrupan en dos categorías: congénitos, lo que significa que el problema estaba presente en el momento del nacimiento; y adquiridos, lo que significa que los problemas se desarrollaron en algún momento de la infancia, la niñez, la adolescencia o la vida adulta.

Dicho lo anterior, el portal de la Clínica Vasculine reveló que los síntomas más frecuentes que presentan los pacientes con mala circulación son: “quemazón en las piernas; presencia de pequeños vasos; hormigueos, pinchazos o adormecimiento de las piernas; calambres en las piernas; manchas rojas en las piernas; piel fría, seca o escamosa; coloración pálida o azulada en las zonas afectadas; grietas en la zona de los talones; zona de los tobillos y pies hinchadas”.

Asimismo, cuando una persona tiene mala circulación puede presentar fatiga, edema, mareos, dolor de cabeza, manos y pies fríos, dolor en las piernas, calambres musculares, latidos cardíacos irregulares, pérdida de cabello y sequedad de la piel, entumecimiento, entre otras.

Por su parte, algunas recomendaciones para mejorar la circulación sanguínea, según Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación y Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, son:

1. Hacer ejercicio. Las nuevas directrices de la OMS recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.

2. Mantener un peso saludable, ya que esto permite que la persona tenga un buen estado de salud y calidad de vida.

3. Dejar de fumar.

5. Reducir los niveles de colesterol y presión arterial, si es necesario.

6. Consumir alimentos bajos en grasas saturadas.

7. Programar y asistir a las revisiones médicas con regularidad.

8. Informar al médico sobre cualquier antecedente familiar de problemas relacionados con el corazón.

9. Practicar yoga, porque al combinar posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación mejora la salud en general.

10. Comer pescado, pues el pescado es una proteína magra y saludable que contiene un tipo de grasa llamada omega-3 y ácidos grasos que puede ayudar a proteger el corazón.

12. Mantener los niveles de hierro balanceados.

De todos modos, antes de consumir algún alimento o iniciar un tratamiento, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique que es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todos.