SALUD

Coronavirus: el enemigo eres tú

Muchos creen que el riesgo de contagio está en los aviones o en las multitudes, pero en realidad está en el comportamiento de cada cual.

16 de marzo de 2020
| Foto: SEMANA

Mucho se ha dicho sobre la importancia de la distancia social para evitar el contagio de coronavirus. Algunos creen que esto implica no hablar con gente en la oficina o no interactuar con extraños en el mercado. Pero no sienten la necesidad de distancia social con la propia familia. El aislamiento significa quedarse en casa solo con los que viven allí, no hacer asados ni fiestas ni ir a visitar a los abuelitos. De no hacerse bien todo el proceso estaría viciado.

El caso de Teresa Rodríguez ilustra lo anterior. Ella organizó el sábado 14 una fiesta en su casa con 30 personas para celebrar el cumpleaños de su novio. A la reunión solo fueron familiares: papás, hermanos y primos, uno de los cuales está casado con la enfermera de un hospital en Bogotá. Aunque la enfermera no estuvo en la fiesta, todos saludaron felices el hecho de que el primo hubiera aparecido en el lugar.  

Al día siguiente, sin embargo, los asistentes a la celebración se enteraron de que la enfermera esposa del primo estaba en su casa en aislamiento por sospecha de coronavirus. Resulta que la semana anterior ella había atendido a una paciente que luego dio positivo para este patógeno. La familia entró en pánico.

A Teresa el jefe le dijo que trabajara desde la casa y llamara al 113 para ver si su caso ameritaba una prueba de coronavirus, “pero los demás se fueron a sus trabajos porque son personas independientes que no pueden trabajar remotamente”.

El nuevo coronavirus, según lo han reiteraron los infectólogos, es tremendamente eficaz en su contagio. La gente infectada lo transmite a través de las gotas pequeñas que salen al estornudar, toser o simplemente al hablar y que pueden caer incluso a 2 metros de distancia en superficies como el cobre, el cartón, plástico, acero inoxidable es decir sobres, mesas, manijas, cubiertos, envoltorios. Además, está latente en el aire por 3 horas. También puede estar en la cara y por eso se ha pedido a la población que cambie el saludo de beso de estrechar la mano por uno en el que no haya contacto. 

Es posible que Teresa ni los asistentes a la fiesta estén contagiosos pero el riesgo que corrieron fue alto. 

Por eso en Estados Unidos se han tomado la medida de evitar reuniones de más de 10 personas. Pero según reveló el médico infectólogo Guillermo Prada en entrevista con el diario el Tiempo, ese número para él ya es una multitud. “Yo no iría a ningún sitio donde haya grupos de pequeños de personas”. Tampoco se montaría en un avión y señala que esas pequeñas decisiones que cada cual hace para evitar el contacto social, determinan el impacto de la pandemia. “Tenemos que cambiar nuestra actitud, nuestra manera de comportarnos, nuestra manera de ser de relacionarnos con los demás”, dijo a María Isabel Rueda. 

Esto ayuda a proteger a la población más vulnerable que es la mayor de 60 años y especialmente la mayor de 80. Como lo ha dicho infinitas veces Prada con la influenza, hay que quedarse en la casa y decirles a los miembros de la familia que protejan a esos ancianos porque son ellos mismos, los miembros de la familia, los que pueden contagiarles la enfermedad. 

Las fiestas y reuniones, así sea con familiares y amigos muy cercanos, hoy deberían esperar. Esos eventos como celebraciones de cumpleaños y fiestas de grado se pueden posponer sin problemas. La necesidad de evitar que el coronavirus llegue a picos epidémicos como los de Italia y España, no.