SALUD
¿Cómo reducir los niveles de insulina de manera natural?
Esta hormona hace que las células de todo el cuerpo absorban el azúcar y lo utilicen para obtener energía.
La insulina es una hormona que es producida por el páncreas. Una de sus funciones principales es permitir que el azúcar o la glucosa que se encuentra en la sangre pase a las células para generar energía.
La glucosa es un tipo de azúcar que normalmente está presente en muchos carbohidratos, los cuales luego de ser consumidos e ingresar al cuerpo, el tracto digestivo los descompone y los convierte en azúcar, que luego entra en el torrente sanguíneo a través del revestimiento del intestino delgado.
“Una vez que la glucosa está en el torrente sanguíneo, la insulina hace que las células de todo el cuerpo absorban el azúcar y lo utilicen para obtener energía”, precisa el portal Healthline.
El hígado también produce glucosa cuando el cuerpo la necesita. Por ejemplo, esto sucede cuando una persona está adelantando proceso de ayuno, precisa el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos.
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Por ejemplo, que una persona tenga muy alta la insulina, a lo que se le conoce como hiperinsulinemia, puede provocar un aumento excesivo de peso y otros inconvenientes de salud graves, como enfermedad cardíaca y cáncer, indica la mencionada fuente.
Otro de los problemas de mucha insulina en el cuerpo es que puede hacer que las células se vuelvan resistentes a los efectos de la hormona. Esta afección, conocida como resistencia a la insulina, lleva al páncreas a producir aún más esta sustancia, complicando los problemas de salud y generando el riesgo de que el individuo pueda comenzar a padecer de diabetes.
Para reducir los niveles de insulina en el organismo se puede recurrir a algunas alternativas naturales.
Menos carbohidratos
Seguir una dieta que incluya menores niveles de carbohidratos. Según Healthline, de los tres macronutrientes: carbohidratos, proteínas y grasas, los carbohidratos son los que más elevan los niveles de azúcar en la sangre y de insulina.
“Aunque los carbohidratos son una parte esencial de la mayoría de las dietas equilibradas y nutritivas, las dietas con menos carbohidratos pueden ser muy eficaces para perder peso y controlar la diabetes”, precisa este sitio web.
Huir del sedentarismo
Practicar ejercicio de manera regular es clave para ayudar a bajar los niveles de insulina en la sangre, pues una vida sedentaria, la obesidad y el sobrepeso pueden hacer que los niveles de esta hormona se disparen en el organismo.
Reducir el estrés
La carga de estrés también puede incrementar la insulina en el organismo. Información del portal Más que Médicos indica que “además del estrés emocional, existe el estrés fisiológico, provocado por enfermedades o condiciones médicas de distinto tipo, ocasionando unos y otros un aumento de los niveles de insulina”.
Por esta razón, bajar el estrés, ya sea practicando deporte, haciendo yoga u otro tipo de técnicas de relajación, puede ayudar a minimizar las subidas de la insulina en el cuerpo.
Cuidar el tamaño de las porciones
De acuerdo con información de Healthline, “el páncreas libera diferentes cantidades de insulina en función del tipo de alimentos que se ingieren, pero comer una gran cantidad de alimentos que hacen que el cuerpo produzca insulina extra puede acabar provocando una hiperinsulinemia”.
Reducir el consumo de azúcar
Cuando una persona está tratando de reducir los niveles de insulina, es clave que baje el consumo de azúcares, especialmente aquellos alimentos que tienen esta sustancia de manera añadida, pues se asocian con la resistencia a la insulina.
Más fibra soluble
Este tipo de fibra es muy favorable para el organismo, gracias a que atrae el agua y se convierte en gel durante la digestión. Esto hace lento el proceso digestivo, evitando que los niveles de azúcar y de insulina se suban en la sangre de manera muy rápida, luego de ingerir una comida.
“Este tipo de fibra se encuentra en el salvado de avena, la cebada, las nueces, las semillas, los fríjoles, las lentejas, las arvejas (chícharos) y algunas frutas y verduras”, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.