¿Cómo mantener sanos los pulmones? Estas son las recomendaciones que dan los expertos
Los pulmones son el órgano más afectado por el aire, según la OMS. | Foto: Getty Images

Vida Moderna

¿Cómo saber si los pulmones están sanos?

Las enfermedades respiratorias constituyen cinco de las 30 causas más comunes de muerte.

2 de marzo de 2022

Los pulmones tienen dos funciones principales. Una es obtener el oxígeno del aire que va hacia el cuerpo y otra es eliminar el dióxido de carbono, de acuerdo con MedlinePlus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que los pulmones son el órgano más vulnerable a la infección y las lesiones del ambiente externo, debido a la exposición constante a partículas, productos químicos y organismos infecciosos en el aire.

Asimismo, las enfermedades respiratorias constituyen cinco de las 30 causas más comunes de muerte. Por tal razón, es importante proteger los pulmones con una buena nutrición y hacerles una limpieza para eliminar las toxinas.

Para saber si los pulmones están sanos se puede hacer una prueba desde la casa que consiste en tomar aire, meter la cabeza en agua y aguantar la respiración. Si la persona aguanta al menos 30 segundos significa que los pulmones están saludables, según el portal Salud 180.

Si el tiempo es menor, es porque la capacidad pulmonar puede estar fallando, pero si el tiempo es superior a 30 segundos los pulmones están muy fuertes y sanos.

Sobre la misma línea, la biblioteca explicó que existen otros tipos de pruebas para saber la función pulmonar, como, por ejemplo:

  • Espirometría: El tipo más común de prueba de función pulmonar. Mide cuánto aire puede mover una persona hacia y desde los pulmones y la rapidez con la que puede hacerlo.
  • Prueba de volumen pulmonar: También conocida como pletismografía corporal. Mide la capacidad de aire de los pulmones y la cantidad de aire que queda después de respirar hacia afuera (exhalar) lo más posible.
  • Prueba de difusión de gases: Mide qué tan bien el oxígeno y otros gases pasan de los pulmones al torrente sanguíneo.
  • Prueba de esfuerzo con ejercicio: Analiza el efecto del ejercicio en el funcionamiento pulmonar.

Según la biblioteca, las pruebas de función pulmonar se suelen usar para encontrar la causa de problemas respiratorios; diagnosticar y monitorear enfermedades pulmonares crónicas como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) y enfisema; comprobar si el tratamiento de una enfermedad pulmonar está dando resultado; comprobar el funcionamiento pulmonar antes de una operación; comprobar si la exposición a sustancias químicas o de otro tipo en el hogar o el lugar de trabajo ha causado daño pulmonar.

Por su parte, es vital dedicar tiempo para limpiar los pulmones y la primera recomendación es practicar la terapia de vapor, que consiste en inhalar vapor de agua, que ayuda a abrir las vías respiratorias y a que los pulmones drenen la mucosidad.

Un segundo truco que se puede practicar para limpiar los pulmones es toser controladamente; para hacerlo, lo primero que se debe hacer es sentarse en una silla con los hombros relajados, manteniendo los pies completamente apoyados sobre el piso. Luego, se deben cruzar los brazos sobre el estómago, inhalar lentamente por la nariz y exhalar mientras se inclina el cuerpo hacia adelante, presionando los brazos contra el estómago.

En ese punto, se debe toser dos o tres veces al exhalar, manteniendo la boca ligeramente abierta y luego inhalar de manera lenta por la nariz.

Para finalizar, los expertos recomiendan hacer ejercicio, una rutina corporal que no solo ayude a mejorar la salud física y mental de las personas, sino que obligue a los músculos a trabajar más, lo que aumenta la frecuencia respiratoria del cuerpo. Con ello hay un mayor suministro de oxígeno a los músculos.

De otro lado, llevar una dieta sana a lo largo de la vida puede cuidar los pulmones y entre los alimentos que recomiendan los expertos para proteger los pulmones están los ácidos grasos omega 3, ya que son componentes importantes de las membranas que rodean cada célula en el organismo.

Estos ácidos se encuentran en pescados y otros mariscos (especialmente pescados grasos de agua fría, como salmón, caballa, atún, arenques y sardinas), nueces y semillas (como semillas de linaza, de chía y nueces negras), aceites de plantas (como aceite de la linaza, aceite de soja —soya— y aceite de canola) y alimentos fortificados (como ciertas marcas de huevos, yogur, jugos, leche, bebidas de soja —soya— y fórmula infantil), de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (NIH, por su sigla en inglés).