ESPECIALES SEMANA
Cómo ser feliz: el sentido del propósito
¿Qué va a hacer con los 20.000 días que tiene para vivir? esa pregunta es el punto de partida para darle un sentido a la vida, según el asesor y coach Andrés Aljure Saab. En esta primera lección, el experto comparte cómo construir un sentido de propósito.
La expectativa de vida al nacer en Colombia es de 75 años. Si cuenta con suerte, eso significa que a partir de su mayoría de edad tendrá 20 mil días a su disposición. La pregunta que puede hacerse al levantarse por las mañanas es: ¿Qué hacer con ese tiempo?”. Ese interrogante ayuda a dar claridad a esas cosas que más tienen valor para usted. Esto es importante porque, según la ciencia, el sentido de propósito contribuye a disminuir las enfermedades cardiacas, a reducir el riesgo de depresión y a tener mejor sueño. Además de eso, cuando cualquier persona afronta momentos difíciles, es su sentido de propósito el que le hace seguir adelante a pesar de que haya ausencia de emoción placentera. Si ya lo tiene, téngalo en cuenta y actúe en coherencia con él. Si no, puede considerar estas sencillas recomendaciones.
¿Qué es?
El sentido de propósito es esa razón por la cual usted se levanta todas las mañanas. No es necesario preguntárselo a diario pero si es bueno hacer el ejercicio de vez en cuando para tenerlo claro. El sentido de propósito es lo que le da sentido a las circunstancias. Según estudios, ayuda no solo a disminuir enfermedades, sino a capotear mejor las situaciones complejas que nunca faltan en la vida. Es un motor que nos hace levantarnos ante planes que se frustran y nos hace seguir adelante. A lo largo de la vida, si tenemos suerte viviremos 20 mil días y eso implica que habremos trabajado cerca de 100.000 horas. Por lo tanto el sentido de propósito está muy relacionado con el trabajo. La pregunta que hay que hacerse es si eso está alineado con cómo quiero vivir mi vida. Pues trabajar en lo que me gusta facilita que incluso ante la adversidad, o frente a los jefes difíciles y colegas con los que no tengo la mejor relación, podamos seguir adelante con nuestros objetivos laborales.
Si su cargo incluye filtrar llamadas, cuadrar la agenda del jefe, coordinar los comités, esa es sólo su lista de tareas. Ahí no hay un sentido aparente de propósito. Pero si quisiera conectarlo con ese concepto, podría decir que a través de esas actividades usted es la persona que libera tiempo y facilita espacio para que su empresa pueda trabajar de manera más eficiente. Eso sí da sentido de propósito. Un ejemplo aún más simple: si trabaja en una ferretería vendiendo martillos y puntillas, es obvio que un ejemplo de sentido de propósito es lograr el sustento de su familia, pero también lo es el hecho de querer relacionarse con el cliente y ofrecerle herramientas de calidad. Cada quien tiene su sentido de propósito y como tal siempre está relacionado con su vida espiritual y laboral, entre otras facetas de la misma.
Algunos ejemplos de sentido de propósito
Algunos tienen sentidos de propósito muy grandes como cambiar el mundo. Otros son más privados y pueden consistir en llevar a diario el sustento para el hogar. Lo importante es entender que el sentido de propósito es personalizado y a la medida de cada quien, con sus circunstancias y características. Algunos ejemplos de propósitos pueden ser lograr que sus hijos estudien, mientras que el de otros puede ser trabajar en un voluntariado donde sienta que lo que hace ayuda a mejorar la vida de otras personas. Otros ejemplos pueden ser el trabajar por la familia, procurar que los hijos sean seres valiosos para la comunidad, o contribuir con la prevención del cáncer. También puede ser el caso de un profesor que quiere trabajar porque haya colombianos más educados, o un ama de casa que quiere construir mejores lazos con esos vecinos. Como ve, son diversos e infinitos y deben ser coherentes con lo que cada quien cree que vale la pena.
La metáfora del río
Imagine un río caudaloso que usted quiere cruzar al otro lado. El río tiene piedras, el caudal es fuerte y lo podría arrastrar. Todo esto puede impedir que lo cruce. El sentido de propósito en esta metáfora consiste en pensar que hay una cuerda imaginaria atada a dos árboles a cada lado del río, de manera que a pesar de que el río le vaya empujando con su caudal, usted se aferra a ella en todo momento, tanto en aquellos en que el río es pando y calmado como en los que es caudaloso y con piedras. El sentido de propósito es esa cuerda que nos ayuda a continuar a pesar de las caídas y a seguir adelante en momentos de dificultad.
Dos técnicas para encontrar sentido de propósito
Si no lo tiene o no lo ha reconocido, use alguna de las siguientes dos técnicas. La primera consiste en preguntarse qué quisiera que la persona encargada de dar las palabras en su honor el día de su funeral dijera de usted. Esa frase puede ser un motor que le dé luces para saber cómo quiere ser recordado su paso por este mundo. Piense si eso está alineado con lo que hace hoy para vivir, y después del análisis, ajuste las palabras que representan su deseo o ajuste lo que hace en caso de que no haya coherencia.
Otro ejercicio es hacer un listado de todas las actividades que más le gustan en la vida. Mientras más larga sea la lista mejor. De esas subraye aquellas en las que tiene ciertas habilidades. Luego, de las subrayadas, destaque las que considera que el mundo valoraría que usted hiciera y, a su vez, de esas identifique aquellas que además le pagarían por hacer. Ahí puede estar su sentido de propósito. Si de esos 20 mil días le quedan, por ejemplo, cinco o tres mil, recuerde siempre que: “No importa el pasado. Tenemos siempre un futuro impecable para realizar lo que queremos”.