Salud

¿Cómo dejar de fumar?

El cigarrillo es responsable de más de cinco millones de muertes al año. En el día mundial sin tabaco, estas son algunas recomendaciones para dejar este hábito.

31 de mayo de 2016
Lo dañino en el cigarrillo no es la nicotina sino su combustión ya que el humo contiene cerca de 4000 productos químicos de los cuales más de 50 producen cáncer.

Fumar es un hábito que esta íntimamente relacionado con enfermedades cardiovasculares y con cáncer. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cigarrillo causa más muertes que el VIH/sida, la tuberculosis y la malaria juntas. Y no sólo los fumadores están en peligro. Se calcula que más de 600.000 personas están expuestas al humo sin ser fumadores, lo cual también pone en peligro su salud. Por eso las políticas no sólo están enfocadas a que los fumadores dejen ese hábito de fumar, sino también a mantener espacios libres de humo de cigarrillo. 

El tabaco produce una adicción física gracias a la nicotina. Se sabe que esta sustancia genera sensaciones de euforia y  tranquilidad que desaparecen cuando los niveles vuelven a la normalidad. Cuando esto sucede, la única manera de poder sentir lo mismo es aplicar una nueva dosis de nicotina. Sin embargo, lo dañino en el cigarrillo no es la nicotina sino su combustión, ya que el humo contiene cerca de 4.000 productos químicos, de los cuales más de 50 producen cáncer.

Ante este panorama dejar de fumar es crucial para una buena salud. Pero no es una tarea fácil. Requiere de mucha decisión y esfuerzo y por eso varios organismos han creado una serie de estrategias para ayudarlo.

Como dejar de fumar depende del nivel de dependencia que se tiene de la nicotina, los expertos crearon una escala que permite evaluar el grado de adicción de una persona (conozca su escala aquí). Dependiendo de este resultado se puede elegir la mejor forma de dejar el cigarrillo. Si la adicción es fuerte, se recomienda pedir ayuda médica. Si es moderada o leve, se puede dejar de fumar con estas recomendaciones.

Hay dos maneras de hacerlo: de manera paulatina o de una vez por todas. Si se hace lentamente, los expertos recomiendan disminuir poco a poco el número de cigarrillos y fijar una fecha en que se dejará el hábito del todo.

Para cualquiera de las dos maneras es importante que el fumador haya tomado una decisión consciente previa de dejar de fumar. También ayuda hacer un listado de razones por las que se quiere vivir sin el cigarrillo. Puede ser para respirar mejor, mejorar el estado físico o simplemente para ahorrar dinero. Recordar ese listado será clave en los momentos de fragilidad. 

Al iniciar el proceso la persona debe reconocer su vicio y saber cuántos cigarrillos consume al día y en qué circunstancias. Esto es importante porque se trata de un hábito asociado a otros comportamientos y no todas las personas fuman por la misma razón. La mayoría de veces se hace por el entorno o el estado anímico que se tiene, como estrés o aburrimiento. En muchos casos es por costumbre, como cuando se fuma al manejar.

Una vez se tenga esta información, se aconseja reemplazar los momentos de fumar por una actividad saludable. Muchas personas fuman en el momento de tomar licor. Por eso el estilo de vida debe cambiar y la idea es reemplazar espacios como la rumba por lugares donde no se puede fumar como el cine o el teatro.   Tambien puede ser de ayuda masticar chicle, comer una fruta, oír música o leer.

La actividad física es vital en este proceso. Al principio se deben hacer pequeñas caminatas, pero a medida que se deja el cigarrillo es conveniente ir aumentando el nivel. Trotar o montar en bicicleta son buenas ideas pues la adrenalina que produce el deporte reemplaza la nicotina del cigarrillo, lo que hace que el cuerpo necesite cada vez menos el tabaco.

Cuando la persona logra reemplazar todos los cigarrillos haciendo otra actividad es cuando está más vulnerable a recaer. En ese momento se ebe evitar tener cerca cajetillas, encededores o ceniceros, para alejar la tentaciòn. Cada día es importante en el proceso de abandono del tabaco y por eso se recomienda al despertar cada mañana, por muchos meses, mantener la idea firme de no fumar. Las situaciones que generan estrés siempre van a existir, por eso se aconseja tener una estrategia para lidiar con este tipo de situaciones para que cuando se presenten, no haya necesidad de recurrir al cigarrillo.

Pocas personas requieren manejo médico para dejar de fumar, pero de necesitarlo, todas las EPS cuentan con programas enfocados en la rehabilitación de pacientes con problemas de adicción. Son equipos multidisciplinarios donde especialistas llevan cada caso, y de ser necesario, utilizan fármacos para ayudar a dejar el cigarrillo. Si cree que su dependencia al tabaco es fuerte y que sólo no puede dejar de fumar, consulte al médico.

El tabaquismo es una enfermedad como cualquiera otra y sus secuelas se pueden prevenir cuando se toman medidas a tiempo. Intentarlo vale la pena. A los cinco años de vivir sin cigarrillo un exfumador recupera la capacidad física de una persona que nunca ha fumado. No hay que esperar a sufrir un infarto o ser diagnosticado de cáncer para tomar esta decisión. Aunque parece una tarea difícil, cualquiera que quiera puede dejar atrás este mal hábito.