VIDA MODERNA

¿Cómo evitar que su hijo sea machista?

El discurso feminista ha legitimado que hay que buscar la igualdad de género, sin duda la mejor opción es enseñarles a los niños que tanto hombres como mujeres son socialmente iguales.

12 de junio de 2017

El auge de las ideas por la igualdad de género se está inmiscuyendo en aspectos de la vida diaria que antes se veían imposibles. Y aunque el feminismo viene ganando muchas e importantes batallas, todavía quedan derechos qué conquistar. 

Varios psicólogos se han planteado entonces que la crianza podría ser un buen inicio para combatir el machismo. ¿Cómo? Esa es la pregunta que algunos de ellos se han esforzado en responder, en pro de construir una sociedad más equitativa.

A los niños muchas veces se les desalienta cuando demuestran gustos que son considerados por la sociedad como femeninos. Pero esto es solamente una construcción social. “Creo que hay actividades, roles y papeles en la cultura y la sociedad que históricamente se han atribuido a los hombres y mujeres. Esto ha ido cambiando con el tiempo”, dice Astrid Álvarez, psicóloga de la Universidad Javeriana.

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Estos papeles que hay en la sociedad no se les están enseñando correctamente a los niños. Muchos menores todavía son educados en un ambiente en el que se les motiva a ser incapaces de adoptar habilidades, en las que sí se han fortalecido mucho más las mujeres.

“Lo que se llama desarrollo cognitivo hace parte de la formulación de Piaget en la que mencionaba que no hay ninguna preferencia de color por fuerza o debilidad, siempre ha sido una imposición social desde la normatividad para reglamentarnos a nosotros como ciudadanos”, dice la psicóloga Carolina Guzmán.

El feminismo, definido desde una visión minimalista, comprende una búsqueda por la igualdad social entre hombres y mujeres. Precisamente Piaget identificó que tanto género masculino como femenino no tienen preferencia por color o fuerza, algo que choca continuamente en una sociedad en la que muchos padres verían con malos ojos vestir a un hijo de rosado o que juegue con muñecas.

Por eso es importante que los padres sean modelos a seguir. La sociedad se ha encargado de fortalecer la imagen de que la mujer es la que debe encargarse de las tareas del hogar. El hombre está en capacidad de hacer las labores a la par de las mujeres, por eso más que decirle a un niño que debería colaborar, su padre debería demostrarle con acciones que él ayuda también en casa, así el hijo seguirá estos modelos.

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Los expertos señalan la importancia de mostrarles a sus hijos que tanto hombres como mujeres son modelos a seguir.

Lo mismo aplica cuando se trata del uso del lenguaje en los padres. Cuando un padre le quita valor a una madre, no solo lo hace con ella sino con todo el género femenino. “Es importante hablar de las mujeres y los aportes que hacen, pero no solo como las grandes victorias sino también en el diario vivir, resaltar la función hace que valore ambos géneros por igual, para que puedan relacionarse con todas las personas independientemente de su género”, resalta la socióloga Juana Restrepo.

“Desafortunadamente, las mujeres también han hecho la reproducción de ese modelo machista, no hay nada más machista que esa frase ‘detrás de un gran hombre hay una gran mujer’, nada que ver, la mujer va a la par que el hombre”, dice Alejandro Pino, magister en Estudios Culturales.

También hay que darles libertad. Según un estudio liderado por la socióloga Elizabeth Sweet, los productos infantiles ahora están muchos más divididos por cuestión de género que hace 50 años. “No hay preferencia biológica, hay referencias socioculturales que se demandan a partir de la crianza, el color azul o rosado es una imposición social”, dice Guzmán, lo que confirma que la preferencia surge cuando los niños tienen conciencia de su género.

No hay que forzar al niño a que sea de determinada forma. Influye la libertad que tenga para ser lo que realmente es. Hay padres que no aceptan que su hijo baile o cocine porque ahí salen a flote los temores que tienen respecto a su orientación sexual, pero esto en realidad, no tiene relación alguna.

“Si al niño le gusta jugar con barbies, déjelo jugar con barbies, en su imaginación puede que las barbies sean karatekas. Que juegue con barbies no significa que sea marica”, dice Alejandro Pino. Hay que alentarlos a que se expresen y que lo puedan hacer en los colegios, varios de los cuales están lejanos en tolerar la diferencia. “Hay que dar la oportunidad de que tengan contacto con todas las actividades sin dar una serie de parámetros alrededor de ‘no lo puedes hacer porque esto es de niñas’”, afirma Guzmán.

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Hay que enseñarles a cuidar a los otros. Históricamente el cuidado de los otros ha estado a cargo de las mujeres, quienes se han preocupado por los niños, ancianos y enfermos. Enseñarles a que el otro también importa. Expertos se han dado cuenta de la efectividad de enseñarles a ser responsables con el cuidado de una mascota.

Sin embargo, a algunos les preocupa el hecho de no tocar el extremo opuesto. No hay roles mejores que otros, las características del hombre no lo hacen inferior a la mujer, ni viceversa. Pero tampoco se trata de regresar al viejo discurso. “Estoy aterrado con la cristianización que está teniendo Colombia. Vamos a tener millones de colombianos que van a creer que la mujer es del hogar y los gais son malos”, dice Alejandro Pino.

Frente a la enseñanza liberal Astrid Álvarez dice que "eso lo podría enseñar un papá que realmente estuviera curado, que no tenga angustia ni miedo. Hay papás muy tolerantes, que no son violentos. Pero puede que en su vida privada no sean así. Hay papás que proyectan en los niños sus propios problemas", dice la psicóloga. Con relación al auge de las iglesias cristianas en Colombia, es muy probable que aquellos valores tradicionales se mantengan en las generaciones siguientes que crecen dejando a un lado la igualdad de género.