SALUD

Beneficios de una buena siesta

La siesta es un hábito común en varios países que están haciendo apuestas para permitirla en pro de mejorar el rendimiento de los empleados.

7 de julio de 2016
| Foto: Pixabay

Es común que a muchos los atrape el sueño después de almorzar. Los que ceden a este pequeño gusto hacen mucho más que complacer un impulso del cuerpo, pues, según varias investigaciones científicas, este descanso tiene bondades como aumentar la productividad y no son pocos los beneficios sobre la salud física y mental de las personas.

La Universidad de Harvard estudió la siesta en el 2007 y descubrió que aquellas personas que solían dormir hasta media hora después del almuerzo tenían mejor memoria, ánimo y presentaban menos estrés. La Nasa fue más exacta y en uno de sus estudios reveló que el tiempo perfecto para hacer la siesta es 26 minutos, suficiente para que las personas respondieran mejor a un estado de alerta .

Para los expertos sería ideal que las personas tomaran una siesta de entre 20 y 30 minutos para inyectar al cuerpo de nueva energía. Este tiempo es suficiente para que el cerebro se relaje y esté listo para seguir con las tareas del día. “Las personas que necesitan la siesta es porque generalmente no duermen lo suficiente en la noche y al hacerla recuperan energía. Pero en general, el cerebro y el organismo necesitan una pausa y quienes la hacen despiertan más activas, con mejor ánimo y más concentradas”, asegura la psiquiatra especialista en sueño Ana María López. 

Dormir hasta 30 minutos durante el día tiene otros beneficios sobre el organismo como mejorar la circulación de la sangre, lo que hace que disminuyan los problemas cardiovasculares y al alivia el cuerpo de estrés, también se reduce el riesgo de infarto y de tener presión arterial alta. El estudio de la Universidad de Harvard además indicó que la siesta contribuye a mejorar procesos de aprendizaje y la memoria.

 

Es importante aclarar que no todas las personas necesitan hacer siesta. Esta es más recomendada para quienes han dormido menos de ocho horas en la noche, lapso sugerido para los adultos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y, en definitiva, tampoco es indicada para quienes sufren de insomnio, ya que dormir por fuera del ciclo normal del sueño les puede dificultar el descanso al terminar el día.

El sueño tiene un efecto restaurador, pero cuando las personas necesitan hacer una siesta que se convierte en un sueño profundo de más de una hora, se debe consultar con un especialista, ya que puede que se esté sufriendo de apnea del sueño y el cuerpo esté intentando recuperar el sueño perdido durante la noche”, explica el neumólogo Jairo Díaz.

Para que este rato de sueño signifique un verdadero descanso para el cerebro, no basta cerrar los ojos. Dormir sobre el escritorio no va a significar un descanso real; lo que sí va a hacer es generar un dolor muscular que al despertar va a dejar una sensación de aún más cansancio. Se debe propiciar un buen ambiente para el descanso: encontrar un lugar donde preferiblemente se pueda recostar, no entre demasiada luz y el ruido esté aislado; aléjese del celular durante los 20 minutos que puede durar la siesta.

No dormir lo suficiente puede provocar no sólo problemas como irritabilidad, depresión, falta de concentración, sino que está demostrado que puede aumentar el riesgo de sufrir problemas coronarios, y afecta el metabolismo”, concluye Díaz. La falta de sueño también está asociada con condiciones como diabetes, hipertensión, obesidad e incluso cáncer.

Siesta significa la hora sexta. Comprende el período entre las 12 del mediodía y las 3 de la tarde, horario que coincide con el momento del almuerzo y que es ideal para realizar un pequeño sueño, ya que no está cerca de la hora de despertar en la mañana, ni es muy tarde para alterar el ciclo del sueño en la noche.