SALUD

La artritis reumatoide: no deje que lo incapacite

Esta enfermedad afecta al 30 % de la población mundial. La mayoría de los tipos de artritis son incurables, pero un tratamiento oportuno la hace una enfermedad de buen pronóstico.

12 de octubre de 2016

En el día de la Artritis Reumatoide, el mundo recuerda esta enfermedad que padece una de cada 100 personas y que es más común en mujeres de entre 30 y 50 años. Se trata de una enfermedad crónica y autoinmune que afecta las articulaciones. Esto quiere decir que el sistema inmunitario ataca sus propios tejidos, con lo cual ocasiona dolores profundos.

La artritis reumatoide no es sólo una enfermedad de las articulaciones y en esto quiere hacer hincapié la Asociación Colombiana de Reumatología. “La artritis reumatoide no es sólo un problema articular, también puede comprometer diferentes sistemas e incluso llevar a una disminución en la expectativa de vida cuando no se realiza el tratamiento adecuado”, asegura Carlos Enrique Toro, presidente de la Asociación Colombiana de Reumatología. Entre los compromisos que genera hay problemas cardiovasculares, neurológicos y oculares.

Esta patología es crónica y progresiva. Puede empezar de manera leve, pero si no se da un tratamiento oportuno, es capaz de desarrollar deformaciones que pueden incapacitar de por vida a quien la padece. Es algo que conoce muy bien María Antonia, una mujer de 43 años que fue diagnosticada con artritis reumatoide hace ocho. “Venía sintiendo fuertes dolores en las manos. Yo pensé que era por el exceso de trabajo, que siempre hay en el campo, pero un día me quedé bloqueada. No pude mover mis manos”, cuenta.

Precisamente, el dolor en las articulaciones es el síntoma más evidente de esta enfermedad, que también puede estar acompañada de cansancio frecuente, fiebre, malestar general y limitaciones para realizar actividades cotidianas. Frente a cualquiera de estos síntomas, se debe consultar al médico, pues un diagnóstico temprano es la oportunidad para tratar mejor la enfermedad y dar una mejor calidad de vida al paciente. “Los tratamientos médicos actuales y una detección temprana de la artritis reumatoide nos permiten asegurarle al paciente que podrá tener una vida prácticamente normal después del diagnóstico”, asegura Toro.

Esta es una enfermedad que afecta no sólo a quienes la padecen sino a su entorno, pues los miembros de la familia generalmente se vuelven cuidadores del paciente con artritis, sobre todo cuando está incapacitado debido al dolor y la deformidad de las articulaciones. Estas limitaciones también pueden desembocar en problemas emocionales como la depresión. “El diagnóstico fue duro, pero sobre todo era no poder salir a trabajar y que mis hijos tuvieran que hacer todo por mí. Eso era lo que más me enfermaba”, cuenta María Antonia.

Además de acudir al médico frente a cualquier dolor en las articulaciones, otras recomendaciones son dejar de fumar, manejar el estrés, realizar actividad física con frecuencia y llevar una dieta sana, suficientemente hidratada.