Salud

“Controlar la epidemia está en nuestras manos”

El neumólogo Fabio Varón explica la importancia de que, tanto gobierno como ciudadanía, sigan con rigurosidad el plan de contención. Dice que no hay que caer en pánico, pero sólo la conciencia social evitará que el país entre en una crisis sanitaria.

14 de marzo de 2020
| Foto: SEMANA

En la última semana la preocupación por el impacto del coronavirus en Colombia creció más que nunca. Con la confirmación de más de una decena de infectados en el territorio, parece inminente que, tarde o temprano, el país entrará en un ciclo similar al que ya experimentaron China, Corea del Sur, Italia o Estados Unidos.

Pero no todo son malas noticias, como explica a SEMANA el neumólogo Fabio Varón, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Programa de Trasplante Pulmonar en La Fundación Neumológica Colombiana, todo depende de qué tan rigurosos sean el gobierno y la ciudadanía, a la hora de seguir las lecciones que ya han dejado otros países. 

Para el experto, si bien es cierto que la tasa de mortalidad es muy baja y el 85 por ciento de la población no presentará complicaciones, el aprendizaje clave es que entre más tarde se tomen las medidas de contención, más difícil será controlar el virus a largo plazo. Aunque para muchos la cuarentena, el teletrabajo y la cancelación de eventos resulta exagerado, todo demuestra que “disminuir el número y la intensidad de la transmisión de la infección, evitará que el sistema de salud colapse”.  

Esto resulta clurcial porque como ya se ha visto, la pequeña proporción de gente que muere del covid-19 lo hace no por la gravedad del virus sino porque “los sistemas de salud no logran garantizar un servicio que evite esas complicaciones respiratorias”, dice.

En esta entrevista, el experto también explica la razón por la cual las personas mayores, diabéticas y que suelen estar medicadas para tratar otras enfermedades tienen más riesgo de morir. Según él, lo que ocurre es que sistema inmunitario no responde de la forma esperada y ante el ingreso del patógeno, las defensas atacan a órganos como el pulmón o el corazón hasta el punto de que los inflaman o impiden que el oxígeno llegue a la sangre. 

SEMANA: ¿Cómo ataca el covid-19?

Fabio Andrés Varón: Lo que hemos aprendido en estos meses es que muchos de los pacientes pueden tener el virus en su cuerpo pero no desarrollar síntomas.Y entre ese número de pacientes, y los que desarrollan síntomas leves, está más del 85 por ciento de la población. Por leves me refiero a que se pueden manejar los síntomas con analgesia, líquidos, acetaminofén y no es necesario que consulten a los centros hospitalarios, sino que deben cumplir las medidas de aislamiento social y de autocuidado. Hay otro 15 por ciento que  que requiere hospitalización y un uno por ciento que desarrolla complicaciones severas.

SEMANA: ¿Cual es la respuesta del cuerpo? 

F.V: Como sucede con otros virus, el sistema inmune lo reconoce si la persona tiene una vacuna o ha tenido una infección parecida. En esos casos las defensas ya saben exactamente qué hacer. Pero si no es así, el cerebro empieza a generar una respuesta muy generalizada para tratar de controlar la infección. En la mayoría de los casos el sistema inmune va a lograr atacar la infección el solo, pero algunos pacientes cuyas condiciones previas no lo permitan, no lo lograrán. Aquí entran pacientes con enfermedades cardíacas, enfermedades respiratorias o que tengan algún inmunocompromiso, como los diabéticos o los pacientes con cáncer que reciben medicamentos para controlar su enfermedad.

SEMANA: ¿Qué sucede en esos casos en los que el virus resulta letal?

F.V: Hay dos opciones. La primera tiene que ver con que el sistema inmune responde de una manera tan agresiva que lesiona directamente el corazón, el pulmón, el riñón u otro tipo de órgano. Y la segunda tiene que ver con que hay algunas personas que no se logran defender de manera adecuada y el virus directamente genera una lesión pulmonar tan severa que hace que evolucione de manera inadecuada. Las complicaciones que se presenten depende mucho también del órgano que se comprometa. Se ha comprobado que los más afectados por el covid-19 son el pulmón y el corazón. 

SEMANA: ¿Cómo los compromete? 

F.V: En el caso del pulmón las defensas del cuerpo lo atacan y  lo empiezan a inflamar, allí generan una condición que se llama  síndrome de distrés respiratorio agudo (SRA) y es que el órgano se vuelve incapaz de garantizar que el oxígeno que llega a él pase a la sangre.  Para ese tipo de compromiso no hay un tratamiento específico. Lo que hacemos es llevar a los pacientes a las unidades de cuidado intensivo y ayudarles a respirar a través de ciertos dispositivos, como los ventiladores mecánicos, para que soporten el pulmón mientras la enfermedad se resuelve. En cuanto al caso cardíaco, puede ocurrir porque el corazón se inflama y se produce una condición que se llama miocarditis y esa puede hacer que el corazón falle. También puede ocurrir que la enfermedad pulmonar sea tan severa que empieza a exigir que el corazón funcione más de lo que habitualmente hace y el órgano empieza a disfuncionar. Por eso las personas que tienen una enfermedad pulmonar previa o  una enfermedad cardiaca tienen complicaciones. No tienen una reserva para poder responder cuando se produce ese incremento en la necesidad de su trabajo.

SEMANA: Muchos dicen que el covid-19 es una gripe más. ¿Es verdad o es una falsa ilusión? 

F.V:  En algunos sitios se le ha querido dar un carácter apocalíptico,  pero no es así. El covid-19 es una enfermedad infecciosa, viral, que no tiene tratamiento específico y que si se suman los pacientes que no requieren hospitalización, los asintomáticos y los que se recuperan, podemos hablar de un 98 por ciento casos con buen desenlace. Cual es el punto crucial y con lo que hay que tener cuidado: no ser extremista, pero tampoco hacer como si no pasara nada. Decir que es un resfriado común, tampoco es cierto. Lo importante en este momento de pandemia es lograr que el número de pacientes que desarrollen la infección y que tengan que asistir a los centros de salud sea limitado. Evitar que haya un alto número de pacientes y que ese número pico se de en un lapso muy corto, porque eso implica que el sistema de salud no tenga la capacidad de respuesta. 

SEMANA: ¿Cómo lograr eso? 

F.V:  Uno de los objetivos es aplanar la curva, es decir, disminuir el número y la intensidad de la transmisión de la infección, esto para que el sistema de salud tenga capacidad de respuesta. Muchas de las personas que tienen complicaciones severas no las tienen por la gravedad del virus, obedece a que el sistema de salud, como en los casos de China o Italia, no han logrado garantizarles su atención. La gente se muere por hipoxemia, incapacidad del pulmón de transmitir el oxígeno a la sangre, o por que el corazón falla, o porque genera infecciones adicionales que se suman a la infección previa. Hay que buscar que nuestro sistema de salud logre brindar la atención a ese grupo que lo necesita. Y eso sólo se logra través de las medidas de contención. Esa es la única manera de disminuir el número de pacientes y de desenlaces fatales. 

SEMANA: ¿Qué lecciones nos dan países como China o Italia? 

F.V:  China cuando recibió la infección no estaba preparada, no sabía lo que venía y lo que eso demostró fue que las tasas de ataque fueron muy elevadas. Por ejemplo, en los trabajadores de salud las tasas estaban sobre un valor de 500 y tan pronto como el país estableció medidas de contención adecuadas y firmes bajaron al menos del 2 por ciento. Eso demuestra que hay un éxito importante cuando las personas toman conciencia de la situación y las medidas de autocuidado se establecen de manera rigurosa. Poder bajar más del 500 al dos por ciento es impresionante. Demuestra que lo podemos controlar y que debemos prepararnos para eso.  La medida fue exitosa en los trabajadores de la salud, pero también en las personas de alto riesgo la mortalidad también cayó dramáticamente. China nos ha enseñado que las medidas de contención entre más temprano se implementen, tienen mejores resultados.

SEMANA: ¿Y el caso de Italia?

F.V:  Italia tiene una región que está muy afectada en este momento, donde la población es de adultos mayores. Su caso demuestra que las medidas de contención en la fase inicial no tuvieron la rigurosidad que se requería para evitar enfermedades severas. Pero seguro va a pasar por lo mismo que China, una vez efectuadas las medidas rigurosas, empezarán a caer los números. Nosotros deberíamos tomar como lección que, más allá de las indicaciones del gobierno, sin la participación de la población y sin la conciencia social que amerita un problema como este, no lo vamos a lograr contener. El gobierno y las autoridades sanitarias pueden tomar muchas decisiones pero si nosotros como ciudadanos no tomamos conciencia de que, literalmente, en nuestras manos está evitar la transmisión, probablemente tendremos problemas más serios. 

SEMANA: En los últimos días ha quedado la sensación de que  hay una lucha entre la economía y la salud. ¿Qué debe primar? 

F.V:  Tomar decisiones para contener el virus implica varios factores, entre ellos sociales, culturales, políticos y económicos.Los médicos, académicos, científicos y las personas que están en el día a día de la atención, orientan sobre las recomendaciones desde el punto de vista clínico y como estas deben ir enfocadas a la fase más temprana. Eso debe articularse con las políticas de salud pública, con las políticas económicas y con el impacto que puede tener a nivel social. Yo creo que lo importante es que el trabajo interdisciplinario entre todos permita tomar las mejores decisiones, al final terminará primando el beneficio en salud, el beneficio de proteger a las poblaciones, especialmente a los más vulnerables, pero fundamentado en los impactos que pueda tener.

SEMANA: En Wuhan la medida se dio cuando tuvieron 400 casos oficiales, y eso ayudó. Pero en el mundo occidental no está pasando, parece que por proteger la economía. ¿Deberíamos tener menos miedo de la cuarentena? 

F.V:  El momento oportuno de tomar la decisión sobre las medidas de contención rigurosas como cierre de fronteras o cuarentena es clave.  Si vemos lo quea pasado en países como Singapur o Japón que la curva de ascenso no se ha presentado sino ha sido plana comparado con Europa o Estados Unidos, vemos que sí hace diferencia. La decisión de fortalecer esas medidas debe ir de la mano con las políticas de salud pública y la detección de los casos importados. Todos los casos en Colombia son importados o de contacto directo con algunas de las personas que llegaron con la infección. Es decir, transmisión comunitaria del virus o circulación del virus por fuera de ese grupo no ha existido. Ese cordón de seguridad se debe mantener y se deben extremar las medidas de seguridad para evitar una epidemia de alta intensidad. Probablemente en el momento en que se establezca que ese cordón se rompió las medidas  cambiarán. Las políticas no serán de contención sino de mitigación y obligarán a que se tomen decisiones mucho más estrictas. 

SEMANA: ¿Qué le parecen el teletrabajo, cerrar colegios o cancelar eventos multitudinarios?

F.V: Yo creo que las políticas que se han tomado de limitar el contacto social para disminuir la transmisión comunitaria del virus son correctas. Desafortunadamente eso choca un poco con las libertades individuales pero si no se hace así probablemente, en algunas semanas o meses tendremos que enfrentarnos a situaciones más difíciles. Creo que el objetivo es que las medidas sean graduales, en función de lo que vayan mostrando los modelos matemáticos de cuándo será el pico en Colombia. También hay que entender que en nuestras manos está controlar que aparezca la epidemia de alta intensidad en el país. 

SEMANA: ¿Cuando durará? 

F.V:  Probablemente se volverá endémica. Tendremos casos por muchos meses e incluso años, la clave está en que necesitamos tiempo para poder garantizar que el sistema de salud atienda a los pacientes cuando se presenten casos frecuentes o de alta intensidad. Y posteriormente que se logren desarrollar vacunas y medicamentos para un tratamiento oportuno. Pasará lo mismo que con la influenza H1N1, con la que tuvimos un pico entre 2009, 2010, 2011, pero luego hubo una caída, vinieron las vacunaciones masivas y hoy en día tenemos casos pero ya no con desenlaces fatales y que se pueden controlar de una manera más adecuada.

SEMANA: ¿Qué tiene que pasar para que el virus se vuelva endémico? 

F.V:  La diferencia entre epidemia y endemia es que la primera representa el pico de un alto número de casos cuando no teníamos un histórico de ese tipo de infección. El endémico representa un corredor con un número de casos promedio y habituale. Poder llegar a ese punto va a tomar tiempo. China, que es el referente, parece estar entrando en la fase de endemia tras cuatro meses. La diferencia de países con Colombia es que no esperamos que haya un pico tan alto porque deberíamos actual anticipadamente, pero eso depende de las intervenciones del gobierno y también de las actitudes de los ciudadanos. Si logramos hacer eso, lo esperado es que en un tiempo similar al de China la alta tasa de transmisión sea baja y entremos en un corredor endémico. 

SEMANA:  En su opinión, ¿Qué tanto hay que limitar las actividades sociales?

F.V:  Las medidas de aislamiento social siempre van a generar polémica porque no estamos acostumbrados ni tenemos porqué aceptar el límite de nuestras libertades individuales, sin embargo, en situaciones como estas nos vemos obligados a tener conciencia social, respeto por nosotros y por los demás, para tratar de evitar que se nos salga de las manos. Dependiendo de cada área, oficio o familia, cada uno puede modificar cosas para contribuir. Hay personas que no necesariamente tienen que ir a la oficina. Nosotros los médicos no podemos quedarnos en la casa, pero probablemente la educación que brindemos a los pacientes sobre cuándo acudir a urgencia  o no, servirán para reducir el impacto. Si nos vacunamos contra la influenza podemos disminuir la carga de los servicios de salud, porque el número de consultas va a disminuir. 

SEMANA: ¿Qué recomienda? 

F.V: Lo que siempre hemos debido hacer. Evaluar a conciencia si hay que ir a urgencias o no. La capacidad de discriminar cuándo hacerlo va a condicionar que tengamos éxito o no en el control del virus porque si colapsamos el sistema probablemente no vamos a poder detectar de manera oportuna a esos pacientes de alto riesgo oque tiene complicaciones.   Si está enfermo usar tapabocas, lavarse la manos. Alrededor de cada uno hay muchos factores que podemos modificar. Esos factores al final van a definir si hay un desenlace adecuado o no. Un punto importante es entender que no nos debemos movilizar hacia un solo centro de atención ante los síntomas. Todos los centros hospitalarios están en capacidad de enfrentar la atención inicial inmediata y  una vez allí se definirá cual es el nivel de atención hospitalaria que requiere el paciente. Si todos nos movilizamos a una o dos instituciones probablemente el sistema va a colapsar. Esto es un compromiso interinstitucional tanto de la red pública como de la red privada y en eso estamos comprometidos. 

SEMANA:  ¿Qué le dice a los jóvenes que se creen invencibles? 

F.V:  Es importante saber que aunque hay perfiles con más riesgo de coronavirus, toda la población puede adquirir la infección y en un caso determinado presentar complicaciones. Las medidas de prevención deben ser universales para todos, no solo para adultos mayores o pacientes con enfermedades previas.Los adolescentes y jóvenes sobre todo tienen el riesgo de transmitir la infección. 

SEMANA: ¿Piensa que todo lo de la bolsa es más pánico que otra cosa? 

F.V:  El pánico que ha generado la crisis es demasiado. Hay países en donde los supermercados están vacíos. En ocasiones el miedo hace  mucho más daño que lo que puede hacer la epidemia y hay que encontrar un punto de equilibrio. No hay que tener pánico pero tampoco relajarse, eso significa que hay que cuidarnos e implementar las medidas de autocuidado y de prevención ya mencionadas. 

SEMANA:  ¿Colombia ha actuado bien? 

F.V:  Las medidas de prevención establecidas por el sistema de salud público en Colombia van en concordancia con lo que está sucediendo, pero debemos estar alerta a que si el número de casos  aumenta y tenemos se podrían quedar cortas. Por eso hay reuniones diarias en los ministerios, en las secretarías de salud para establecer en qué momento es necesario fortalecer las medidas.  Habrá que hacerlo en algún momento para evitar problemas como los de china o Italia. 

SEMANA: ¿Qué pasa con la cura? 

F.V: En este momento un tratamiento efectivo y comprobado para la cura del coronavirus no existe. Hay muchos estudios que se están desarrollando y hay varios medicamentos que ya han mostrado cierta efectividad en grupos poblacionales. Países como España han tomado la decisión de usarlos en pacientes cuya severidad de infección pone en riesgo, pero están bajo un rango de incertidumbre. En este momento no hay tratamiento eficaz.