Vida Moderna
Cinco alimentos que se deben consumir para proteger el corazón
Una dieta alimenticia poco saludable puede afectar de gran manera al corazón.
Un órgano como el corazón, cuya función es bombear sangre a todas las partes del cuerpo, se puede proteger con dos sencillos hábitos. El primero de ellos es practicar ejercicio de forma regular, como mínimo tres veces a la semana.
Y, el segundo, es alimentarse de forma saludable, incluyendo en la dieta todos aquellos elementos de origen natural y bajos en grasa, y eliminando del consumo diario los productos cargados de grasas dañinas, azúcar, sodio y más sustancias perjudiciales.
Si estas dos costumbres se complementan, le ayudarán al corazón a estar sano, sin embargo, si se mantiene un sedentarismo prolongado y si se continúa ingiriendo alimentos dañinos, los niveles de presión arterial, glucosa, colesterol y triglicéridos en la sangre van a aumentar sus valores, lo cual incrementa el riesgo de sufrir un ataque en el órgano vital.
Por eso, como se enfatizó, el ejercicio y la buena alimentación son pilares para proteger el corazón. En este sentido, la plataforma digital Catalana Occidente Seguros recomendó consumir los siguientes alimentos que son saludables para el órgano en cuestión:
1. Nueces: “Las nueces son unos frutos secos que gracias a su aporte de ácidos grasos omega 3 ayudan a prevenir problemas del corazón”, explica el sitio.
2. Aceite de oliva: “Un consumo moderado de aceite de oliva ayuda a proteger tu salud cardiovascular. Según la Fundación Española del Corazón, su composición de antioxidantes y ácidos grasos es la que te ofrece los beneficios que la salud de tu corazón necesita”.
3. Brócoli: “El brócoli es una hortaliza que ayuda a reducir el riesgo de accidentes cardiovasculares gracias a su composición de zinc, calcio, hierro, ácido fólico, vitamina K y antioxidantes”.
4. Salmón: “El salmón es una excelente fuente de proteína de alta calidad, además incluye vitaminas y minerales como el potasio, el selenio y la vitamina B12. Este pescado azul está compuesto de ácidos grasos como el omega 3 que ayuda a luchar contra el colesterol y fortalece los músculos de tu corazón, bajando la presión sanguínea y evitando que las arterias se endurezcan”.
5. Té verde: “Una o dos tazas de té verde al día ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares, ya que contribuyen a disminuir los niveles altos de grasa en la sangre”, concluye el portal.
Más sobre el corazón: señales que indican sobre un ataque cardíaco
El ataque cardíaco, también conocido como infarto del miocardio, ocurre cuando el flujo de sangre que transporta oxígeno a una parte del músculo cardíaco se bloquea de manera repentina y el corazón no recibe suficiente oxígeno.
En este caso, lo que ocurre es que si el flujo de sangre no se restaura con rapidez, el músculo cardíaco puede empezar a morir. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), los ataques cardíacos son muy frecuentes. Por ejemplo, solo en este país norteamericano más de 800.000 personas presentan al año este padecimiento.
Expertos del National Heart Lung and Blood Institute indican que la mayoría de los ataques cardíacos se deben a una enfermedad coronaria. La edad, hábitos de vida y otras afecciones médicas pueden aumentar el riesgo.
Seguir una dieta saludable y realizar ejercicio físico es fundamental para evitar que se presenten ataques del miocardio, especialmente en personas que no hayan sufrido ninguna enfermedad cardiovascular, precisa la Fundación Española del Corazón. También es importante dormir lo suficiente, pues esto reduce los niveles de adrenalina y cortisol y el riesgo de que las personas puedan presentar enfermedades del corazón.
Según expertos del The Texas Heart Institute, las principales señales de un ataque cardíaco son las siguientes:
1. Presión, ardor, tensión o molestia opresiva en el pecho que dura cinco minutos o más.
2. Molestia constante que parece indigestión.
3. Presión incómoda del pecho que irradia a los hombros, los brazos, el cuello, la mandíbula o la espalda.
4. Mareo, desmayo, sudor o malestar de estómago.
5. Dificultad para respirar sin que haya una explicación obvia.
6. Ansiedad, debilidad, náuseas o cansancio inexplicables.
7. Conciencia de tener alteraciones de los latidos normales del corazón, con sudor inexplicable y palidez de la piel.