Vida Moderna
¿Cómo evitar enfermarse en un avión durante un vuelo largo?
Antes de montarse a un avión en el que pasarán más de seis horas, es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones.
Viajar es uno de los mejores planes que hay. Salir de la comodidad de casa para conocer ciudades, países y culturas es una experiencia única para cualquier persona. No obstante, uno de los problemas que aparecen en ciertas personas son las complicaciones de salud leves durante los vuelos, las cuales pueden generar mareos o ganas de vomitar.
Una reciente investigación hecha por expertos de European Heart Journal y titulada Emergencias médicas a bordo de vuelos comerciales de pasajeros: lo que necesita saber: una entrevista de ESC TV Today con el médico de Lufthansa Dr. Thomas Schmitt ahondó en esta situación analizando a diez mil pasajeros, los cuales en su gran mayoría experimentaron afecciones leves al momento de abordar y durante el vuelo.
Como punto de partida, los expertos señalan que lo habitual es que estas incomodidades no representen riesgo alguno, dado que no afectan de gravedad al organismo. Salvo que hayan antecedentes de índole cardiaco, las personas pueden viajar sin obstáculo. En este caso, el informe tomó en cuenta con pacientes leves con los de mayor gravedad.
El informe presenta una entrevista con ESC TV Today con el Dr. Thomas Schmitt, médico jefe de Lufthana en Frankfurt. En primer lugar, señaló que la mayoría de emergencias durante los vuelos intercontinentales ocurren en un tripulante por cada diez mil pasajeros. Estadísticamente hablando, un viajero frecuente tiene un 95% de probabilidad de enfrentar un incidente médico a bordo en 24 vuelos intercontinentales. La mayoría de los eventos médicos en vuelo son menores y los eventos graves son muy raros.
Schmitt señaló que las urgencias médicas más frecuentes en medio de los vuelos son 10% accidentales, 30% gastrointestinales y 40% tienen relación con afecciones neurológicas o cardiovasculares no graves. Con respecto a las últimas, el experto asegura que van desde dolores de cabeza, mareos, síncope hasta algunas complicaciones para respirar o dolencias en el pecho.
Cada aerolínea cuenta con un equipo de emergencias, pero a nivel general en Europa se ofrece lo necesario; es decir, un botiquín de primeros auxilios, otro para enfermedades infecciones, un oxígeno médico y un equipo médico de emergencia (también llamado botiquín médico). De igual forma, los funcionarios de la aerolínea cuentan con estudios en RPC y asistencia de emergencia durante el vuelo, lo cual hace que tengan las competencias necesarias.
Desde el punto de vista de los pasajeros, también se pueden llevar a cabo ciertas recomendaciones. Si bien lo ideal sería que acudir antes del vuelo largo ante un médico, es difícil que todas las personas acaten esa sugerencia. Lo bueno es que con acciones simples es posible evitar complicaciones durante el recorrido.
No hay problema con los viajes cortos, por lo que hay que prestarle atención a aquellos que exceden las seis horas, debido a que en cierto punto el aumento constante de altitud generará que la presión del oxígeno varíe.
La exposición a un entorno con menos oxígeno puede provocar problemas en personas con ciertas afecciones médicas, como por ejemplo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y algunas enfermedades cardíacas, como al enfermedad coronaria. De igual manera, este escenario es el responsable de taponamiento de oídos, senos paranasales y nariz.
Al ser recorridos de tanta duración, estar sentado por varias horas junto con la presión del oxígeno genera en ciertos casos que las venas profundas se compriman, lo cual es un factor de riesgo para los viajeros con antecedentes de trombosis o patologías cardiovasculares.
En ese orden de ideas, las recomendaciones del experto indican en que, si el vuelo es de tantas horas, lo mejor es pararse de la silla y caminar cada una o dos horas alrededor del pasillo. También sugieren utilizar ropa cómoda, evitar cruzar las piernas por mucho tiempo, moverse paródicamente y evitar el consumo de sedantes, hipnóticos y alcohol; tanto antes como durante el recorrido.
De igual forma, otra anotación para no enfermarse es acudir ante un médico días antes del viaje, para que se realice un chequeo general y tener constancia de alguna situación que pueda afectar el recorrido. De ser así, el experto indica que las personas deben seguir al orden de la letra el dictamen realizado.
Las personas con diabetes deberían llevar las pruebas de glucosa en sangre, así como el tratamiento con insulina, y los medicamentos orales en el equipaje de mano. Con respecto a los mareos, dolores de cabeza u oídos tapados, lo que se puede hacer es comer algo ligero antes de montar al avión, haber dormido correctamente, evitar bebidas azucaradas o alcohólicas y estirar las piernas lo máximo que se pueda en el vuelo.