BELLEZA
Colágeno y ácido hialurónico: en qué se diferencian y cuáles son sus beneficios
Estas dos sustancias son segregadas naturalmente por el cuerpo, pero con el tiempo se va perdiendo su producción.
El colágeno y el ácido hialurónico no son lo mismo, pero se reconocen por ser capaces de combatir rasgos tan propios del envejecimiento facial como la falta de hidratación, de volumen y la pérdida de elasticidad de la piel.
De acuerdo con un estudio publicado por The National Institute of Health de Estados Unidos, tanto el colágeno como el ácido hialurónico son sustancias que el cuerpo segrega naturalmente, pero con el tiempo se va perdiendo su producción, por lo que la piel se queda sin firmeza y lozanía.
Estos dos productos se generan de forma natural y van reduciendo su producción con el paso del tiempo. Ambos son fundamentales para combatir el envejecimiento y, además, comparten el hecho de que ninguno presenta contraindicaciones ni implica precauciones si una persona decide aplicarlo, indica información de la marca L’Oréal París.
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¿En qué se diferencian?
El colágeno es una proteína que junto con la elastina forma una especie de malla cuya función es mantener la piel tersa, lisa y sin arrugas. No obstante, el cuerpo empieza a perder un 1 % al año de esta proteína cuando las personas superan los 20 años de edad. Expertos de la mencionada marca de productos de belleza destacan que la propiedad estrella del colágeno es mantener la tersura y elasticidad de los tejidos evitando que se “caigan” y, al final, preservar la juventud de la piel.
El portal Salud180 asegura que se trata de un producto que no es complicado de conseguir ya que algunas cremas lo contienen y también puede ingerirse por medio de polvo que se puede agregar a diferentes bebidas.
Además de ayudar a la piel, especialistas aseguran que el colágeno aporta en el mejoramiento del movimiento articular, ayuda a reducir el dolor y puede regenerar el cartílago, aportando a que las personas tengan mejores condiciones cuando se trata de movilidad, por ejemplo.
Ácido hialurónico
Por su parte, el ácido hialurónico es un polisacárido (un tipo de azúcar) que aporta hidratación y volumen. Entre sus mayores cualidades es que ayuda a rellenar los huecos que hay entre las células asegurando su flexibilidad, pero también tiene la capacidad de retener 1.000 veces su peso en agua y aportárselo a la piel. En este caso, su concentración empieza a disminuir a partir de los 25 años.
Según información de la compañía de salud Sanitas, se trata de una sustancia que se encuentra de forma natural en numerosos tejidos y órganos del cuerpo como: epidermis, tejido conectivo, cartílagos, líquido sinovial y ojos, entre otros. Una de sus propiedades más importantes es la capacidad para atraer y retener el agua, lo que hace que esos tejidos se mantengan en buenas condiciones.
Como consecuencia del proceso de envejecimiento su presencia en el organismo disminuye y, por tanto, la elasticidad y firmeza de la piel tornándose más flácida y abriendo así la puerta a la aparición de arrugas.
También se afectan las articulaciones de manera que los cartílagos se hacen más rígidos, pudiendo romperse y hacer que se sienta dolor con cada movimiento a causa del roce entre los huesos. Según la información de Sanitas, a la edad de 50 años en el organismo sólo queda la mitad del ácido hialurónico corporal, por lo que proveerle al cuerpo esta sustancia resultará beneficioso.
Tanto el colágeno como el ácido hialurónico puede aplicarse en el cuerpo y deben ser personas especialistas las que se encarguen de estos procedimientos que ayudan a corregir líneas de expresión, ojeras, arrugas u algún otro tipo de imperfección.