VIDA MODERNA
Ayuno intermitente: beneficios y riesgos de practicarlo
Este hábito milenario usado con fines medicinales y espirituales viene en boga desde hace algún tiempo. ¿De qué se trata?
El concepto de ayuno intermitente y sus beneficios, son temas que se escuchan con frecuencia; sin embargo, es importante informarse bien, apoyarse en un profesional de la salud y no realizar prácticas simplemente porque están de moda; llevarlas a cabo puede tener riesgos y contraindicaciones que deben tenerse en cuenta.
El ayuno intermitente es una práctica milenaria usada con fines medicinales y espirituales en varias culturas de todo el mundo. A la fecha, muchas de sus enseñanzas están siendo usadas como una práctica enfocada en la pérdida de peso. Este ejercicio consiste en medir el tiempo en el que no se consumen alimentos, ventana que se cierra normalmente cuando se duerme y se abre nuevamente al despertar.
Los ayunos pueden variar en tiempo, entre más largo sea el periodo, traerá más beneficios. Los cortos, normalmente son de 12 horas; -es decir el mínimo de cualquier persona-, ya que los seres humanos están creados para comer de día y descansar de noche. Está el ayuno de 24 y el de 36 horas, sobre los que es importante tener en cuenta que deben ser monitoreados por un profesional de la salud con experiencia en este tema por ser considerados de larga duración.
Durante el tiempo en que se cierra la ventana, es decir, el periodo en el que no se ingieren alimentos, el objetivo es no consumir nada que proporcione más de 40 calorías. ¿Qué se puede comer entonces? Se puede incluir una taza de café, té, agua con zumo de limón o vinagre de manzana o una taza de caldo de verduras, nada que pueda disparar la insulina en la sangre.
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Otro punto que se debe tener en cuenta cuando se decide hacer ayuno es ser consciente de cómo se rompe, a mayor cantidad de horas de ayuno, se debe ser más cuidadosos al volver a ingerir alimentos. No sirve de nada, dejar de comer por mucho tiempo, si cuando lo se hace nuevamente se realiza de manera errada.
Este proceso se debe hacer con calma, consumiendo alimentos saludables y de forma consciente, evitar atracones y alimentos procesados, llenos de azúcar, grasas malas y altos niveles de sodio, ya que pueden elevar drásticamente la insulina en la sangre, y con esto traer otros efectos secundarios no deseados como problemas cardiovasculares, inflamación, dolores de cabeza, mareos, etc.
Lo ideal es escoger alimentos que generen mayor saciedad, que tengan bajo índice glicémico, naturales y de todos los grupos de macro y micronutrientes, carbohidratos (complejos), proteínas, grasas buenas, frutas y verduras.
Recomendaciones:
- Mantenerse siempre bien hidratado durante y después el ayuno.
- Que la primera comida sea moderada, luego de haber dejado descansar el cuerpo, se debe despertarlo con calma.
- Comer platos altos en proteína y grasas buenas como aguacate, huevo y semillas de chía.
- Siempre incluir vegetales, mejor si están cocidos para evitar problemas de digestión e inflamación.
- No incluir el alcohol al romper el ayuno, este genera altos picos de insulina que pueden afectar la salud.
- Planificar las comidas para variarlas y recibir así diferentes nutrientes que potencialicen el ayuno y beneficien la salud.