Vida Moderna
¿Cómo saber si mi bebé sufre de alguna enfermedad?
La fiebre es el primer y último síntoma que refleja la enfermedad de un recién nácido.
La crianza de los niños puede ser una tarea complicada para algunos padres o cuidadores. El primer paso para obtener información confiable es acudir a un psicólogo para recibir asesoría profesional adecuada.
En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud insiste en la importancia de proteger a los niños y contribuir a su bienestar y una buena calidad de vida. Ahora, un cambio de comportamiento de un bebé puedes ser señal de enfermedad; es posible que llore o su nivel de actividad sea distinto.
Si su bebé presenta alguno de los síntomas siguientes, lo más recomendable es que acuda de inmediato a un centro médico:
- No para de llorar.
- Está apático o lánguido.
- Sufre convulsiones.
- Comienza a hincharse la fontanela o mollera (la zona blanda en la parte superior de la cabeza).
- Tiene aspecto de estar adolorido.
- Aparecen manchas de color púrpura en la piel, u otro tipo de erupción.
- Está pálido o ruborizado.
- Tiene dificultad para respirar.
- Se niega a amamantarse o tomar del biberón.
- Vomita o tiene diarrea.
- Tiene fiebre (para bebés de 3 meses o menos).
Este último síntoma en bebés recién nacidos, puede ser el primer y único signo de una infección grave. Por ello, debe estar atento que su temperatura sea mínima por encima del rango normal. Cabe mencionar que la temperatura estable es de 38 °C.
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“Las infecciones causan la mayoría de las fiebres. Tiene fiebre porque su cuerpo está tratando de matar el virus o las bacterias que causaron la infección. La mayoría de estas bacterias y virus sobreviven bien cuando su cuerpo está a su temperatura normal. Pero si tiene fiebre, es más difícil para ellos sobrevivir. La fiebre también activa el sistema inmunitario de su cuerpo”, explica MedlinePlus, la enciclopedia virtual de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
A parte de la fiebre, también los bebés pueden llegar a mostrar los siguientes efectos:
Cambios en el comportamiento
Este es el primer signo que se presenta, pues es posible que el niño llore y muestre cambios repentinos. Pero si se mantiene activo, se alimenta adecuadamente y se calma cuando está llorando, es porque se encuentra bien de salud y solo debe tener cansancio o que puede descansar bien.
Letargo
Es llamado como apáticos, es decir, que tienen poco o nada de energía, duermen más de lo común y resulta una tarea difícil para despertarlos. Sin embargo, cuando se encuentran despiertos, están somnolientos, actúan con lentitud, no están alertas y no prestan ninguna atención a los estímulos visuales ni a los sonidos.
Cuando sucede el letargo puede ser una infección común, como resfriado o en casos graves, la gripa o la meningitis. No obstante, las causas de este síntoma pueden ser enfermedades cardíacas o de la sangre, como talasemia. Por eso debe acudir a un médico cuando vea que su bebé está bajo este efecto.
Irritabilidad
Es necesario aclarar que el llanto es la única forma en la que un bebé se puede comunicar y con el tiempo van desarrollando diferentes tipos de gritos, mientras que sus cuidadores van descifrando qué necesitan.
Aunque, cuando comienzan a llorar desconsoladamente puede ser una condición de cólicos en la que el pequeño no se podrá calmar. Dicha afección comienza poco después de las primeras seis semanas.
Cuando ellos están muy irritables, impacientes y quisquilloso puede ser un aviso de que se encuentra enferomo o adolorido. Además, se ponen agitados o empiezan a temblar. La irritabilidad puede ser un caso de estreñimiento, dolor abdominal, dolor de oído o una infección viral o bacteriana.