SALUD
Cómo prevenir el desgaste del cartílago de las rodillas
El sedentarismo, una alimentación deficiente y malas posturas pueden generar problemas en las articulaciones.
La rodilla es una de las articulaciones más susceptibles a desarrollar enfermedades o presentar lesiones, ya sea por padecimientos inflamatorios o degenerativos como la artritis o la artrosis, o por lesiones deportivas o traumáticas.
Es una molestia común que se puede presentar en personas de todas las edades. Puede comenzar repentinamente, como una situación leve y luego empeorar poco a poco, si se trata de un problema degenerativo, causando dolor.
La ubicación e intensidad del dolor puede variar según la causa que lo origine. Los signos que a veces acompañan esta molestia son: inflamación y rigidez, enrojecimiento y temperatura al tacto, debilidad o inestabilidad, sonidos de crujidos e incapacidad de enderezar completamente la rodilla, indica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
El cartílago articular es el que normalmente presenta los padecimientos. Este se encarga de amortiguar la fricción que se pueda generar en la articulación mientras se mueven los huesos que la conforman y por ello cuando se desgasta puede ocasionar inconvenientes de salud, dolor y en ocasiones volverse incapacitante.
Tendencias
Algunas de las razones por las cuales se presenta esta situación, según información del portal Fisioterapia Online, están relacionadas con el sedentarismo, alteraciones mecánicas en el cuerpo, traumatismos y microtraumatismos, mala nutrición del cartílago y una alimentación deficiente. De allí que las medidas que se adopten para prevenir ese desgaste son clave.
Peso saludable: cuando una persona tiene sobrepeso, esto ejerce gran presión sobre la rodilla. En un artículo publicado por la AARP, organización estadounidense que atiende a personas mayores de 50 años, el doctor John-Paul Rue, especialista en medicina deportiva en Mercy Medical Center en Baltimore, asegura que por cada libra de peso que un individuo gane, las rodillas tendrán cuatro libras más de fuerza sobre ellas e incluso más de eso cuando se suben o bajan escaleras, por lo que apuntar por evitar los kilos de más le hará bien no solo a esta parte del cuerpo, sino a todo el organismo.
Actividad física: la práctica de ejercicio físico de manera regular ayuda a mantener la función articular, incluida la fuerza y el alcance de movimiento en las rodillas. De acuerdo con los especialistas, es importante combinar las rutinas de ejercicios de manera que si, por ejemplo, una persona corre tres veces a la semana, haga algo de bajo impacto, como montar en bicicleta, pilates, nadar o usar la máquina elíptica en los días intermedios.
Fortalecer los músculos: de acuerdo con la publicación de AARP, desarrollar músculos fuertes en el muslo, especialmente los cuádriceps, los isquiotibiales y los abductores, mejora el alcance de movimiento, protege el cartílago de la rodilla y reduce el estrés que se le pone a esta articulación.
La citada fuente menciona a Richard Willy, profesor asistente de fisioterapia en University of Montana School of Physical Therapy and Rehabilitation Sciences, quien recomienda hacer sentadillas y zancadas dos veces por semana, asegurándose de que las rodillas se mantengan por encima de los pies y no se extiendan al frente de los dedos de estos.
Postura: adoptar una postura indicada también ayuda a cuidar las rodillas. Encorvarse o inclinarse demasiado cambia el centro de gravedad del cuerpo, y ejerce una presión adicional sobre las rodillas y las caderas. Por lo tanto, la recomendación es tratar de mantenerse erguido, con la cabeza alineada con los hombros, los hombros directamente sobre las caderas, las caderas alineadas con las rodillas y las rodillas con los pies. Realizar ejercicios de pilates, yoga, taichí y de fortalecimiento del tronco, como abdominales y extensiones de espalda, puede ayudar a mejorar la postura.
Zapatos cómodos: los especialistas aseguran que usar zapatos cómodos y con soporte ayuda a promover la alineación adecuada de las articulaciones en las extremidades inferiores cuando las personas se mueven. La ARPP cita al doctor Barton Branam, profesor asistente de cirugía ortopédica en University of Cincinnati, quien indica que las anormalidades posturales de los pies pueden contribuir a la osteoartritis de la rodilla, por lo que es importante usar calzado que ayude a evitar que los pies giren hacia adentro o hacia afuera durante el movimiento.
Dolor de rodilla: si la persona presenta dolor e hinchazón en la rodilla, es importante evitar correr, caminar o realizar cualquier actividad de alto impacto. Para aliviar la molestia se puede tomar un descanso, aplicar hielo, compresión y elevación, y tomar un medicamento antiinflamatorio como el ibuprofeno.