Covid-19

Colegio Médico Colombiano recomienda abstenerse de usar dióxido de cloro como tratamiento para la covid-19

La asociación de profesionales de la salud hizo una revisión amplia de la evidencia y los estudios que existen sobre el químico que algunos recomiendan, sin sustento, como tratamiento para el coronavirus y otras enfermedades.

10 de febrero de 2021
Médico suministró dióxido de cloro a pacientes con covid-19 en Bogotá.

Desde que comenzó la pandemia de la covid-19, en el mundo se han buscado tratamientos y soluciones a la enfermedad que ha dejado más de dos millones de muertos y 107 millones de contagiados en todo el planeta.

Hay cientos de ensayos clínicos en marcha con medicamentos existentes y aprobados para otras patologías. Sin embargo, el dióxido de cloro, que algunos recomiendan como la cura para enfermedades tan graves como el sida y el cáncer, no es un medicamento y no ha sido aprobado para ninguna enfermedad. Aun así, hay quienes lo recomiendan para tratar la covid-19 sin sustento científico que los respalde.

A pesar de que ni la Organización Mundial de la Salud (OMS), ni la Food And Drug Administration (FDA) en Estados Unidos, ni ninguna autoridad sanitaria importante en el mundo recomienda utilizar este limpiador de superficies como medicamento bajo ninguna circunstancia, cientos de personas son escépticas y están seguras de que sí sirve. Esto se debe a que hay grandes teorías de la conspiración detrás del uso del dióxido de cloro.

En Colombia, el Invima dejó claro que no hay estudios aprobados ni tampoco una autorización para utilizar el dióxido de cloro como medicamento para ninguna patología, y la Asociación Nacional de Infectología desaconseja su uso también.

Todo lo anterior se ve reflejado en un análisis profundo que hizo el Colegio Médico Colombiano (CMC) de toda la evidencia y ensayos que existen en Colombia y el mundo sobre el dióxido de cloro, para después expresar su posición al respecto.

La principal evidencia de uso de dióxido de cloro en humanos que hallaron los integrantes de la junta directiva y el comité de ética, está en un “estudio cuasi experimental de Ecuador” con una muestra de 104 adultos seleccionados por conveniencia.

Dicho estudio no describe entre los criterios de selección el momento de inicio de síntomas de la enfermedad, no hay selección aleatoria de la muestra, no evalúa carga viral, no hay descripción de cegamiento. Esto último se refiere a un método conocido como doble ciego, lo que significa que ni los participantes del estudio ni quienes lo realizan saben si están recibiendo el placebo o la sustancia en estudio. En el trabajo tampoco se habla del retiro o abandono de los pacientes del ensayo, no hay referencia sobre reacciones adversas o efectos secundarios ni tiene un comité de ética.

“Llama la atención la importante ingesta de agua según los protocolos (...) lo cual es parte fundamental para el manejo de cuadros respiratorios virales de cualquier tipo, más no existe un soporte de causalidad con el uso de ClO₂ y la disminución de síntomas o pronostico de severidad”, concluyen los expertos

El CMC también hizo una revisión del efecto “bactericida, virucida y fungicida” del dioxido de cloro. El grupo halló evidencia en revistas científicas indexadas sobre la desinfección de superficies, agua y aire, que es para lo que se utiliza el dióxido de cloro normalmente. Sin embargo, en ningún documento revisado se habla del uso humano y extrapolar dicho efecto desinfectante al cuerpo humano no tiene ningún sentido ni sustento o “plausibilidad biológica”.

En una región de Bolivia suministran dióxido de cloro a pacientes con covid-19 / Foto: AP | Foto: Foto: AP

Además, el CMC revisó información sobre efectos tóxicos en seres humanos y “modelos animales”, que está disponible porque el dióxido de cloro suele usarse para desinfectar alimentos. “Se demuestra un grado de seguridad sin que potencie la absorción de metabolitos orgánicos yodados, cause desequilibrios metabólicos o endocrinos por las bajas concentraciones sugeridas para uso comercial”, dice el documento. Pero añaden los autores que hay una posibilidad de problemas gastrointestinales y de disfunción orgánica a mayores concentraciones de dicha sustancia y por ingesta por vía oral.

Por otra parte, los expertos hicieron una revisión de la literatura sobre estudios clínicos en curso que estén en las principales bases de registro. Con sorpresa, los expertos hallaron que hay un estudio clínico en curso desde mayo de 2020 en Colombia con población adulta en instituciones públicas y privadas, y patrocinada con dineros privados. Este no está autorizado ni soportado bajo un grupo de investigación registrado. “La bibliografía utilizada hace referencia al efecto antimicrobiano en superficies y no ha realizado actualizaciones sobre los resultados ni los efectos en la población expuesta”, dice.

Sumado a eso, los integrantes del CMC hallaron que hay tres solicitudes de patente que aun no han sido aprobadas para uso humano y, además, dicen que el uso del dióxido de cloro para tratar la covid-19 no tiene fundamentos bioéticos.

En conclusión, el Colegio Médico Colombiano recomienda abstenerse de sugerir, formular y administrar el dióxido de cloro y sus derivados para el manejo de la covid-19, no solo por falta de evidencia sobre su efectividad, sino por las pruebas de posibles riesgos que puede tener para la salud humana.

Finalmente, los integrantes del CMC, en un comunicado, piden a los organismos de control que hagan seguimiento a los estudios clínicos con dióxido de cloro que se desarrollan en Colombia, y aclaran que apoyan el desarrollo de ensayos, siempre y cuando se adhieran al modelo científico, y respeten la legislación local e internacional.