Las plantas medicinales pueden ser una buena opción, pero los expertos recomiendan continuar con la medicación y el control que asigna el profesional de la salud. Foto: GettyImages.
La diabetes es una enfermedad crónica que puede afectar muchos órganos del cuerpo. Foto: GettyImages. | Foto: Foto Gettyimages

SALUD

¿Cómo controlar la fatiga por diabetes?

Aumento de la sed, visión borrosa y pérdida de peso repentina, son algunos de los síntomas de esta enfermedad.

8 de julio de 2022

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo convierte los alimentos en energía, así definen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos esta afección que impacta la salud de millones de personas en el mundo.

La mayoría de los alimentos que las personas consumen se convierten en azúcar (glucosa) que se libera en el torrente sanguíneo. El páncreas produce una hormona llamada insulina, que se encarga de que ese azúcar ingrese a las células para que estas lo usen como energía.

Cuando esto no sucede, la glucosa se queda en la sangre generando graves afectaciones al organismo. Cuando un individuo no produce una cantidad suficiente de insulina o no puede usar adecuadamente la que genera, la glucosa en la sangre puede llevar a que la persona presente enfermedad del corazón, pérdida de la visión y hasta daños en los riñones.

Normalmente, es una enfermedad que en sus inicios no presenta síntomas y por eso es posible que millones de personas tengan diabetes sin saberlo. “Los primeros síntomas de la diabetes, especialmente la 2, no siempre son obvios. De hecho, los signos y síntomas pueden aparecer tan gradualmente que las personas pueden tener la enfermedad durante años antes de que se les diagnostique”, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic.

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En caso de que se presenten señales, las más evidentes son, por ejemplo, aumento de la sed y de la micción, visión borrosa, pérdida de peso repentina, aumento del hambre, llagas de curación lenta e infecciones frecuentes, encías rojas o que pueden presentar inflamación y hormigueo o entumecimiento en las manos o en los pies.

Fatiga, una de las principales señales

Sin embargo, no son los únicos signos. La fatiga es un síntoma muy común de esta enfermedad. Según Mayo Clinic esto obedece a que un nivel alto de glucosa en la sangre deteriora la capacidad del cuerpo para utilizarla para cubrir sus necesidades energéticas. La deshidratación por el aumento de la micción también puede hacer que las personas se sientan fatigadas.

De acuerdo con el medio especializado Medical News Today, existen algunas formas y recomendaciones para controlar la fatiga que se presenta por cuenta de la diabetes y lo primero es realizar cambios en el estilo de vida.

Una de las primeras sugerencias es mantener un peso saludable o perder algunos kilos si la persona está por encima de lo indicado; hacer ejercicio regularmente, practicar una buena higiene del sueño con horarios regulares para dormir que contemple de siete a nueve horas y relajarse antes de ir a la cama.

De igual forma, es determinante controlar y limitar el estrés y buscar apoyo de los amigos y familiares ya sea para hacer ejercicio o para compartir espacios en los que se pueda dejar de lado el estrés y la ansiedad.

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Para reducir la fatiga, también es esencial que una persona controle adecuadamente la diabetes y cualquier afección relacionada.

Para lograr este objetivo es muy importante “monitorear regularmente los niveles de azúcar en la sangre, seguir una dieta que limite los carbohidratos refinados y las azúcares simples, tomar todos los medicamentos recetados para la diabetes y seguir las instrucciones del médico cuidadosamente y buscar tratamiento adecuado para cualquier afección relacionada como enfermedad cardiovascular, enfermedad renal y depresión”, precisa Medical News Today.

Una persona con diabetes también puede presentar fatiga debido a otros factores que no necesariamente están relacionados con su afección. Por ejemplo, cuando se presenta una enfermedad aguda o padece de anemia, artritis u otras afecciones crónicas que causan inflamación, también cuando hay desequilibrio hormonal y si la persona sufre de apnea del sueño.