Vida Moderna
Bicarbonato de sodio y café: así se debe utilizar para lucir unas piernas suaves
Los ingredientes ayudan a eliminar los vellos y a elimina las toxinas de la piel.
Hay hábitos diarios que afectan la estética de las piernas como, por ejemplo, estar mucho tiempo sentado, no beber agua, no ejercitarse, llevar ropa muy ajustada o tener una mala alimentación. Por tal razón, es importante modificar estas prácticas para que el aspecto de las piernas cambie y se vean bonitas.
Otra forma para lucir las piernas lindas es realizando ejercicio. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar mínimo 30 minutos de actividad física. Además, los expertos aseguran que los mejores ejercicios para las piernas son: sentadillas sumo, sentadilla búlgara, sentadillas con salto, peso muerto y zancadas, ya que estos tonifican estas extremidades y los glúteos.
Asimismo, la depilación es un pilar importante para lucir unas piernas lindas y por ello el portal Cocina Fácil reveló cómo depilar las piernas con bicarbonato de sodio y café y para hacerlo se debe mezclar una cucharada de bicarbonato de sodio con dos cucharadas de café molido. Enseguida, se deben verter dos cucharadas de agua tibia y se sigue mezclando hasta conseguir una pasta homogénea. Posteriormente, se debe limpiar la zona y se aplica la mezcla realizando masajes por tres o cinco minutos. Finalmente, con abundante agua tibia se debe retirar la mezcla.
No obstante, la primero que hay que hacer es exfoliar las piernas antes de realizar el procedimiento, ya que de esta forma se eliminan las células muertas.
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Por su parte, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, indicó que existen otros métodos que eliminan o reducen temporalmente la visibilidad del vello facial como, por ejemplo:
- Quitar vello con pinzas. Quitar el vello con pinzas es un buen método para eliminar algunos pelos sueltos, pero no es útil para eliminar una gran área de vello. El pelo quitado con pinzas suele volver a crecer. Este método de depilación se puede realizar con pinzas pequeñas, hilos finos u otros dispositivos diseñados para este fin.
- Afeitado. El afeitado es rápido y económico, pero es necesario repetirlo regularmente.
- Depilación con cera. La depilación con cera implica aplicar cera tibia en la piel donde crece el vello no deseado. Una vez que la cera se endurece, se tira de esta para separarla de la piel y eliminar el vello. La depilación con cera elimina rápidamente el vello de una gran área, pero puede arder temporalmente y a veces causa irritación y enrojecimiento de la piel.
- Depilación con sustancias químicas. Las sustancias de depilación químicas se aplican en la piel afectada, donde disuelven el vello. Estos productos están disponibles en una variedad de formas, como gel, crema o loción, pero pueden irritar la piel y causar dermatitis. Además, se necesitará repetir la depilación regularmente para mantener el efecto.
- Decoloración. La decoloración aclara el color del vello, haciéndolo menos notorio en personas con piel clara. Los productos para la decoloración, que generalmente contienen peróxido de hidrógeno, pueden causar irritación de la piel y por ello es importante probar primero cualquier producto en una pequeña área de la piel.
Adicional a esto, el mejor momento para depilarse es durante la fase lunar menguante, ya que en este momento se ralentiza el crecimiento. Sin embargo, si la intención es que el bello crezca de forma rápida, lo ideal será depilarse durante la luna creciente, porque esto favorece al crecimiento.
No obstante, existen otros métodos para eliminar los vellos como, por ejemplo, la terapia con láser y para ello se pasa un rayo de luz altamente concentrada (láser) sobre la piel para dañar los folículos pilosos y evitar que el vello crezca (fotodepilación), pero es posible que se necesiten múltiples tratamientos.
De todos modos, es importante hablar con un especialista acerca de los riesgos y beneficios de los diversos láseres utilizados para este método de depilación, ya que las personas con piel bronceada o de pigmentación oscura tienen un mayor riesgo de sufrir los efectos secundarios de ciertos láseres, incluido el oscurecimiento o la aclaración de sus tonos de piel habituales, ampollas e inflamación.