NOTAS
Científicos buscan sacar del fondo del mar los tesoros del Titanic
Desde que el legendario barco chocó contra un iceberg y naufragó en 1912, los investigadores han realizado múltiples expediciones para localizar el barco y ver su estado de conservación, pero nadie ha descendido para tratar de recuperar los tesoros.
Desde que el Titanic chocó contra un iceberg y naufragó en 1912, los investigadores han realizado múltiples expediciones para localizar el barco y ver su estado de conservación, pero nadie ha descendido para tratar de recuperar los tesoros que permanecen en su interior. Ahora, luego de que científicos e historiadores advirtieron que los restos podrían desaparecer, una empresa de Estados Unidos anunció planes para recuperar sus reliquias más famosas, entre ellas, el sistema inalámbrico Marconi descrito como “la radio más famosa del mundo”. La compañía tiene previsto usar un submarino y robots con brazos mecánicos para “remover quirúrgicamente” el techo del legendario transatlántico y así sacar delicadamente los objetos. Pese al interés que ha despertado la noticia, los exploradores deberán superar varios obstáculos: la crítica de quienes dicen que estos tesoros pertenecen al mar y un nuevo tratado entre Estados Unidos y el Reino Unido, firmado esta semana, para proteger de turistas y exploradores la nave. Ellos tendrán el poder de denegar y conceder licencias.
RELACIONES
Por qué ellas no quieren sexo
Investigadores de la Universidad de Glasgow en Reino Unido plantearon un cuestionario a más de 12.000 personas entre los 16 y 74 años sobre su vida sexual y encontraron que una de cada tres mujeres no está interesada en el sexo. Al ahondar en las razones notaron que, en general, ellas viven una peor experiencia. Por ejemplo, tienen tres veces más probabilidades que los hombres de reportar dolor físico y una de cada seis mujeres lucha para llegar al orgasmo. Sorprendentemente, una de cada diez mujeres en el estudio reportó que alguien las había obligado a tener relaciones sexuales contra su voluntad en algún momento, en comparación con uno de cada 100 hombres. Los cambios hormonales que ellas viven a lo largo de su vida también podrían ser una razón. La investigación apareció en la revista médica BMC Public Health.
ALIMENTACIÓN
Té, bueno para la salud
Beber té al menos tres veces por semana está asociado a una vida más longeva y saludable, según un estudio publicado la semana pasada por la Sociedad Europea de Cardiología. Tras seguir el caso de más de 100.000 personas sin antecedentes de infarto, accidente cerebrovascular o cáncer durante siete años, los investigadores observaron que los bebedores de té habituales tardaron más en desarrollar enfermedades cardiovasculares y otra gran variedad de afecciones. Además disfrutaron de una esperanza de vida en promedio un año y dos meses más larga. Xinyan Wang, profesor de la Academia China de Ciencias Médicas de Beijing y principal autor del estudio, aclaró que el té verde tiene los efectos más favorables en la salud.
SALUD
¿No tan protectores?
Un estudio publicado esta semana por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) indica que seis productos químicos, utilizados comúnmente en los protectores solares, permanecen en el torrente sanguíneo durante 10 días en promedio, lo que podría presentar riesgos para la salud. Se trata de los compuestos avobenzona, oxibenzona, octocrileno, homosalato, octisalato y octinoxato cuyas concentraciones superaron el umbral de 0,5 nanogramos por milímetro, permitido por FDA. Estos hallazgos no indican que las personas deben abstenerse del uso de protector solar, pero sí que hay que ampliar los estudios sobre sus posibles efectos. Según los científicos, estas altas concentraciones en la sangre podría aumentar los riesgos de insuficiencia hepática y renal. El Journal of the American Medical Association publicó el trabajo.
CIFRA
6 horas
Lo más leído
Respirando partículas de aire contaminado por el esmog de los automóviles basta para aumentar el riesgo de ataques cardíacos no fatales. Así lo aseguró la Universidad de Yale en una investigación que explica que eso sucede por las partículas pequeñas que pueden penetrar el torrente sanguíneo.