SALUD
Diez recomendaciones para lograr balance entre su vida y el trabajo
Andrés Aljure Saab, profesor de felicidad, aconseja sobre cómo lograr un equilibro entre la familia y la oficina para tener buena salud física y mental.
El día de la salud en el mundo del trabajo se conmemora anualmente el 28 de julio desde el año 2001, para promover la salud física y psicológica de los trabajadores. En esa fecha por lo tanto es pertinente hablar del balance vida-trabajo. El tema es importante porque, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) este equilibrio implica la capacidad de combinar con éxito el trabajo, los compromisos familiares y la vida personal. Dicho balance es importante para la salud y el bienestar de todos los miembros de la familia y, en consecuencia, de la sociedad. En especial si se tiene en cuenta que la familia es la base de la misma. Estas son algunas recomendaciones para evitar que el trabajo se apodere de su vida.
1. Evalúe opciones de vivir cerca a su lugar de trabajo. Analice tiempos de traslados, costos de transporte, costos de oportunidad (lo que deja de hacer o ganar por el tiempo de más que destina para movilizarse) y, cuando sus condiciones económicas y de otra índole se lo permitan, tome decisiones al respecto.
2. Precise su propósito de vida. Hágase la siguiente batería de preguntas en el orden respectivo: 1) Qué le gusta hacer en la vida. 2) De eso que le gusta hacer, subraye en qué tiene habilidades y fortalezas. 3) De las opciones subrayadas, encierre en un círculo aquellas que son valoradas y apreciadas por alguien. 4) De las opciones encerradas en círculo, agregue un asterisco a las que cree que le podrían generar dinero. De esta forma usted puede precisar su propósito.
Ahora bien, ¿Qué tiene que ver lo anterior con el balance Vida-Trabajo? Según el modelo BTSA (Benziger Thinking Styles Assessment), cuando usted se dedica a trabajar en cosas que están relacionadas con sus fortalezas, asociadas a su dominancia cerebral, puede llegar a ser 100 veces más eficiente que cuando no lo hace así. Su eficiencia le libera tiempo para mejorar su balance Vida-Trabajo.
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3. Haga “mantenimiento de la maquinaria”. Cuide su cuerpo y atienda las señales que este le da. Duerma y aliméntese bien, descanse y haga ejercicio, hágase chequeos periódicos de salud y actúe en coherencia con los resultados y las recomendaciones médicas.
El impacto de la desatención de las alertas tempranas de su organismo puede fácilmente superar en 10 veces, o mucho más, la inversión de tiempo y dinero que representa atenderlos a tiempo. Tan sólo, y como ejemplo, un espasmo muscular agudo en la espalda puede acarrear varios días de incapacidad, con limitación parcial o total de movilidad. Esta situación normalmente puede evitarse con ejercicio, masajes y posturas adecuadas cuando usted sabe leer, detectar y atender las señales de advertencia. Como afirmó Stephen Covey: “afile la sierra” No es posible que usted dijese que está tan ocupado manejando que no puede echar gasolina.
Respire. La “ciencia de la respiración” tiene enormes evidencia de sus beneficios. El hecho de respirar profundamente tan solo 2 a 4 veces en situaciones de saturación, hará que las neuronas de su cerebro dispongan de más oxígeno para trabajar. Esto redunda en más productividad, pertinencia y mejor uso del tiempo.
4. Defina objetivos laborales y personales de manera apropiada. Cuide, particularmente, que sus metas sean viables según los recursos personales o competencias de tiempo, dinero, información, equipos, permisos y otros que se requieran.
5. Planee y gestione su tiempo. Si tiene dificultades con ello, no lo piense dos veces: tome un curso, busque un mentor o sea autodidacta, ¡pero aprenda a manejar el tiempo! Recuerde: el que no tenga cabeza o habilidad para planear, debe tener espalda para aguantar.
6. Aplique la ley de Pareto. Ante la coyuntura de tener muchas actividades y retos en forma simultánea, para los que no cuenta con todos los recursos, importante es priorizar y escoger los de mayor relevancia frente a su propósito y objetivos. En otras palabras, en relación con el uso de sus recursos como el tiempo, para lograr sus objetivos: “no gaste pólvora en gallinazos”
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7. Haga un uso efectivo de las herramientas y medios con los que cuenta para trabajar y para vivir. Gestione bien sus reuniones, mails, teléfono y equipos. Una compañía ahorró 1.800 horas hombre al año, para un equipo de 8 empleados, con tan sólo mejorar la gestión de sus reuniones de comité semanal, pasando de hacerlas en 6 horas a hacerlas en 2 horas.
En lo referente a las nuevas tecnologías, éstas permiten acortar distancias y tiempos. Recuerde que estas no son malas ni buenas en sí mismas. Lo inapropiado puede ser el uso que hagamos de ellas. Como todo recurso, el tecnológico requiere de especificaciones y acuerdos para su buen uso. ¿Existen en su organización, familia o grupos de amigos protocolos a la medida de las circunstancias sobre el fin, modo y momento apropiados para el uso de las nuevas tecnologías?
8. Aprenda a decir NO. Esto se logra con asertividad: haciéndolo cortésmente, esbozando argumentos y dando alternativas. No se sobrecargue con lo que no puede manejar y no genere falsas expectativas en los demás al decir que sí a algo que debe decir no.
9. Evite la sobrecarga por multitarea. Independientemente de que opte por realizar cosas que por sí solas le gusten, apasionen e interesen, el realizarlas en conjunto y en forma simultánea puede hacer que usted se sature, y les “pierda el sabor”, cuando su capacidad se ve superada. Metafóricamente: si le encantan cada uno de los siguientes platos: bandeja paisa, ajiaco, lechona, asado, pepitoria y ternera a la llanera, ese hecho no evitaría que le agobie o sature el que tuviera que comerlos todos al mismo tiempo, a pesar de que cada uno, en forma individual, le genere gran placer.
10. Trabaje en y con sus relaciones. El 85% del éxito, en la búsqueda de objetivos, está asociado a la automotivación y a las relaciones personales según Zig Ziglar. Trabajar en y con sus relaciones es trabajar en su productividad.