Violencia de género

Colombia, segundo país de América Latina donde son asesinadas más personas LGBTI

Según un informe regional dado a conocer en El Salvador al menos 1.300 personas de la comunidad han sido asesinadas entre enero de 2014 y junio de 2019 por su orientación sexual. En el país son más de 500 casos.

9 de agosto de 2019
| Foto: Josep Lago / AFP

Esta semana en El Salvador, 10 organizaciones defensoras de derechos humanos de lesbianas, gay, bisexuales, trans e intersexuales, presentaron los resultados del informe “El Prejuicio no conoce fronteras” que alerta sobre el aumento de la violencia en contra de esta comunidad en los últimos cinco años y la ausencia de sistemas de información estatales que permitan documentar y atender estas agresiones. 

Las cifras reveladas son alarmantes, pues indican que más de 1.300 personas LGBTI fueron asesinadas entre 2014 y 2019 en América Latina y el Caribe y de esta cifra el 30 por ciento fue a causa del prejuicio. Aunque la información de Brasil se publicará en detalle en un informe posterior, cabe destacar que las cifras de asesinatos serían aún más altas, pues según proyecciones preliminares de la organización brasileña ANTRA allí los asesinatos podrían llegar a 1.650 en los últimos cinco años.

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El caso de Colombia no es menos preocupante. Aunque se ha avanzado en materia de derechos, la discriminación sigue cobrando vidas. Según el informe, en los últimos años fueron asesinadas 549 personas LGBTI y por los menos 195 de ellas fueron motivadas por el prejuicio hacia su orientación sexual o identidad de género. Cómo había explicado hace unos meses a SEMANA Marcela Sánchez, directora de la organización, lo más preocupante es que las investigaciones no avanzan y los responsables no son identificados ni sancionados. 

Además, la violencia en su contra sigue siendo alta. Durante el mismo periodo se registraron 431 hechos de violencia policial: 284 agresiones físicas, 11 actos de tortura, 3 ejecuciones extrajudiciales y 2 tentativas de homicidio. Sin embargo, no existen garantías de acceso a la justicia cuando la Policía se investiga a sí misma, por lo que la mayoría quedan empapelados. Finalmente, Colombia Diversa indica que las amenazas vienen en aumento:  32 en 2013, 23 en 2014, 47 en 2015, 49 en 2016 y 66 en 2017. De estas 217, 75 habrían sido perpetradas por grupos armados, sobre todo paramilitares. 

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A Colombia le sigue México, con 402 muertes en 5 años. Su peor momento fue en 2017, cuando se registraron 92 asesinatos. Y luego está Honduras con 164 muertes. Aunque tiene una cifra inferior que los dos primeros su situación es más grave teniendo en cuenta que en el país hay poco más de nueve millones de personas.

Entre la información obtenida por las organizaciones llama la atención la existencia de patrones comunes de violencia. Por ejemplo, una continua discriminación se ha ensañado de forma específica con mujeres trans y hombres gay, quienes encabezan las cifras más altas de homicidios. Así mismo, la investigación apunta a que la mayoría de las personas asesinadas son jóvenes que se encuentran en un rango de edad entre los 18 y 25 años. 

"Mientras que los cuerpos de los hombres gays son encontrados en sus domicilioscon múltiples heridas de objetos cortopunzantes o asfixiados, los cuerpos de mujerestrans son en general encontrados en espacios públicos con altas evidencias de crueldad; los ataques dirigidos a mujeres lesbianas, por su parte, se dan en general en pareja, en espacios públicos y en su mayoría por personas conocidas", afirma el estudio.

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En Colombia, Perú, República Dominicana y Paraguay las víctimas son asesinadas principalmente con "objeto cortante o punzante", mientras que en México, Honduras, Guatemala y El Salvador con armas de fuego.

Sin embargo, las muertes violentas de las personas LGBTI son más que números. El mensaje detrás es claro: quienes tienen una orientación sexual diferente deben ocultarla para mantenerse con vida. Por otra parte, el impacto simbólico de la omisión o débil respuesta de los Estados es grave debido a que fomenta de alguna manera la discriminación.

Esta es la primera vez que organizaciones de 10 países hacen un esfuerzo colectivo por recolectar datos que demuestran que sí es posible recoger esta información.