Vida Moderna
Clavo de olor para reducir los niveles de azúcar: así se prepara
El clavo de olor es una planta que crece en áreas de Asia y América del Sur.
De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, los niveles de glucosa en la sangre se expresan en miligramos de azúcar por decilitro (mg/dL) o milimoles de azúcar por litro (mmol/L) de sangre y en general son:
- Menos de 100 mg/dL (5,6 mmol/L) se considera normal.
- Entre 100 y 125 mg/dL (5,6 a 6,9 mmol/L) se diagnostica como prediabetes.
- 126 mg/dL (7,0 mmol/L) o más en dos pruebas distintas se diagnostica como diabetes.
Síntomas de diabetes
- Aumento de la sed.
- Micción frecuente.
- Hambre extrema.
- Pérdida de peso sin causa aparente.
- Presencia de cetonas en la orina (las cetonas son un subproducto de la descomposición de músculo y grasa que ocurre cuando no hay suficiente insulina disponible).
- Fatiga.
- Irritabilidad.
- Visión borrosa.
- Llagas que tardan en cicatrizar.
- Infecciones frecuentes, como infecciones en las encías o en la piel, e infecciones vaginales.
Por ello, si tras exámenes médicos se diagnostican altos niveles de azúcar, el portal Poder del Consumidor revela que el clavo de olor es ideal para nivelarlos “gracias a los flavonoides que contiene”.
Respecto al consumo, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde señala que el clavo de olor se puede consumir al natural para aromatizar pasteles, panes, postres y caldos.
Adicional, indica:
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- “Para el té: colocar 10 g de clavo en una olla con un litro de agua y llevar al fuego hasta hervir durante 15 minutos. Luego dejar enfriar, colar y beber hasta tres veces al día.
- Polvo: tomar de 200 a 500 mg diluidos en agua, dos o tres veces al día”.
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Por otra parte, algunos hábitos para bajar los niveles de azúcar incluyen:
1. Practicar ejercicio: entre las actividades físicas más comunes se destacan caminar, montar en bicicleta o correr, y todas ellas se pueden realizar con cualquier nivel de capacidad y para disfrute de todos. Además, hay que cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos; o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos. Se vale también una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
2. Comer alimentos saludables: una dieta con gran cantidad de frutas, verduras, frutos secos, granos integrales y aceite de oliva se asocia con un menor riesgo de prediabetes. Además, es recomendable elegir alimentos con bajo contenido de grasa y calorías y con alto contenido de fibra.
Adicional, es ideal comer una variedad de alimentos que ayuden a alcanzar los objetivos sin comprometer el sabor o la nutrición. Además, se debe tener en cuenta que algunos alimentos que suben la insulina en la sangre son: chocolates, caramelos, mermeladas, miel, helados, gaseosas, alcohol, galletas dulces, comida rápida, harina de trigo refinada, cereales azucarados, entre otros.
También, es importante beber agua, pues menos agua en el cuerpo significa que hay una mayor concentración de azúcar en la sangre y el líquido ayuda con la eliminación de desechos. No obstante, el consumo diario de agua es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita aproximadamente nueve.