Avena y canela para bajar los triglicéridos; así se puede consumir

Los triglicéridos son un tipo de grasa que se encuentra en la sangre. En el momento en el que se ingieren alimentos, el organismo convierte todas las calorías que no necesita usar en triglicéridos, por ello, es la grasa más común que las personas tienen en su cuerpo.

Los triglicéridos son los encargados de almacenar las calorías no utilizadas para proveer de energía al organismo. Estos provienen de alimentos, especialmente mantequilla, aceites y otras grasas, pero también de las calorías adicionales, es decir, aquellas que las personas consumen pero que el organismo no necesita.

La acumulación de este tipo de grasa puede provocar graves enfermedades cardíacas. Tener sobrepeso, beber grandes cantidades de alcohol, padecer de diabetes e hiperglucemia haría a las personas más propensas a padecer altos niveles de triglicéridos en la sangre.

Hay unos rangos para definir el nivel de triglicéridos, que se conocen con un simple análisis de sangre. Un nivel de triglicéridos normal es cuando hay menos de 150 miligramos por decilitro (mg/dl), o menos. Una persona está al límite de tener triglicéridos altos cuando registra de 150 a 199 mg/dl (1,8 a 2,2 mmol/l).

Lo grave es que el exceso de esta grasa está asociado al endurecimiento y estrechamiento de las arterias, con el consecuente riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular como infarto al corazón o derrames cerebrales (accidente vascular cerebral), indica el medio Geosalud.

Por ello, es de vital importancia llevar buenos hábitos alimenticios que mantengan regulados los niveles de triglicéridos. Asimismo, el portal Tua Saúde destaca que el agua de avena con canela, por contener antioxidantes y betaglucanos, un tipo de fibra que ayuda a disminuir la absorción de grasas, reduce los triglicéridos.

Para su preparación se mezclan hojuelas de avena con agua y un palito de canela, se deja reposar en la noche y al día siguiente de cuela para poder beber.

¿Cómo bajar los triglicéridos altos?

El portal de salud, belleza y cuidado personal Julia Farré brinda algunas recomendaciones para aquellos pacientes que ya han sido diagnosticados con la enfermedad y que quieren prevenirla.

Lo primero es hacer determinados cambios en el estilo de vida:

• Aumentar la ingesta de frutas y verduras.
• Practicar actividad física con frecuencia y que este acorde a las condiciones físicas del paciente.
• Dormir, como mínimo, seis horas continúas durante la noche.
• Aumentar la ingesta de alimentos ricos en fibra, como la avena.

¿Qué alimentos eliminar?

Eliminar azúcares simples, es decir, azúcar (blanca y morena) y todos los alimentos dulces:

• Endulzantes: fructosa, jarabe de arce o agave, miel.
• Mermelada, jaleas o almíbares.
• Dulces y bollería: helados, bollería, pastelería, tortas, chocolate, caramelos y chicles.
• Bebidas azucaradas: refrescos (té), gaseosas, zumos o jugos, (comerciales y naturales), batidos de fruta o chocolate. Cabe mencionar, que la mejor bebida para acompañar cualquier plato es el agua.
• Eliminar el consumo de alcohol, tanto los destilados como los fermentados como el vino y la cerveza.

• Moderar el consumo de fruta, consumiéndola preferiblemente entera y con piel. Nunca tomar más de una pieza por comida.
• Controlar la ración de carbohidratos, estos siempre deben ser integrales, procurando consumirlos como acompañamiento en vez de cómo plato principal.

Por lo general, esta afección no presenta síntomas, por lo que requiere de un examen de sangre para ser diagnosticado. Cuando un paciente sobrepasa el número de calorías que debe consumir a diario, el hígado almacena ese exceso de azúcar, alcohol, etc., como triglicéridos, para luego almacenarlo en el tejido adiposo y emplearlo como energía cuando el cuerpo lo requiera.