Vida Moderna
Consejos para prevenir y evitar la acidez estomacal
Actualmente, el 20 % de la población mundial padece de reflujo gastroesofágico.
Evitar comidas con alto contenido de grasas y salsas, tomar café y chocolate, comer cebolla o cosas picantes, además de evitar el alcohol, son algunas de las recomendaciones más frecuentes que se dan a las personas cuando sufren de reflujo gástrico.
Un padecimiento que aunque su síntoma más común es el ardor o acidez estomacal, tiene otros como las náuseas y vómitos, el regurgitar de los alimentos ingeridos, además de la tos, el dolor de garganta y hasta mal aliento.
De acuerdo con Santiago Rojas, médico especialista en cuidados paliativos oncológicos y medicina integrativa, “uno de los problemas del mundo moderno se relaciona con el retorno del alimento y los jugos gástricos por el esófago, incluso por la cabida oral. Esto genera molestias digestivas, trastornos al nivel de la garganta, alteraciones de la comunicación y deben ser corregidos con una dieta saludable”.
Conviene subrayar que actualmente el 20 % de la población mundial sufre de reflujo gastroesofágico, un padecimiento que está comúnmente asociado con la acidez y la indigestión. Y que debe ser tratado no solamente con medicamentos, sino también con buenas posturas y acciones saludables.
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El reflujo gastroesofágico se produce cuando el contenido gástrico pasa del estómago al esófago, por lo que es importante mantener elevada la parte superior del cuerpo mientras se duerme.
Por lo anterior, expertos en medicina gastrointestinal han publicado algunos consejos para prevenir y evitar la acidez estomacal, algunos de ellos son:
1. Mantener un peso corporal saludable
Un análisis médico dirigido por el especialista en enfermedades de estómago, Jesper Lagergren, del Instituto Karolinska de Estocolmo, reveló que la enfermedad por reflujo gastroesofágico afecta cerca del 22% de las personas clasificadas como obesas, en comparación con el 14 % de las que no lo eran.
Después de comer, un esfínter muscular ubicado en la parte inferior del esófago se abre para permitir que los alimentos entren en el estómago, y posteriormente se cierra para evitar que regresen. Por lo tanto, se debe recordar que un abdomen demasiado grande puede ejercer una presión excesiva sobre el esfinter e impedir que se cierre cuando debería hacerlo, permitiendo que el ácido del estómago se filtre al esófago.
2. No fumar
El equipo dirigido por Lagergren descubrió que el tabaco puede prolongar el tiempo que tardan los alimentos ácidos en salir del esófago. En el análisis de 30 estudios, la enfermedad por reflujo gastroesofágico afectaba a cerca del 20 % de los fumadores, frente al 16 % de personas que no consumían nicotina.
3. Ejercitarse
Adicionalmente, el análisis médico determinó que quienes realizaban actividad física de forma moderada y vigorosa en un promedio de 30 minutos al día eran menos propensos a desarrollar síntomas relacionados con el reflujo gastroesofágico.
4. Reducir el consumo de café, té y gaseosa
De acuerdo con los expertos, el riesgo de padecer gastritis se redujo para las personas que no consumían más de dos tazas de café, té o refrescos al día. Lo anterior, debido a que este tipo de bebidas pueden ser agresivas e irritantes para la mucosa del tacto digestivo.
En el caso particular de las gaseosas, estas estimulan la producción de más ácido en el estómago, relajando los esfínteres esofágicos y el píloro, permitiendo que los residuos sólidos de los alimentos lleguen a otros órganos diferentes al estómago.
5. Llevar una dieta saludable para el corazón
Para concluir con los consejos que previenen y evitan la acidez estomacal, se debe destacar la importancia de seguir una dieta de estilo mediterráneo, con frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y poca carne roja y grasas saturadas.
Sin embargo, la gastroenteritis también puede ser un problema genético e influye en el riesgo de padecer reflujo, por lo que las personas con este antecedente familiar harían bien en evitar los riesgos señalados con anterioridad. Estos consejos, también ayudará a quienes los practiquen a protegerse de las principales enfermedades mortales, como cardiopatías, diabetes y muchas formas de cáncer.