Vida moderna
Cómo hidratarse para prevenir enfermedades crónicas, según estudio
“Los resultados sugieren que una hidratación adecuada puede ralentizar el envejecimiento y prolongar una vida libre de enfermedades”.
Los adultos que se mantienen bien hidratados parecen estar más sanos, desarrollan menos afecciones crónicas, como enfermedades cardiacas y pulmonares, y viven más que aquellos que no ingieren suficientes líquidos, según un estudio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), publicado en la revista eBioMedicine.
A partir de los datos sanitarios recogidos de 11.255 adultos durante un periodo de 30 años, los investigadores analizaron los vínculos entre los niveles séricos de sodio -que aumentan cuando disminuye la ingesta de líquidos- y diversos indicadores de salud y descubrieron que los adultos con niveles de sodio sérico en el extremo superior de un rango normal eran más propensos a desarrollar enfermedades crónicas y mostrar signos de envejecimiento biológico avanzado que aquellos con niveles de sodio sérico en los rangos medios. Los adultos con niveles más altos también tenían más probabilidades de morir a una edad más temprana.
“Los resultados sugieren que una hidratación adecuada puede ralentizar el envejecimiento y prolongar una vida libre de enfermedades”, afirma la doctora Natalia Dmitrieva, autora del estudio e investigadora del Laboratorio de Medicina Regenerativa Cardiovascular del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI), dependiente de los NIH.
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Ambos hallazgos proceden del estudio Aric (Atherosclerosis Risk in Communities), que incluye subestudios en los que participaron miles de adultos blancos y negros de todo Estados Unidos. El primer subestudio Aric se inició en 1987 y ha ayudado a los investigadores a comprender mejor los factores de riesgo de las cardiopatías y a elaborar directrices clínicas para su tratamiento y prevención.
Para este último análisis, los investigadores evaluaron la información que los participantes en el estudio compartieron durante cinco visitas médicas: las dos primeras, cuando tenían 50 años, y la última, cuando tenían entre 70 y 90 años.
Para permitir una comparación equitativa de la correlación entre la hidratación y los resultados de salud, los investigadores excluyeron a los adultos que presentaban niveles elevados de sodio sérico en los controles iniciales o con enfermedades subyacentes, como la obesidad, que pudieran afectar a los niveles de sodio sérico.
Después, evaluaron la correlación entre los niveles de sodio sérico y el envejecimiento biológico, que se evaluó mediante 15 marcadores de salud.
Esto incluía factores como la presión arterial sistólica, el colesterol y el azúcar en sangre, que proporcionaban información sobre el funcionamiento de los sistemas cardiovascular, respiratorio, metabólico, renal e inmunitario de cada persona. También se ajustaron factores como la edad, la raza, el sexo biológico, el tabaquismo y la hipertensión.
Esto se basó en indicadores como la salud metabólica y cardiovascular, la función pulmonar y la inflamación. Por ejemplo, los adultos con niveles de sodio sérico superiores a 142 mEq/L tenían un aumento asociado del 10-15 % de probabilidades de ser biológicamente mayores que su edad cronológica en comparación con los rangos entre 137-142 mEq/L, mientras que los niveles superiores a 144 mEq/L se correlacionaban con un aumento del 50 %. Asimismo, los niveles de 144,5-146 mEq/L se asociaron con un 21 % más de riesgo de muerte prematura en comparación con los rangos entre 137-142 mEq/L.
Asímismo, los adultos con niveles de sodio sérico superiores a 142 mEq/L presentaban hasta un 64 % más de riesgo asociado de desarrollar enfermedades crónicas como insuficiencia cardíaca, ictus, fibrilación auricular y arteriopatía periférica, así como enfermedad pulmonar crónica, diabetes y demencia.
Por el contrario, los adultos con niveles séricos de sodio entre 138-140 mEq/L tenían el menor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
Según los investigadores. los hallazgos no prueban un efecto causal, y advierten de que se necesitan ensayos aleatorios y controlados para determinar si una hidratación óptima puede promover un envejecimiento saludable, prevenir enfermedades y prolongar la vida, pero añaden que las asociaciones pueden servir de base para la práctica clínica y orientar el comportamiento personal en materia de salud.
“Las personas cuyo sodio sérico es de 142 mEq/L o superior se beneficiarían de una evaluación de su ingesta de líquidos”, subraya Dmitrieva, que apunta que la mayoría de las personas pueden aumentar su ingesta de líquidos de forma segura para alcanzar los niveles recomendados, lo que puede hacerse tanto con agua como con otros líquidos, como zumos o verduras y frutas con un alto contenido en agua.
Las Academias Nacionales de Medicina, por ejemplo, sugieren que la mayoría de las mujeres consuman entre 1,5 y 2,2 litros de líquidos al día, y los hombres, entre 2 y 3 litros.