Vida moderna
¿Cómo saber si tiene que ir al psicólogo?
La salud mental es uno de los factores fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas.
Visitar un doctor o ir un a centro médico es la respuesta más común cuando se tiene alguna enfermedad, dolencia o alguna consulta sobre un tema específico que se quiera conocer. Por ejemplo, cuando se presenta una emergencia como un accidente o un dolor muy fuerte inmediatamente se acude a un centro médico para mejorar el estado de salud. O cuando, tenemos problemas de vista o de acné y se visita a un especialista para conocer qué aspectos se deben cambiar para dar una solución a lo que se necesita. Se tiene consciencia sobre la importancia de ir al doctor, para mejorar el estado de salud y evitar mayores complicaciones. Esto se reconoce en cuanto a la salud física; pero ¿qué se conoce sobre la salud mental?
En la sociedad existen muchos temas que, a través de la historia, se han convertido en algo extraño, bizarro y fuera de lo cotidiano. Ir al psicólogo es una de las acciones que las personas suelen relacionar con problemas de graves de la mente; incluso, confundir las diferentes funciones de la psicología con la psiquiatría.
Además de la salud física y la prevención de sus enfermedades, la salud mental es fundamental en la vida del ser humano. La salud mental incluye varios factores, el bienestar emocional, psicológico y social. Según indica Medline Plus, Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, “afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones”. Es relevante para todo el desarrollo de la vida, en las diferentes etapas, desde la niñez hasta la vez, cuando se muere.
Uno de los mitos sobre ir al psicólogo es que se hace esta visita solo cuando se presenta alguna enfermedad mental, como trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, trastornos alimenticios o de estrés. Algunas personas consideran que la psicología solo se encarga de tratar a aquellas personas que, aparentemente, no están bien. Allí es donde está el primer error.
Es importante conocer la importancia de la salud mental en la vida del ser humano. Está determinada por diversos factores que rodean el entorno de cada persona. La economía individual es una de las razones que pone en riesgo la salud mental. “las pruebas más evidentes están relacionadas con los indicadores de la pobreza, y las condiciones de vida de las personas. La salud mental es una parte integral de la salud y va más allá de la ausencia de trastornos mentales”, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ir al psicólogo
La presencia de trastornos o problemas mentales no es la única razón para ir al psicólogo. La principal motivación para hacerlo es querer mejorar el estado de salud mental y mejorar la calidad de vida. La psicología se encarga de explorar algunos conceptos como la percepción, la inteligencia, la memoria, personalidad, la conciencia y los procesos inconscientes. En la actualidad, algunas instituciones de salud han incluido los servicios de salud psicológicos con sesiones y terapias, porque reconocen que ayuda a mejorar la calidad de los pacientes, indica Sanitas, entidad de salud.
¿Cuándo se debe ir al psicólogo?
Los expertos recomiendan ir al psicólogo al menos cada seis meses, sin importar que se identifique abiertamente algún problema. Así como se realizan exámenes periódicos para conocer la salud física, también es importante revisar el estado de la salud mental. Sanitas, Mayo Clinic y Medline Plus explican algunas de las situaciones o síntomas en las que se recomienda visitar al psicólogo.
- Cambios repentinos en la alimentación.
- Cambios en los hábitos o rutinas de sueño.
- Padecer dolores y molestias sin razón alguna.
- Presentar cambios de humor que susciten problemas en las relaciones interpersonales.
- Perder el control sobre las emociones, en especial en situaciones de la rutina diaria.
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Incapacitad o dificultad para afrontar problemas cotidianos.
- Actitudes y comportamientos violentos.
- Sentirse irritable, agresivo o triste.
- Abuso de sustancias (drogas).
- Consumo en exceso de alcohol (más de lo habitual)