Vida Moderna
Cinco alimentos antiinflamatorios para cuidar las articulaciones
Investigaciones han indicado que el consumo regular de algunos alimentos pueden mitigar el dolor y la inflamación en las articulaciones.
La inflamación en las articulaciones es una condición de salud común que puede resultar en dolor, rigidez y limitación de la movilidad en las zonas afectadas. Aunque frecuentemente se relaciona con trastornos como la artritis, también puede originarse debido a lesiones o al desgaste excesivo de las articulaciones.
Adicional a los enfoques terapéuticos convencionales, existe una serie de alimentos que pueden desempeñar un papel importante en la reducción de la inflamación y en la mejora de la salud articular.
¿Cuáles son esos alimentos ideales que benefician las articulaciones?
1. Pescados grasos
Variedades de pescado con alto contenido de grasa, tales como el salmón, la trucha y el atún, se caracterizan por su abundancia en ácidos grasos omega-3, reconocidos por sus propiedades antiinflamatorias.
Estos ácidos grasos actúan en la reducción de la producción de compuestos inflamatorios en el organismo, lo que contribuye a disminuir tanto el dolor como la inflamación presente en las articulaciones. El portal itramed.com aconseja “considerar la incorporación de al menos dos porciones semanales de pescado graso en la dieta, como parte de una estrategia para fomentar la salud articular”.
2. Frutas y verduras
Las frutas y vegetales se destacan por su contenido en antioxidantes y otros nutrientes que contribuyen a la reducción de la inflamación en el organismo. Entre las opciones más eficaces para atenuar la inflamación articular se encuentran las bayas, las cerezas, las uvas, el brócoli y las espinacas.
Estos alimentos poseen componentes que desempeñan una función de inhibición sobre la generación de sustancias inflamatorias, además de auxiliar en la restauración de los tejidos dañados en las articulaciones.
3. Frutos secos
Los frutos secos, como las almendras, nueces y semillas de chía, contienen cantidades significativas de ácidos grasos omega-3 y otros nutrientes con propiedades antiinflamatorias. Estos elementos no solo contribuyen a la disminución de la inflamación y el dolor en las articulaciones, sino que también favorecen la salud cardiovascular.
4. Aceite de oliva
El aceite de oliva se destaca por su contenido en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes, los cuales desempeñan un papel fundamental en la reducción de la inflamación a nivel corporal. Además, el aceite de oliva se distingue como una fuente significativa de vitamina E, un componente esencial para el bienestar de las articulaciones. Se recomienda considerar la incorporación del aceite de oliva en reemplazo de otras opciones de aceites en preparaciones culinarias y ensaladas.
5. Cúrcuma y jengibre
La cúrcuma, una especia ampliamente reconocida por sus cualidades antioxidantes y propiedades antiinflamatorias, contiene en su interior la curcumina, un agente activo que contribuye a disminuir la producción de sustancias inflamatorias en el organismo. Este componente juega un papel en el alivio del dolor y la inflamación en las articulaciones. La cúrcuma se puede emplear como condimento culinario o ser tomada en forma de suplemento en cápsulas.
En cuanto al jengibre, este alimento, con sus beneficios antiinflamatorios, resulta valioso para la salud articular gracias a sus propiedades antioxidantes. Entre los componentes presentes en el jengibre, como los gingeroles y shogaols, se hallan atributos analgésicos y antiinflamatorios.
Investigaciones han indicado que el consumo regular de jengibre puede mitigar el dolor y la inflamación en las articulaciones, especialmente en individuos con artritis u otras enfermedades inflamatorias crónicas.
El blog farmaciagt.com concluyó que “mantener un peso equilibrado es de vital importancia, y para lograrlo, es esencial adoptar una dieta saludable en conjunto con una rutina de ejercicio constante”.
Esta combinación desempeña un papel crucial en la pérdida de grasa corporal. Para favorecer tanto la salud articular como la cardiovascular, se aconseja disminuir la ingesta de grasas saturadas y aumentar el consumo de grasas beneficiosas como las omega-3 y monoinsaturadas, ejemplificadas por el aceite de oliva.