NACIÓN
Crianza: ¿Cómo manejar una pataleta?
Es necesario saber cómo actuar frente a una pataleta o acto de rebeldía para evitar reacciones inadecuadas al momento de corregir en la crianza de los menores de edad.
Una pataleta es una reacción que puede tener una niña o niño pequeño cuando encuentra que lo que quiere, siente o piensa va en contra de lo que el adulto, padres o responsable del menor, en su posición de autoridad, también quiere, siente o piensa.
Recordando que en Colombia el castigo físico y denigrante a niños, niñas y adolescentes está prohibido, según el proyecto de ley 320 aprobado por la plenaria del Senado el pasado marzo de este año. Esta ley establece que “Se prohíbe el uso del castigo físico, tratos crueles, humillantes o degradantes y cualquier tipo de violencia como método de corrección”.
Por ello, ante un comportamiento rebelde, la especialista en Crianza y Parentalidad, Fernanda Restrepo, quien también es activista, influenciadora y directora del proyecto ‘Ni Una Palmadita’, espacio en donde brinda asesoría y pautas de crianza respetuosa a padres y madres de Colombia y América Latina, comparte pautas claves para que los padres puedan manejar una pataleta sin golpes, gritos ni malos tratos:
Establecer Límites. Es necesario establecer las normas y reglas con los menores de edad en primera persona y de forma descriptiva. Frases como: “no permito que me golpees”, “Acordamos que tan pronto suene la alarma apagamos el televisor” o “No compraremos un juguete el día de hoy”.
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Acompañar las emociones. Es importante describir los sentimientos, deseos o pensamientos que pueden notarse en los niños. Esto sin consolar, anular, preguntar, negar, regañar o manipular.
Esto es útil para acompañar con la intención de conectar y entender las emociones. Utilizar frases como: “Te dio rabia porque te quité el control del televisor”, “te sientes frustrada porque no sabías que ibas a querer ver más televisión después de que sonara la alarma”, “Te entiendo, cuando no puedo comprar algo que me gusta también me siento irritada y frustrada”.
Enseñar lo que sí se puede hacer. Restrepo explica que “en lugar de sólo decirte que no debes pegar y todas las consecuencias que de seguro ya has escuchado, tu hija/o también necesita ideas y oportunidades de crecer en lugar de sólo prohibiciones”.
Ante este panorama, la experta comenta algunas formas de hablar cuando sucedan estas situaciones: “no puedes pegarme, pero podemos aplastar plastilina / rayar una hoja / gritar a una almohada”, “ahora que terminamos de ver la televisión podemos leer un cuento”, “sé que es aburrido acompañarme de compras y no tener un juguete… podemos sentarnos un rato a hablar y dejar salir esas emociones” y “¿Quieres un abrazo o prefieres llorar un ratito?”.
Restrepo afirma que la clave principal para manejar una pataleta está en los padres. “Tú le ‘prestas’ tu cerebro que piensa a través de lo que llamamos acompañamiento emocional que implica activar tu empatía, es decir, tu capacidad de ponerse en el lugar de tu hija/o con la intención sincera de entender cómo ve el mundo. A través de sus ojos y no de los tuyos”.
La experta Restrepo explica que es un proceso que, aparte de que cambia el estilo de crianza, de comunicación y de ejercicio de la autoridad, requiere práctica y puede llegar a ser agotador mentalmente.
Sin embargo, también afirma que este proceso, aunque requiere tiempo y dedicación, puede llegar a tener cambios que fortalecerán la relación entre padres e hijos. Además, dichas claves sirven para establecer las bases para el óptimo desarrollo y prevención de abusos físicos, sociales, emocionales, etc.