Bañarse con esponja: ¿Cuáles son los riesgos para la salud? Expertos responden

Sin lugar a dudas, el cuidado personal al bañarse es vital para gozar de buena salud. Es por ello que la medicina ha centrado sus estudios en ofrecer los mejores jabones, dar los consejos ideales y todo lo relacionado con una correcta limpieza corporal.

Entre los objetos usados a la hora de bañarse, hay uno que causa particular desconfianza, pero es ampliamente usado. Se trata de las esponjas. ¿Es arriesgado pasarlas por todo el cuerpo? Los expertos responden a esta cuestión.

La revista GQ señala que al momento de bañarse hay ciertas normas no escritas, pero compartidas socialmente en el mundo. Por ejemplo, está regular la temperatura para que esté templada, usar jabón corporal, champú cuando se requiere o evitar que el chorro golpee directamente el rostro, entre otros.

No obstante, queda la incógnita si es recomendable pasarse una esponja alrededor del cuerpo. Desde un modo superficial, los expertos afirman que no es un hábito recomendado, debido a que afecta el cuidado de la piel. Usar la esponja implica empaparla de jabón, pero al restregarla en verdad se está irritando la capa dérmica.

La esponja no retira la totalidad de la suciedad acumulada, debido a que se quedan almacenadas al interior, por lo que frotar el cuerpo no será más que devolver la suciedad a los poros abiertos. En consecuencia, la piel estará propensa a padecer linfangitis y melanosis.

Con base a la información del Departamento de Dermatología y Venereología de la Universidad de Bablylon en Iraq, la linfangitis es una enfermedad poco común que genera una pigmentación anormal en la piel ocasionada principalmente por la fricción de la esponja. El resultado es la aparición de manchas notorias y de distintos tamaños difíciles de eliminar.

A medida que el uso de la esponja aumenta, la enfermedad será de mayor preponderancia. Por otro lado, la melanosis es una condición de índole cutáneo caracterizada por la aparición de manchas color café oscuro en las zonas donde la esponja ha generado mayor fricción.

La raíz de esto implica que pasar este elemento en la piel genera micro lesiones por cada vez que se frota. El riesgo es grande, debido a que las manchas no generan en primera instancia una complicación grave, pero a medida que aumentan su tamaño, si son responsables de infecciones cutáneas con la posterior presencia de patologías.

En ese orden de ideas, frotar el cuerpo con la esponja es infringirse un daño a uno mismo, debido a que también daña la piel desde la óptima estética; por el hecho que hace que se torne seca, áspera, opaca y poco saludable. Por lo cual, el peor de los hábitos es frotar la esponja en el rostro, axilas, codos y rodillas, debido a que son las zonas más sensibles de la piel.

Del mismo modo, la esponja es lo opuesto a lo exfoliante, por lo que será más complejo eliminar la suciedad después. La recomendación de los expertos en dermatología es bañarse con agua, jabón y las manos, en cambio de usar esponjas.

En caso de querer exfoliar el cuerpo, lo ideal es emplear jabones con compuestos de carácter exfoliante, los cuales cuenten con el aval de un centro o especialista dermatológico para que la piel no tenga reacciones agresivas a la sustancias ni se vea afectada alguna parte del organismo.