PSICOLOGÍA

Diez técnicas para mejorar la concentración en un mundo lleno de distracciones

La mente es distraída por naturaleza, pero con internet y los aparatos tecnológicos ha perdido aún más el foco. Un experto revela diez técnicas para ser más productivo y creativo en un mundo lleno de distracciones.

2 de febrero de 2019
Una persona tiene la capacidad de concentrarse entre 30 y 40 minutos en una tarea antes de que la atención empiece a extraviarse por otros caminos.

Cualquier persona conoce la importancia de la atención. Y cualquiera que tenga un celular también sabe lo fácil que es perderla. La mente divaga por naturaleza, lo que ayuda en el proceso de crear, planear el futuro y conectar ideas. Por eso, se distrae por lo menos durante el 47 por ciento del día. Pero hoy, gracias a la tecnología, cada segundo de atención esta ocupado en algo, y ya no queda espacio para crear ni para concentrarse.

No obstante, hay luz al final de túnel. Chris Bailey, canadiense de 29 años, saltó a la fama por su best seller The Productivity Project. Según él, es posible salir de la trampa de la distracción para tener más productividad en el día. “Si la mente logra dejar a un lado los factores que interfieren en la concentración, logrará mucho más en menos tiempo”, dijo a SEMANA.

Este gurú de la productividad lanzó su nuevo libro, Hyperfocus, en el que explica que a la mente le gustan las cosas nuevas, inquietantes y placenteras. Pero con la llegada de la tecnología, se juntaron el hambre y las ganas de comer. “Con los aparatos que nos rodean se da típicamente una combinación de las tres. Nada más estimulante, amenazante y novedoso que su teléfono inteligente”, dice Bailey.

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Una persona tiene la capacidad de concentrarse entre 30 y 40 minutos en una tarea antes de que la atención empiece a extraviarse por otros caminos. Pero hoy algo la interrumpe apenas 40 segundos después de comenzar. Como resultado, el proceso de cumplir tareas de estudio, trabajo o de la vida personal se vuelve lento. Lo que es peor, al involucrarse simultáneamente en diferentes frentes no termina bien ninguno.

Bailey sostiene que, si se logra producir lo necesario en el día, quedará tiempo para que la mente merodee y sea más creativa. Su libro ofrece muchos ejercicios prácticos, pero estas diez reglas generales han demostrado favorecer la concentración.

1. Solo tres metas diarias:

La mayoría programa el día con listas de cosas por hacer. La tentación de abarcar mucho es grande, pero puede resultar abrumadora para algunos. Bailey propone concentrarse solo en tres tareas al día porque “ese número se ajusta al espacio de atención de nuestra mente y nos hace pensar en lo que es importante y lo que no”, dice. El autor sigue el ritual de escribir en la mañana en un tablero de su casa las tres actividades que espera completar en el día. Así puede lograr más con menos.

2. Intercambie el celular:

Según los estudios, la gente revisa los teléfonos celulares cada tres o cuatro minutos y chequea sus redes sociales 38 veces al día. Por eso, hay que hacer algo para controlarlos. Por ejemplo, voltearlos para no ver las notificaciones o ponerlos en silencio. Pero para algunos eso no alcanza. El siguiente nivel consiste en activar el modo avión para asegurarse de que no estarán disponibles. Y, si esto no funciona, hay medidas más drásticas como guardarlos en un cajón. Para los adictos, Bailey ofrece la más extrema de todas: intercambiar celulares con un compañero de la oficina. “Esto ayuda a deshacerse de la tentación de siempre tenerlos cerca”, argumenta.

3. Modifique su entorno:

Bailey sugiere tomar nota del ambiente en el que se encuentra porque este debe favorecer la actividad para desarrollar. Es mejor estar en un sitio desordenado si busca inspiración y creatividad. Por el contrario, para el experto, la atención se enfoca más en los sitios donde hay menos interrupciones: una habitación de su casa, la biblioteca o una cafetería.

4. Haga una lista de distracciones:

No solo las distracciones externas afectan la atención. También lo hacen las internas, como, por ejemplo, recordar algo que no ha hecho. El autor sugiere llevar una libreta de apuntes y anotar lo que desconcentra, desde nuevas ideas hasta tareas a las que debe hacer seguimiento. Esta lista recogerá la información que flota en la superficie de la conciencia y le ayudará a reenfocarse en la actividad pendiente.

5. Alarmas cada hora:

Muchos creen que lo ideal es resistir la tentación de desconcentrarse, pero Bailey lo considera inútil. Teniendo en cuenta que una vez distraído al cerebro le toma entre 30 a 40 minutos reenfocarse, lo mejor es prevenir esa situación. Sugiere poner una alarma cada hora para dejar la mente deambular por cerca de 20 minutos. En ese lapso podrá resolver esas cosas personales y urgentes que lo podrían distraer si no les da tiempo. Esto es importante sobre todo si tiene más de 40 años, cuando disminuye el espacio de atención. “Aunque la mente divaga menos, le cuesta más retomar el asunto tras distraerse”, explica.

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6. Meditación y mindfulness:

Desde hace una década Bailey practica la meditación. Según los estudios, hacerlo a diario durante 30 minutos es suficiente para ver mejoras en la capacidad de memoria y de enfocarse. También es útil subrayar frases al leer libros, pues centrarse luego en lo destacado ayuda a recordar el texto. Otra estrategia es tomar una ducha caliente antes de comenzar el día, pero, en lugar de tener la mente en estado divagador, sugiere hacer la técnica mindfulness que implica tener conciencia del ahora.

7. ¿Vale la pena?:

A veces la gente hace cosas por simple hábito. El autor invita a sus lectores a que antes de sentarse a leer un libro, o poner atención a un programa o una conferencia, piensen si vale la pena invertir su tiempo y energía en eso. Así como la gente es lo que come, en este caso puede definirse por las cosas a las que le presta atención. Este “es un recurso finito y el elemento más valioso que tiene para vivir la vida. De modo que hay que cerciorarse de que lo que consume tiene valor”.

8. Cafeína, por favor:

Según Bailey, la cafeína es un gran aliado a la hora de enfocar la atención en un tema. Por eso, si no es muy tarde en la noche (porque el organismo requiere 12 horas para metabolizar la cafeína), sugiere acompañar las actividades que requieren concentración con una buena taza de café. Esta sustancia ofrece un estímulo no solo físico, sino mental, pero el truco consiste en tomarla una vez comienza y no antes. Así, el efecto llegará en un momento más productivo. No obstante, si quiere tener una tormenta de ideas, el café ayudará, pero solo al final de la sesión. Su efecto se limita a cuatro o cinco tazas. Más allá de esa cantidad solo genera ansiedad e impide el desempeño cognitivo.

9. Música, maestro:

La música favorece la concentración, pero solo si se trata de melodías conocidas y sencillas. Si se repiten una y otra vez, mucho mejor. Porque si se trata de música nueva, atraerá el cerebro hacia ella y este no va a enfocarse en el trabajo. Aunque depende de la naturaleza de la tarea que desempeña, siempre es bueno ayudarse con una buena pieza, preferiblemente instrumental.

10. Vino para la creatividad:

En cuestión de atención el alcohol hace lo opuesto al café. Pero si se usa apropiadamente, puede ayudar a cumplir las tareas. Una bebida alcohólica, dice el autor, ayuda a reducir la inhibición, y eso, a su vez, lleva a que las ideas fluyan mejor: “Yo recomiendo una copa para generar ideas la noche antes de una reunión. Los estudios científicos apoyan esta medida”.