Café o té negro: ¿cuál es mejor tomar?, esto dice la ciencia sobre propiedades y contraindicaciones

El café y el té negro son dos bebidas ampliamente consumidas en todo el mundo debido a su sabor, aroma y efectos estimulantes. Ambas infusiones provienen de plantas y contienen compuestos bioactivos que han sido objeto de numerosos estudios científicos. Aunque comparten similitudes, también presentan diferencias en términos de contenido de cafeína, sabor y beneficios para la salud.

Beneficios del café

El café es conocido por su capacidad para aumentar la energía y mejorar la concentración debido a su contenido de cafeína, un estimulante del sistema nervioso central. Además de estos efectos, estudios científicos respaldan varios beneficios para la salud asociados con el consumo moderado de café.

Según la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), el consumo moderado de café puede estar relacionado con un menor riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2.

También se ha observado que el café contiene antioxidantes, como los polifenoles, que pueden tener propiedades antiinflamatorias y proteger contra ciertos tipos de cáncer.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el café puede tener efectos adversos en algunas personas. El consumo excesivo de cafeína puede causar nerviosismo, insomnio, acidez estomacal y taquicardia. Además, algunas personas pueden ser más sensibles a la cafeína y experimentar efectos negativos incluso con cantidades moderadas. Cada individuo debe evaluar su tolerancia personal y considerar limitar su consumo si experimenta efectos no deseados.

Beneficios del té negro

Por su parte, el té negro es otra popular bebida que se obtiene de las hojas de la planta camellia sinensis. Aunque contiene menos cafeína que el café, sigue siendo una fuente de estimulación suave. Sin embargo, a diferencia del café, el té negro también contiene L-teanina, un aminoácido que se ha asociado con efectos relajantes y una sensación de calma.

Al igual que el café, el té negro contiene antioxidantes y compuestos bioactivos que pueden tener efectos beneficiosos para la salud. Según la Asociación Americana del Corazón, el consumo de té negro puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, mejorar la salud arterial y disminuir la presión arterial. Además, algunos estudios sugieren que el té negro podría tener propiedades neuroprotectoras y ayudar a mejorar la función cognitiva.

Es importante tener en cuenta que, al igual que el café, el té negro puede tener contraindicaciones. El consumo excesivo de té negro puede causar problemas estomacales, insomnio y afectar la absorción de hierro. Además, debido a su contenido de cafeína, algunas personas pueden experimentar efectos adversos si son sensibles a esta sustancia.

¿Cuál es mejor?

La elección entre el café y el té negro como la mejor opción depende en gran medida de las preferencias personales y las necesidades individuales. Ambas bebidas tienen beneficios para la salud y pueden formar parte de una dieta equilibrada.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) afirma que el consumo moderado de cafeína, ya sea a través del café o el té negro, no es perjudicial para la mayoría de las personas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la tolerancia y los efectos de la cafeína pueden variar según cada individuo.

En última instancia, la elección entre café y té negro dependerá de factores como el sabor, los efectos deseados y la tolerancia personal a la cafeína. Algunas personas pueden preferir la energía y estimulación que ofrece el café, mientras que otras pueden optar por el efecto estimulante y calmante del té negro.

Tanto el café como el té negro ofrecen beneficios para la salud y pueden disfrutarse con moderación. La clave está en escuchar al cuerpo y evaluar la tolerancia personal a la cafeína. Como siempre, se recomienda consultar a un profesional de la salud para obtener asesoramiento personalizado sobre el consumo adecuado de cafeína y cómo se ajusta a las necesidades individuales.