Televisión
¿Cómo se rodaron las escenas de sexo en Bridgerton?
Las intimidades de Daphne y el duque Simon en la exitosa serie de Netflix son tan atrevidas, que hasta las están pirateando las páginas de porno. Estos son los secretos de cómo se lograron.
Si algo tiene a Bridgerton en los primeros lugares de audiencia en todo el mundo es la osadía de sus momentos eróticos, poco usuales en los dramas de época británicos, conocidos por ser muy conservadores.
Ese factor, sin duda, ha elevado el sex-appeal de sus protagonistas, Phoebe Dynevor, en el papel de Daphne Bridgerton, y Regé-Jean Page, como Simon Basset, duque de Hastings, aunque ellos, como la mayoría de sus colegas, han dicho en entrevistas que esa parte de su trabajo puede ser incómoda y hasta diametralmente opuesta al placer que deben representar.
Sin embargo, eso ha experimentado un vuelco significativo desde el estallido del movimiento #MeToo, ya que esos momentos eran aprovechados por personas malintencionadas que no faltan en los estudios.
Al staff de las series y películas se ha sumado ahora un nuevo elemento: el coordinador o coach de intimidad para los actores, y en la serie de Netflix la labor estuvo a cargo de Lizzy Talbot, cuya labor Dynevor no se cansa de elogiar, pues cumplió su cometido de hacerla sentir a gusto durante la realización de las escenas de cama, al punto que hasta las disfrutó, según le contó a The Times, de Londres.
Tendencias
“Lizzy me hizo sentir segura como actriz, porque me indicaba exactamente lo que debía hacer: ‘Él colocará su mano aquí y tú pondrás la tuya en esta parte’”. Nada que ver con experiencias anteriores, en las que tuve a un director gritando: “¡Muestra tu pasión! ¡Agárrala por el c…!”, explicó la artista.
Lizzy Talbot corrobora que, efectivamente, todo es milimétricamente guiado por una coreografía y, para los que creen que los profesionales como ella salen de la industria porno, he ahí la gran diferencia: una cosa es un coito verdadero y otra muy distinta simularlo.
Así se lo explicó a Vulture, en una entrevista en la que también aclaró que su trabajo va más allá de marcarles a los actores sus movimientos.
“En un rodaje o grabación yo tengo muchos retos y, por ende, mucho trabajo. Por citar un caso, hay unas tomas eróticas con mucha lluvia en el capítulo seis, en las que me tocó lidiar con un vestuario mojado y complicado como el de la Regencia, con sus corsés, botas y demás prendas que no eran nada fácil quitarse”.
“Hacía frío, entonces me tocaba considerar cómo tener a los actores a buena temperatura, con abrigos y botellas de agua caliente entre las escenas, para lo cual trabajé muy de la mano del departamento de vestuario”, reveló.
Entre los detalles curiosos y divertidos, Talbot destaca que las escenas se grabaron en camas originales de la Regencia, que se quedaban cortas a la hora de acomodar a Regé-Jean, con sus 1,80 metros de estatura.
Por eso, uno de sus mayores retos fue crear coreografías en que él no quedara con los pies fuera de la cama o que, dado lo estrechos que eran esos lechos también, ambos fueran a dar al piso en una de esas cabriolas.
Uno de los instantes calientes más comentados de la serie es aquel en que Daphne obliga al duque a tener un orgasmo dentro de ella, en medio de su conflicto entre tener o no tener hijos.
Al respecto, Talbot señaló que el foco allí era el cambio de poder, teniendo en cuenta que la serie busca romper con el estereotipo de la mujer sumisa.
La coordinadora de intimidad afirmó que “es Daphne quien conduce el momento hasta llegar a la penetración. Teníamos claro que era necesaria una muestra de control, así que es ella la que se suelta la trenza y aleja a su marido de un empujón, de modo que él pueda contemplar su cuerpo”.
De otro lado, la producción se vio en dificultades a la hora de cumplir una de las nuevas reglas en la realización de este tipo de secuencias, como es que debe estar presente el menor número de personas.
Clyvedon, el palacio del duque, es escenificado en el castillo Howard, propiedad de la familia del mismo nombre y que mantiene su esplendor desde hace 300 años, gracias al celo de sus empleados, quienes se negaron a abandonar las habitaciones mientras se hacían las escenas íntimas.
“La idea de un set cerrado durante tomas sexuales se ha vuelto sacrosanta, pero para ellos lo es también su trabajo”, declaró la directora Julie Anne Robinson. “No tenían empacho en interrumpirnos para pedirnos que el sexo no fuera tan frenético en esas camas antiguas”, agregó.
El fruto de todo este arduo trabajo está recogiendo aplausos por montones, pero para los actores eso viene con un sabor agridulce, ya que algunos sitios de pornografía están montando sus encuentros eróticos de ficción sin permiso y con cientos de miles de visitas.
“Que estas tomas aparezcan junto con algunos de los materiales más obscenos de la web le ha provocado Phoebe horror e ira”, le dijo a The Sun, de Londres, una fuente allegada a la actriz, que agregó: “Tanto ella como Regé-Jean firmaron un contrato para hacer el papel de su vida y no para ser explotados de esta manera”. Varios de los sitios han borrado el material luego de las advertencias de Netflix, que ahora está alerta para defender la dignidad de sus estrellas.