Vida Moderna
Cinco secretos para ser inmensamente feliz, según un estudio de 80 años de Harvard
No es el dinero ni el éxito profesional. Esto es lo que reveló este esperado análisis de la prestigiosa universidad.
‘La buena vida’. Así se titula uno de los estudios de Harvard que más reacciones ha recibido en la historia reciente y que trata la búsqueda de casi toda la humanidad: la felicidad. Las conclusiones, lejos de parecer fruto de los grandes gurús del pensamiento, resultan simples.
En la vida, según el estudio, más que el dinero o los logros profesionales, la felicidad se logra gracias a tener buenas relaciones humanas. Así se demostró al seguir a 724 hombres de Boston (Estados Unidos) durante 80 años desde 1938 y luego estudiar a sus hijos baby boomer.
No es la primera vez que Harvard hace esa apuesta. La universidad empezó a medir cómo se comportaba el estado de salud de cerca de 268 estudiantes universitarios en ese 1938, ad portas del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Lo que acabaron haciendo fue una investigación longitudinal de largo aliento en la que encontraron qué tenían en común las personas que tenían una vida con salud y felicidad. Le llamaron ‘Estudio de Desarrollo de Adultos de Harvard’ y hasta 2017 solo 19 de los sujetos investigados seguían vivos.
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Vale decir, sin embargo, que la investigación en su momento tenía ciertas limitaciones, precisamente porque la educación universitaria en los años treinta era bastante elitista: solo entraron en el estudio hombres blancos y, como la universidad aún no admitía mujeres, no se recopilaron datos de ellas.
No obstante, los investigadores decidieron ampliar los alcances del estudio y recopilaron datos de los hijos de los hombres, que sumaron más de 1.300 personas.
“Algunos participantes se convirtieron en exitosos hombres de negocios, médicos, abogados y otros terminaron como esquizofrénicos o alcohólicos, pero no en caminos inevitables”, indicó la Universidad de Harvard a través de su portal de noticias.
“El hallazgo sorprendente es que nuestras relaciones y cuán felices somos en nuestras relaciones tienen una poderosa influencia en nuestra salud”, dijo el psiquiatra Robert Waldinger, director del estudio. “Cuidar tu cuerpo es importante, pero cuidar tus relaciones también es una forma de autocuidado. Esa, creo, es la revelación”, agregó Waldigner.
Una de las grandes revelaciones que entregó el estudio apuntaba a que el dinero y la fama no son tan importantes como las relaciones humanas “cercanas”. De acuerdo con los hallazgos de los investigadores, tener el apoyo de otras personas les permitieron a los sujetos ralentizar el deterioro físico y mental del paso del tiempo y resistir las tragedias y las malas noticias.
Tan importantes fueron las relaciones humanas para el estudio que su presencia en la vida de una persona fue el predictor más importante para determinar la longevidad y la felicidad de los sujetos. Aun por encima de otros factores como la posición social, el coeficiente intelectual y la composición genética.
“Los investigadores también encontraron que la satisfacción conyugal tiene un efecto protector sobre la salud mental de las personas. Parte de un estudio encontró que las personas que tenían matrimonios felices a los 80 años informaron que su estado de ánimo no sufría ni siquiera en los días en que tenían más dolor físico. Aquellos que tenían matrimonios infelices sintieron más dolor emocional y físico”, advirtió la agencia de noticias de la universidad, The Harvard Gazette.
Otra de las grandes conclusiones de la investigación es que las personas solitarias pueden enfrentarse a mayores dificultades. “La soledad mata”, indicó el psiquiatra Waldinger. “Es tan poderoso como fumar o el alcoholismo”, concluyó.
El investigador también aseguró que estas relaciones humanas no tenían que ser necesariamente perfectas para mejorar la calidad de vida de las personas. De hecho, indicó que en ocasiones varias de las parejas que fueron investigadas durante los años decían que discutían seguido. Pero lo importante, explicó Waldinger, era precisamente que las personas sintieran que podían contar con el apoyo de su pareja.
Hay al menos cinco cosas que hacen que las personas sean más felices.
1. Tener amigos. Las personas en el estudio que decían que no tenían tiempo para estar con otras personas fueron mucho más infelices que quienes aseguraron que pasaron momentos memorables con quienes amaban. El estudio incluso aseguró que quienes tienen buenas relaciones viven más en promedio.
También llamó la atención sobre la gravedad de ver televisión o estar en internet en exceso, que lo calculan en 11 horas diarias en los Estados Unidos en promedio. Esto para una persona joven son 30 años de su vida.
2. Escribir con quienes se cuenta. Es una de las claves de estar contento según el estudio de Harvard. Es clave saber si las personas tienen el apoyo que necesitan de sus seres amados. Y también saber cuando una persona necesita a otra.
3. La felicidad no es el propósito. Suele ser uno de los errores más comunes. La felicidad no es un objetivo sino una consecuencia. El estudio está lleno de personas que tuvieron muchos problemas en la vida, pero aún así fueron felices. El autor dice que la vida feliz está llena de alegría, pero también de dolor.
4. El método Wiser. Ayuda mucho a resolver los problemas. Se entiende así por sus siglas en inglés: Watch (observar), Interpret (interpretar), Select (a response) (buscar una respuesta), Engage (comprometerse), Reflect (tomarse el tiempo para cada una de esas respuestas).
5. Saber que la felicidad puede llegar en cualquier momento. Según el estudio, hay personas que tuvieron vidas miserables, y luego encontraron la plenitud. Se suele pensar que la felicidad está en la juventud, pero a veces eso es equivocado. Siempre hay tiempo.
Las lecciones más importantes de mi clase
Tal Ben Shahar, director de la cátedra de felicidad de la Universidad de Harvard, habló con SEMANA hace un tiempo sobre por qué es importante enseñar felicidad y cuáles son las lecciones más importantes que sus estudiantes aprenden en ella.
Enseñar felicidad se ha convertido en uno de los cursos más solicitados de las universidades más prestigiosas, incluida la de Yale, cuya cátedra recientemente ocupó las planas de la prensa debido a que es la más popular en la historia de dicho ente educativo.
El pionero de esta tendencia es el profesor de psicología positiva Tal Ben-Shahar, quien creó la primera cátedra de felicidad en la Universidad de Harvard. SEMANA habló con él sobre si es posible aprender felicidad y cuáles son las más importantes lecciones que él enseña en esa asignatura.
SEMANA: ¿por qué enseñar felicidad?
Tal Ben Shahar (T. B. S.): la felicidad, en palabras del psicólogo William James, es la preocupación más importante de la vida. Todos queremos ser felices (o menos desdichados). Más aún cuando incrementamos nuestros propios niveles de felicidad, también nos sentimos más generosos hacia los demás, más creativos, más comprometidos con la vida y disfrutamos más de nuestras relaciones.
SEMANA: pero muchos piensan que es difícil enseñar felicidad. Cuéntenos: ¿por qué usted cree lo contrario?
T. B. S.: hasta hace poco, el tema de la felicidad y de mejorar la calidad de nuestras vidas había estado dominado por la psicología popular. En muchos seminarios de autoayuda y en libros que se ofrecen actualmente hay mucha diversión y carisma, pero relativamente poca sustancia. Prometen cinco rápidos pasos hacia la felicidad, los tres secretos para el éxito y las cuatro vías para encontrar el amante perfecto. Estas son, con frecuencia, promesas huecas y eso ha hecho que la autoayuda sea mirada con cinismo. En el otro lado tenemos la academia, con estudios e investigaciones que son profundas que no encuentra cómo llegar a los hogares. De la forma como yo lo veo, el papel de la psicología positiva, y lo que hace mi clase, es tender un puente entre la torre de marfil y la gente, entre el rigor de la academia y la diversión del movimiento de autoayuda. En pocas palabras, la psicología positiva es la ciencia de la felicidad.
SEMANA: Entonces, no solo se debería dictar en universidades sino en la escuela primaria…
B.T.S.: Absolutamente, estamos ya implementando clases de psicología positiva para niños de 4 y 5 años. Lo hacemos con historias.
SEMANA: ¿cuáles serían esas lecciones básicas que enseña usted en sus clases de felicidad y que nadie debería perderse?
T. B. S.: aquí le cuento algunas.
Lección 1:
Dese permiso de ser humano: cuando aceptamos las emociones -como el miedo, la tristeza o la ansiedad- es natural que queramos sobreponernos a ellas. Rechazar nuestras emociones, positivas o negativas, lleva a la frustración y a la infelicidad. Tenemos una cultura obsesionada con el placer y creemos que la marca de una vida justa es la ausencia de malestar, y cuando experimentamos el dolor, lo tomamos para indicar que algo debe estar mal en nosotros. De hecho, hay algo malo en nosotros si no vivimos la tristeza y la ansiedad, que son emociones humanas. La paradoja es que cuando aceptamos nuestros sentimientos, cuando nos damos permiso de ser humanos y experimentar las emociones dolorosas, estamos más abiertos a tener emociones positivas.
Lección 2:
La felicidad está en la intersección entre el placer y el sentido: sea en el trabajo o en la casa, el objetivo es comprometerse en actividades que son tanto significativas en lo personal como placenteras. Cuando esto no es posible, asegúrese de que existan los propulsores de felicidad, momentos durante la semana que le provean placer y significado. Los estudios científicos muestran que una hora o dos de una experiencia placentera y con sentido puede afectar la calidad de un día entero, o aún toda una semana.
Lección 3:
Recuerde que la felicidad depende del estado de nuestra mente y no de nuestro estatus o de nuestra cuenta bancaria. Excluyendo situaciones extremas, nuestro nivel de bienestar está determinado por las cosas en las que escogemos enfocarnos y en nuestra interpretación de eventos externos. Por ejemplo, ¿nos enfocamos en la parte vacía o la parte llena del vaso? ¿Vemos los fracasos como catástrofes o las vemos como oportunidades para aprender?
Lección 4:
¡Simplifique!: estamos por lo general muy ocupados tratando de incluir más y más actividades en menos tiempo. La cantidad influencia la calidad, y comprometemos nuestra felicidad al tratar de hacer demasiado. Saber cuándo decir no a los demás significa decir sí a nosotros mismos.
Lección 5:
Recuerde la conexión mente-cuerpo: lo que hacemos o no hacemos con nuestros cuerpos influencia nuestra mente. Ejercicio regular, dormir adecuadamente, tener hábitos saludables de comida, todo eso lleva a tener una buena salud mental y física.
Lección 6:
Exprese gratitud, cuando sea posible: a veces damos por hecho todo lo que sucede en nuestras vidas. Aprenda a apreciar y a disfrutar las maravillosas cosas que pasan en la suya, desde la gente hasta la comida, desde la naturaleza hasta una sonrisa.
Lección 7:
Priorice sus relaciones: el mayor factor que predice el nivel de felicidad es el tiempo que se pasa con la gente que a uno le importa y que se preocupa por nosotros. La más importante fuente de felicidad puede ser la persona que está sentada al lado suyo. Aprecie a los demás y disfrute el tiempo que pasa con ellos.