Salud
Cáncer de hígado: estos son los factores de riesgo a los que se debe prestar atención
Esta enfermedad genera hinchazón del abdomen, náuseas y pérdida de peso, entre otros síntomas.
El cáncer de hígado se caracteriza por la formación de células malignas en este órgano, uno de los más grandes del cuerpo y que se ubica detrás de las costillas en la parte superior derecha del abdomen, precisa el Instituto Nacional del Cáncer.
Algunas de sus funciones más importantes son producir la bilis, una sustancia que ayuda a digerir la grasa de los alimentos; almacenar glucógeno (azúcar), que el cuerpo usa para obtener energía y filtrar sustancias dañinas de la sangre para que salgan del cuerpo en las heces y la orina.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) indican que esta enfermedad puede ser causada por infecciones de larga duración con los virus de la hepatitis B o de la hepatitis C. Las personas que se inyectan drogas tienen un riesgo mayor de contraer hepatitis B y C. Los expertos aseguran que el riesgo de presentar cáncer de hígado es bajo, pero sobrevivir al mismo es muy difícil.
El desarrollo de esta enfermedad en esta parte del cuerpo se caracteriza por presentar síntomas como los siguientes:
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- Masa o bulto duro en el lado derecho debajo de las costillas.
- Malestar en la parte superior derecha del abdomen.
- Hinchazón del abdomen.
- Dolor alrededor de la escápula derecha o en la espalda.
- Ictericia (la piel y la parte blanca de los ojos se vuelven amarillentos).
- Moretones o sangrados que aparecen con facilidad.
- Cansancio y debilidad anormales.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida del apetito o sensación de estar lleno después de comer porciones pequeñas.
- Pérdida de peso por motivos desconocidos.
- Heces blancas, parecidas al yeso y orina oscura.
- Fiebre.
Factores de riesgo
El instituto de investigación Mayo Clinic indica que algunos de los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer primario de hígado son los siguientes:
- Infección crónica por el virus de la hepatitis B o la hepatitis C. La infección crónica por el virus de estos tipos de hepatitis aumenta el riesgo de padecer cáncer de hígado.
- Cirrosis. Esta afección progresiva e irreversible hace que se forme tejido cicatricial y aumenta las probabilidades de desarrollar esta enfermedad.
- Ciertas enfermedades hepáticas hereditarias. Algunas de las enfermedades hepáticas que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de hígado son la hemocromatosis y la enfermedad de Wilson.
- Diabetes. Las personas con este trastorno del azúcar en la sangre tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de hígado que las que no tienen diabetes.
- Enfermedad del hígado graso no alcohólico. Una acumulación de grasa en el hígado aumenta el riesgo de enfrentar este padecimiento.
- Exposición a aflatoxinas. Las aflatoxinas son venenos producidos por mohos que crecen en cultivos mal almacenados. Los cultivos, como los granos y las nueces, pueden contaminarse con aflatoxinas, que es posible que terminen en los alimentos elaborados con estos productos.
- Consumo excesivo de alcohol. Consumir alcohol de manera frecuente durante muchos años puede llevar a un daño hepático irreversible y aumentar el riesgo de padecer cáncer de hígado.
Cómo prevenir esta enfermedad
Hay maneras de prevenir el desarrollo de esta afección y una de ellas es reducir el riesgo de cirrosis, que es la cicatrización del hígado y es un padecimiento que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad. Para reducir las probabilidades se pueden seguir estos consejos:
- Beber con moderación el alcohol. En caso de las mujeres lo ideal es no tomar más de una copa al día y en el de los hombres, el límite es de no más de dos copas diarias.
- Mantener un peso saludable. Para tener un peso saludable es importante seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio la mayoría de los días de la semana para mantenerlo. Si se requiere bajar de peso, es clave reducir la cantidad de calorías que se consumen al día y aumentar la cantidad de actividad física. Apuntar a perder peso lentamente, de una a dos libras por semana.
- Vacunarse contra la hepatitis B. Esta vacuna puede administrarse a casi cualquier persona, incluidos bebés, adultos mayores y personas con sistemas inmunitarios comprometidos.
Referencias: