Vida Moderna
¿Cómo aumentar el flujo de oxígeno hacia el cerebro de forma natural?
Nunca es tarde para atender la salud cerebral y mental.
Una presión arterial muy baja, ataques de asma o episodios de ahogamiento pueden llevar a un bajo nivel de oxígeno en el cerebro, lo que se conoce también como hipoxia cerebral. Por el contrario, un flujo sanguíneo adecuado hacia el cerebro tiene grandes ventajas para el organismo, pues es un aspecto importante para prevenir enfermedades.
La salud cognitiva, por ejemplo, es otro de los elementos que puede mantenerse en condiciones óptimas si el cerebro, el flujo sanguíneo y la oxigenación se mantienen en niveles adecuados. De esto dependerán aspectos fundamentales para las personas, sobre todo en edades avanzadas, como la memoria y capacidad de concentración.
“El cerebro utiliza un 20 % del oxígeno disponible para su funcionamiento normal, lo que hace que la regulación estricta del flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno sean fundamentales para la supervivencia”, advierte un artículo científico publicado en el National Center for Biotechnology Information (NCBI, por sus siglas en inglés).
En ese sentido, el cerebro requiere un suministro constante de oxígeno y nutrientes para su buen funcionamiento. Cuando esto no ocurre se pueden presentar graves afectaciones en la salud de las personas.
Tendencias
Un estilo de vida saludable con buenos hábitos que se mantengan con el paso de los años es algo clave para mantener todas las áreas del organismo en un estado óptimo, pero a continuación se presentarán algunos consejos específicos para favorecer el funcionamiento del cerebro, uno de los órganos más importantes del cuerpo.
Realizar actividad física
El portal especializado Mejor Con Salud, citando una investigación publicada en Artery Research, recomienda realizar actividad física, especialmente con ejercicio aeróbicos, para mejorar el flujo sanguíneo en el cerebro y, por consiguiente, sus niveles adecuados de oxigenación. Caminar todos los días durante media hora, correr o montar bicicleta durante 15 minutos diarios es recomendable.
Alimentarse bien
De acuerdo a un artículo científico de la Escuela de Medicina de Harvard y publicado por Neuroméxico.org, hay algunos hábitos en la alimentación que pueden ayudar a mantener la salud y vitalidad del cerebro.
Según los expertos, una alimentación balanceada es clave. Hay estudios que indican que personas que llevan una dieta a base de frutas, vegetales, pescado, nueces, grasas instauradas y proteínas de origen vegetal son menos propensas a desarrollar deterioro cognitivo o demencia en su área cerebral.
Evitar el tabaquismo
Una investigación publicada en el Journal of Pharmacological Sciences advierte que fumar cigarrillo es un hábito negativo que perjudica el aumento del flujo sanguíneo en el cerebro, además de que puede ser un detonante para que una persona desarrolle enfermedades como el Alzhéimer.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el organismo internacional encargado de gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel mundial, ha calificado el consumo de tabaco como “la principal epidemia prevenible a la que se enfrenta la comunidad sanitaria”.
“El tabaco mata en el mundo a más de ocho millones de personas cada año. Más de siete millones de esas muertes se deben al consumo directo del tabaco y aproximadamente 1,2 millones al humo ajeno al que están expuestos los no fumadores”, señala la OMS en un informe publicado en su sitio web.
Entablar buenas relaciones
Potenciar las relaciones sociales y afectivas evitando la incomunicación, el aislamiento social y el estrés, es un buen ejercicio para ayudar al cerebro, según indica el portal especializado Cuidate Plus.
Si bien no existe un camino garantizado para mantener una salud cerebral óptima, las recomendaciones descritas anteriormente son basadas en estudios hechos tanto en animales, como en humanos, por lo que sus efectos están probados.
Según Neuroméxico.org, nunca es tarde para atender la salud cerebral y mental. No obstante, las personas deben tener en cuenta que algunas decisiones deben ser informadas y consultadas con profesionales de la salud.