Vida Moderna
¿Cómo bajar los niveles de urea en la sangre?
La urea es la cantidad de nitrógeno almacenado en el torrente sanguíneo, el cual debe eliminarse en la orina.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la urea alta es una de las enfermedades más complicadas en la sangre, dado que responde a razones netamente alimenticias.
Con base en la información de los expertos de Cigna, se sabe que la urea (conocida también como nitrógeno ureico) es una sustancia orgánica que puede ser tóxica, siendo resultado de la degradación de las sustancias nitrogenadas (proteínas), y normalmente es excretada por la orina y el sudor.
La urea se produce cuando las proteínas son descompuestas por el cuerpo. Se forma en el hígado y luego se elimina en la orina. Además, es la sustancia que ayuda a saber la cantidad de nitrógeno en la sangre.
El análisis de nitrógeno ureico en la sangre (BUN) se efectúa para analizar el funcionamiento de los riñones, debido a que no debe haber exceso de urea. Cuando estos órganos no pueden eliminar esta sustancia en la orina, el nivel de BUN aumenta y el cuerpo se afecta.
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En consecuencia, los niveles altos de urea aumenta la probabilidad de padecer insuficiencia cardiaca, deshidratación o enfermedades hepáticas. Se considera alta cuando supera las siguientes cifras:
- 7 mg/dL en hombres.
- 6 mg/dL en mujeres premenopáusicas.
- 4 mg/dL en niños.
- Relación urea en sangre/orina menor de 10.
- En orina de 24 horas, normal será entre 15 a 35 gramos.
¿Por qué pueden aumentar los niveles? La razón primordial es la falta de una dieta alimenticia óptima. Los malos hábitos de comida, sumado al sedentarismo y falta de actividad física, son los detonantes para esta situación. Por ende, el desarrollo de afecciones renales, hipertensión, diabetes, leucemia, psoriasis e insuficiencia cardiaca será más probable y así la urea no podrá ser eliminada.
Al inicio, la mayoría de pacientes podrían no manifestar síntomas o algunos de tipo inespecífico como astenia (cansancio extremo), pérdida de peso, diarrea y vómitos. Sin embargo, las complicaciones serias iniciarán cuando haya presencia de un daño renal, el cual será notorio en la espalda baja y de carácter pulsátil.
Como no se puede eliminar el nivel de urea, los riñones tienden a fallar en sus funciones, lo cual generará que los pacientes tengan fatiga repentina, debilidad y un bajo nivel de energía; aparte de los constantes dolores lumbares. Cuando esta situación se desarrolla con facilidades, otras enfermedades adyacentes serán:
- Alteraciones neurológicas.
- Insuficiencia renal.
- Insuficiencia cardíaca.
- Anemia.
- Trastornos de la coagulación.
- Hiperparatiroidismo.
- Síntomas gastrointestinales.
- Afección ósea (Huesos débiles).
Para solucionar esta complicación, lo fundamental es seguir una dieta hipoproteica, es decir, baja en proteínas. La cantidad de proteína permitida debe ser calculada con base en los requerimientos diarios de acuerdo a la edad, raza, actividad física, así como los hábitos alimenticios de la persona.
Como se trata de un nutriente esencial, la limitación no debe ser tomada a la ligera, sino que hay que hacerla bajo los parámetros de un especialista de la salud. De no ser así, puede hacer presencia de fallo multiorgánico, pérdida de peso no recomendado y daño en tejidos óseos.
Esto implica regular o impedir el consumo de carnes rojas, camarones, huevos, lácteos, suplementos deportivos, aves de corral, pastas, habichuelas secas, cereales y arroz.
Otra recomendación es mantenerse hidratado, debido a que un modo de mejorar el daño renal es la ingesta diaria de líquido para facilitar la eliminación de desechos. Se considera adecuado el aporte de 500/700 ml de líquidos adicionales a los que se excretan por día.
La ingesta de sal es esencial, por el hecho que esto permite retener el agua y otros solutos, aspectos esenciales para descongestionar a los riñones. Como se mencionó anteriormente, la falta de actividad física influye negativamente, por lo que seguir una rutina es necesario.