Vida Moderna
¿Cómo saber si se tiene depresión o es tristeza? Así se diferencian los síntomas
La depresión es una enfermedad mental común con un importante factor de riesgo de suicidio.
Todas las personas se sienten tristes o decaídas de vez en cuando, pero estos sentimientos suelen desaparecer en poco tiempo, mientras que la depresión, también llamada “depresión clínica” o “trastorno depresivo mayor” es diferente, ya que la depresión puede causar síntomas graves que afectan cómo se siente, piensa y coordinan actividades diarias como dormir, comer o trabajar, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos.
Así las cosas, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explicó que los síntomas de depresión incluyen:
- Estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces.
- Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño.
- Cambio grande en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso.
- Cansancio y falta de energía.
- Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa.
- Dificultad para concentrarse.
- Movimientos lentos o rápidos.
- Inactividad y retraimiento de las actividades usuales.
- Sentimientos de desesperanza o abandono.
- Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.
- Pérdida de placer en actividades que suelen hacerlo feliz, incluso la actividad sexual.
Además, la depresión a menudo se transmite de padres a hijos y esto puede deberse a los genes, comportamientos aprendidos en el hogar o a su entorno. La depresión puede ser desencadenada por un hecho estresante o infeliz en la vida. Frecuentemente, se trata de una combinación de estos factores.
Por ello, la gran diferencia entre la tristeza y la depresión es que la primera pasa con el tiempo, mientras que la depresión es un estado constante que no permite reanudar las tareas diarias.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que la depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, pues se estima que afecta a un 3,8 % de la población, incluidos un 5 % de los adultos y un 5, 7% de los adultos de más de 60 años.
Sin embargo, pese a que hay tratamientos conocidos y eficaces contra los trastornos mentales, más del 75 % de las personas afectadas en los países de ingresos bajos y medianos no recibe tratamiento alguno.
De otro lado, la biblioteca explicó que existen otros tipos de depresión como:
- Depresión posparto. Muchas mujeres se sienten algo deprimidas después de tener un bebé, pero la verdadera depresión posparto es más grave e incluye los síntomas de la depresión mayor.
- Trastorno disfórico premenstrual (TDPM). Síntomas depresivos que ocurren una semana antes de la menstruación y desaparecen después de menstruar.
- Trastorno afectivo estacional (TAE). Ocurre con mayor frecuencia durante las estaciones de otoño e invierno, y desaparece durante la primavera y el verano, muy probablemente debido a la falta de luz solar.
- Depresión mayor con características psicóticas. Sucede cuando una persona padece de depresión con una falta de contacto con la realidad (psicosis).
De igual forma, muchos factores también pueden causar depresión, como: alcoholismo o consumo de drogas; afecciones médicas, como cáncer o dolor (crónico) a largo plazo; situaciones o hechos estresantes en la vida, como la pérdida del trabajo, divorcio o fallecimiento de un cónyuge u otro miembro de la familia; aislamiento social (una causa común de depresión en adultos mayores).
Por ello, si la persona sufre depresión grave, es posible que necesite una estancia hospitalaria o participar en un programa de tratamiento para pacientes ambulatorios hasta que los síntomas mejoren.
No obstante, es importante consultar a un experto de la salud si escucha voces que no existen; si llora con frecuencia sin una causa; si su depresión ha afectado su vida laboral, escolar o familiar por más de dos semanas; si piensa que su niño o adolescente puede estar deprimido; si presenta tres o más síntomas de depresión, si piensa que uno de los medicamentos que está tomando actualmente puede estar causándole depresión. Sin embargo, no se debe cambiar ni suspender los medicamentos sin consultarlo con un proveedor.