SALUD
Relato: atender bebés con covid-19 en medio de la crisis institucional
César Alberto Orozco, pediatra neonatológo, denuncia que la UCIN Procaren se desmorona mientras su personal trata de brindar atención a los recién nacidos, algunos de ellos positivos para coronavirus.
Cuando un paciente contagiado de coronavirus sale de la unidad de cuidados intensivos, el equipo médico organiza una calle de honor para celebrar la recuperación. Pero cuando se trata de pacientes que pesan gramos, en vez de kilos, la satisfacción es completamente diferente. Se salva una vida que apenas comienza.
El pasado 17 de junio, el hijo de Deisy Jaramillo Quintero, de una semana de nacido, fue remitido a la Fundación San Vicente, luego de su paso, durante cuatro días, por la unidad de cuidados neonatales Procaren (UCIN), ubicada en el municipio de Caldas (Antioquia). El pequeño pasó sus primeros días bajo la asistencia de un respirador artificial al tener baja saturación de oxígeno, síntoma de alarma que indicaba que podía ser positivo para coronavirus. ‘‘Fue muy duro, el bebé nació y a los dos días tenía dificultad para respirar, por eso lo llevé al hospital de Támesis y de ahí lo remitieron a Caldas‘‘, contó Deisy a SEMANA. El niño fue remitido con posible cardiopatía congénita, sepsis generalizada y, aunque pasó poco tiempo en la UCIN Procaren y luego fue llevado a la fundación, se convirtió en el primer paciente confirmado del virus en esa unidad.
"Hasta el momento se han tenido dos neonatos con infección del nuevo coronavirus, uno de dos días de vida procedente de Támesis de 3.300 gramos y el segundo con afección intestinal de cuatro días de vida y 1.800 gramos", cuenta César Alberto Orozco, pediatra neonatólogo que ha trabajado en la UCIN de Caldas desde su creación y quien aparece en este video cargando al segundo bebé recuperado.
Orozco es uno de los 34 integrantes del equipo, muchos mayores de 50 años, dice, que velan por los neonatos de la unidad de cuidados intensivos. Siete son médicos especialistas: un pediatra perinatólogo y neonatólogo, tres pediatras neonatólogos, una pediatra infectóloga y dos pediatras generales con más de 20 años de experiencia en el área. Y aunque han atendido a más de 1.650 niños y niñas desde 2014, el contagio de covid-19 se sumó a los retos logísticos y económicos que los tienen al borde de la quiebra.
El dilema radica en que la entidad no figuraba como institución covid y, al ser una IPS privada anclada por convenio a la ESE San Vicente de Paúl, recibe pacientes del régimen subsidiado ‘‘esencialmente por traslado no regulado o primario de hospitales de I y II de complejidad; es decir, de forma primaria y sin la autorización de un responsable económico‘‘, señala Orozco. Las deudas de las EPS ascienden a más de 2.000 millones de pesos. A su vez, el pediatra expresa que el personal hace cuatro meses no recibe cumplidamente su salario y que los pagos por arriendo, servicios públicos, así como el porcentaje por usar los servicios de radiología, laboratorio y farmacia, están desangrando a la unidad.
"Los neonatales también se enferman de covid-19, se agravan y contagian", dice Orozco, solo que en comparación con los casos de otras edades el número es reducido -67 casos activos y 30 recuperados a nivel nacional- aunque no menos preocupante para las entidades como la UCIN Procaren que tuvieron que implementar sus propios protocolos de bioseguridad cuando el hijo de Deisy salió positivo para covid-19 y se descubrió que otras cinco profesionales de la salud también lo eran.
Como docente jubilado de la Universidad de Antioquia, Orozco y dos colegas más van a publicar los hallazgos en los casos de los bebés de coronavirus que atendieron en el mes de julio ya que existe poca información sobre la transmisión perinatal de la enfermedad en Colombia. "El resultado de la prueba de la mamá del niño de Apartadó (con peso de 1.800 gramos) fue positiva, mientras la mamá del caso en Támesis fue negativa", señala. Para el médico, el caso de Deisy y su hijo demuestran que la velocidad de contagio puede ser tan rápida, que incluso si la progenitora no tiene el virus, el bebé puede contraerlo aún cuando está en un entorno controlado.
A raíz de esos dos casos, cualquier neonato que ingrese a la UCIN Procaren puede ser catalogado como posible sospechoso y es aquí donde el pediatra advierte otras de la problemáticas de la entidad: la falta de reconocimiento a los médicos neonatales como personal covid. ‘‘Los neonatólogos se reunieron y enviaron una carta al ministro donde le pedirán que considere que los médicos están atendiendo una población con mucho riesgo‘‘. De acuerdo con su testimonio, la entidad para la que trabaja no se ha beneficiado de los mecanismos de financiación emitidos por el Gobierno que incluyen, entre otras cosas, el saneamiento de deudas del Estado con los actores del sistema de salud.
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Además, el gremio de los neonatólogos está molesto porque la resolución 1182 del Ministerio de Salud, expedida el 22 de julio, modificó las especialidades del personal médico que serán tenidas en cuenta para recibir una ‘‘ayuda económica temporal‘‘ y ellos no aparecen allí; al menos no explícitamente, ya que la norma menciona cuidado intermedio e intensivo pediátrico, pero en la práctica no están siendo amparados por los beneficios, según Orozco.
Hasta el momento, la UCIN Procaren cuenta con un cuarto de aislamiento para sus pacientes, pero está adecuando otro, con cuatro camas UCI adicionales. Y aunque su personal sigue recibiendo sin restricción a los recién nacidos, la entidad está en estado crítico. "Más se demoran en recibir una cuenta que en glosarla‘‘, concluye Orozco.
Vea el video de la viróloga china que dice que el coronavirus "no nació de la naturaleza ni en un mercado de Wuhan":