SALUD
El cáncer: una difícil prueba para la pareja
Según la actriz Lorena Meritano, su pareja, el también actor Ernesto Calzadilla, la abandonó porque no pudo acompañarla más a superar su enfermedad.
A diario las parejas tienen que superar varios problemas, pero ninguno los pone tan a prueba como afrontar el padecimiento de una enfermedad grave. No hay nada que los prepare para ello y por eso, en muchos casos, la relación se resquebraja y la mejor alternativa es el divorcio.
el divorcio termina siendo la mejor solución ante una situación tan complicada de manejar.
El cáncer es una de las enfermedades que más pone a prueba la estabilidad de las parejas, por lo complicada y demorada de tratar. La terapeuta Carolina Guzmán explica que cuando llega un diagnóstico difícil, la pareja empieza a vivir con desespero ante el dolor de que la muerte se acerque y esto las lleva a vivir una frustración que hace que prefieran dar un paso al lado.
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Varios estudios han demostrado la alta incidencia que tiene el cáncer en los divorcios. También muestran que las mujeres son el grupo que es mayormente abandonado por su pareja tras el diagnóstico. Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Utah en Estados Unidos, establecieron a través de un estudio con 500 pacientes oncológicas, que estas tenían siete veces más riesgo de separarse. Este aumenta si el cáncer es de mama u ovario. En los hombres, el cáncer de próstata es el que más afecta la relación de pareja.
Entre las razones de estos resultados se pudo establecer que los hombres optan por el divorcio porque se abruman con la situación y no se sienten preparados para cuidar a su pareja, hacerse cargo del hogar y de la familia. “El miedo de la pérdida se acentúa y desarrollan un mecanismo de defensa de proteccionismo hacia sí mismo. No estamos preparados para compartir la adversidad y dejar de lado las expectativas de proyecto a largo plazo con esa pareja”, explica Guzmán.
Entre más jóvenes las parejas son menos resistentes a los cambios que suponen el diagnóstico de una enfermedad grave. Entre estas uniones, la disminución del apetito sexual por los efectos de los tratamientos oncológicos, los cambios hormonales o el humor del afectado, tiene un papel importante en la decisión del divorcio.
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Ante este escenario, lo que los expertos recomiendan es comprensión de parte y parte, unida a buena comunicación. “La pareja debe estar en sintonía y no en defensa de lo que está sucediendo. Entrar en situaciones de desespero, abandono o dejadez no debe ser el camino alternativo”, afirma Guzmán.
“El divorcio no debe ser una alternativa cuando se cree que dejar al otro en paz es mejor a que sufra conmigo la enfermedad”, concluye Guzmán y añade que el paciente debe evitar entrar en situaciones de abandono o ruptura a causa del diagnóstico.
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Es importante que ninguno de los dos bloquee sus sentimientos. Si un enfermo oncológico quiere llorar, que lo haga. Si la pareja quiere expresar su agotamiento por la situación, su miedo a la muerte, debe hacerlo también. Entre los dos se pueden ayudar a superar la tristeza, el dolor o los cambios de ánimo. Esta puede ser una oportunidad para reforzar los lazos de la pareja y conocerse mejor.