Vida Moderna
Cáscara de mandarina para controlar la hipertensión: así se prepara la infusión
Como en otros casos, su consumo debe hacerse de forma mesurada.
El estilo de vida individual tiene una relación directa, según especialistas, con la salud y hasta la edad alcanzada entre ciertas personas. A esto se suma la calidad de vida; pues, pese a que no es solo uno el factor que deriva en patologías o molestias, las prácticas tomadas desde la juventud toman relevancia.
En este punto cabe resaltar la hipertensión arterial, afección en la que el corazón se ve obligado a ejercer una mayor presión para bombear sangre. La normal es situada, de acuerdo con el portal sanitario MedlinePlus, entre 120/80 milímetros de mercurio o menor. Para saber si la persona supera estos rangos es recomendable consultar presencialmente con los especialistas de cabecera.
Sumado a lo anterior, no es de menor importancia asistir periódicamente al médico para que se haga la medición, además de pasar por otros chequeos que (en principio), pueden parecer solo de rutina, pero cuyos resultados podrían marcar la diferencia. Cuando no se tratan a tiempo los índices elevados de presión arterial, aumenta el riesgo de afecciones cardíacas como infartos.
La mandarina contra la presión alta
Para ayudar a regular los niveles de hipertensión la cáscara de mandarina se ubica como ‘aliada’ natural, gracias a su alta carga en potasio y baja en sodio. Además de su sabor dulce y beneficios mencionados, otras ‘bondades’ son su aporte contra el estreñimiento y contribución al sistema inmunológico (por su contenido de vitamina C).
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Según La Vanguardia, más funcionalidades radican en ayudar a evitar la retención de líquidos. Según ese medio, dicho resultado es posible por su poder diurético, es decir, el proceso que facilita la eliminación de orina. Otro aspecto a destacar son los antioxidantes y su participación para lograr una piel lozana y con menos ‘imperfecciones’.
En el caso que concierne este artículo, las ‘bondades’ de la mandarina no se cierran solo en su fruta, pues a la cáscara también se le puede sacar provecho. El portal Gastrolab da cuenta de una receta a la cual simplemente se le añade una taza de agua.
Para esta se requieren entre dos y tres cáscaras del cítrico. El primer paso es dejar que el agua hierva y alcance su punto más alto antes de retirar de la llama y agregar la piel de la mandarina (previamente bien lavada). Una vez los dos elementos estén juntos, restara tapar el recipiente y dejar reposar por diez minutos.
Una preparación similar es recogida por la plataforma de información Soy Vida. Además de las cáscaras y el agua, se necesita una cucharada de canela en polvo o también funciona la miel (para esta infusión nuevamente se hace hincapié en que la fruta se haya lavado correctamente). Su proceso, a diferencia del anterior, dura dos semanas, siendo ese el lapso en el cual la cáscara, dividida en pequeños fragmentos, debe dejarse ‘secar’ en un recipiente.
Cuando hayan transcurrido las dos semanas, será el momento para hervir medio litro de agua y; posteriormente, los trozos de la cáscara. La infusión está lista, pero se le puede añadir la cucharada de miel o de canela (según las preferencias).
Puntos a tener en cuenta
Si bien es cierto que son varios los beneficios atribuidos a esta fruta hay que buscar el equilibrio en su consumo. El centro de nutrición español Menja Sa advierte que el exceso de este alimento puede ser perjudicial para quienes padecen gastritis o acidez, por lo cual su ingesta debe ser mesurada y alineada al caso particular.
También se alude a las molestias intestinales, por su alto contenido en fibra, si es desproporcionada la cantidad que el organismo recibe (por ejemplo podrían aparecer con mayor constancia los gases e inflamación).