VIDA MODERNA
Cambios en el plan de alimentación son la clave para mejorar el tratamiento contra el cáncer de colón
La diarrea, las heces con sangrado, la pérdida de peso, las náuseas y el vómito, son cinco de los síntomas de esta afección.
Un cambio en el plan de alimentación podría ser la clave para mejorar el tratamiento del cáncer de colon, según manifestó un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Cáncer Rogel de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) y que ha sido publicado en la revista Gastroenterology.
El colon o intestino grueso forma parte del sistema digestivo en el que se producen y almacenan las heces. Este es un tubo largo y hueco que extrae el agua, algunos nutrientes y electrolitos de los alimentos parcialmente digeridos.
Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, este órgano también es el encargado de que los alimentos que se ingieren se transformen en moléculas más pequeñas de nutrientes para que la sangre pueda absorberlas.
Según, el sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina y Salud de los Estados Unidos, Medline Plus, los trastornos que más afectan a dicho órgano son: los pólipos, el síndrome del intestino irritable o estreñimiento, el cáncer colorrectal y la diverticulitis.
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Para que el cáncer de colon se desarrolle, las células cancerosas necesitan nutrientes para sobrevivir y crecer, y una de las moléculas de detección de nutrientes más importantes en una célula se llama mTORC1. A menudo llamado un regulador maestro del crecimiento celular, permite que las células detecten diferentes nutrientes y, por lo tanto, crezcan y proliferen. Cuando los nutrientes son limitados, las células reducen la cascada de detección de nutrientes y apagan el mTORC1.
“En el cáncer de colon, cuando disminuyes los nutrientes disponibles en los tumores, las células no saben qué hacer. Sin los nutrientes para crecer, pasan por una especie de crisis que conduce a la muerte celular masiva”, han dicho los expertos, quienes encontraron en células y en ratones que una dieta baja en proteínas bloqueaba la vía de señalización de nutrientes que activa un regulador maestro del crecimiento del cáncer.
El regulador, mTORC1, controla cómo las células utilizan las señales nutricionales para crecer y multiplicarse. Es muy activo en cánceres con ciertas mutaciones y se sabe que hace que el cáncer se vuelva resistente a los tratamientos estándar. Una dieta baja en proteínas, y específicamente una reducción de dos aminoácidos, es clave, ya que cambia las señales nutricionales a través de un complejo llamado GATOR.
GATOR1 y GATOR2 trabajan juntos para mantener mTORC1 en el negocio. Cuando una célula tiene muchos nutrientes, GATOR2 activa mTORC1. Cuando los nutrientes son bajos, GATOR1 desactiva mTORC1. Limitar ciertos aminoácidos bloquea esta señalización de nutrientes.
Los esfuerzos anteriores para bloquear mTORC se han centrado en inhibir sus señales que causan cáncer. Pero estos inhibidores causan efectos secundarios significativos, y cuando los pacientes dejan de tomarlos, el cáncer regresa. El estudio sugiere que bloquear la vía de los nutrientes al limitar los aminoácidos a través de una dieta baja en proteínas ofrece una forma alternativa de cerrar mTORC.
Los investigadores confirmaron sus hallazgos en células y ratones, donde vieron que limitar los aminoácidos detuvo el crecimiento del cáncer y condujo a un aumento de la muerte celular. También observaron biopsias de tejido de pacientes con cáncer de colon, lo que confirmó que los marcadores altos de mTORC se correlacionaban con una mayor resistencia a la quimioterapia y peores resultados.
*Con información de Europa Press.