SALUD
Cómo comprar medicinas
Frente a la crisis que los sistemas de salud enfrentan, se vislumbran nuevos enfoques para darle solución al dilema de la falta de presupuesto y la necesidad de cobertura.
Si usted fuera el ministro de salud de alguno de los países de Latinoamérica y tuviera que decidir sobre la entrada de nuevos medicamentos para ser financiados por el sistema, ¿qué aspectos tomaría en cuenta para repartir un presupuesto limitado? ¿Evaluaría de acuerdo al costo-beneficio de los tratamientos o el dinero no sería la variable más determinante y decidiría, por ejemplo, según otros factores como cuán innovadora es una medicina? Esas preguntas se las hacen a diario los responsables de manejar los recursos de los sistemas sanitarios del mundo en un intento para superan la crisis financiera en la que está sumido el sector.
Le puede interesar: Los cinco retos de la salud en Colombia
La mayoría de los sistemas de salud basan sus criterios para la inclusión de medicamentos y tecnologías en el método del costo-beneficio, es decir cual medicamento me da mayor eficacia por el precio que se paga. Sin embargo, ese enfoque se está quedando corto si se tiene en cuenta que cada vez habrá más enfermos debido al envejecimiento de la población y que estos van a padecer principalmente enfermedades crónicas no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes, que son las más costosas.
Para salir de ese paradigma, tanto los productores de tecnologías como los financiadores, los pacientes y los gobiernos están considerando otra alternativa que se conoce como el análisis multicriterio (MCDA por sus siglas en inglés). Para algunos es una manera más adecuada de repartir los recursos. “Lo que el MCDA permite es ampliar la mirada. Ya no solo es una cuestión de analizar la plata frente a un resultado, sino de considerar variables como las preferencias de los pacientes, el impacto presupuestario, aspectos éticos y sociales que van más allá del resultado sanitario", explica Esteban Lifschitz, director de la carrera de Especialista en Evaluación de Tecnologías Sanitarias de la facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Recomendamos: El POS deja de existir y es reemplazado por un nuevo sistema
Alemania y Francia son los países que mejor han implementado este análisis porque le dan prioridad al beneficio clínico y al carácter innovador de las tecnologías y no solo al costo. “El análisis multicriterio esencialmente requiere voluntad política para su aplicación”, opina Juan Carlos Trujillo, director de Operaciones y Política Internacional de Fifarma. “El MCDA permite un análisis muchísimo más completo de cada reto en salud en específico y se va a poder hacer un uso óptimo de los recursos con beneficios para la población que requiere medicamentos que pueden ser innovadores”, añade.
Colombia es uno de los países de Latinoamérica que mayores esfuerzos hace para implementar el análisis multicriterio en el sistema de salud. En opinión de Lifschitz, el caso del país es interesante porque “no solo tiene a la agencia regulatoria (INVIMA), sino que tiene el IETS (Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud) que está haciendo un trabajo muy serio con las recomendaciones basadas en la evidencia para el ministerio que las adopta totalmente”. La mayoría de países en la región no cuentan con entidades evaluadoras de ese estilo.
Adicionalmente, en muchos casos ya se está implementando el análisis MCDA. “En Colombia, la efectividad y seguridad comparativas son más importantes. El elemento costo no va primero”, explicó Aurelio Mejia, representante del IETS durante su intervención en el Congreso de la Sociedad Internacional de Farmacoeconomía e Investigación de Resultados (ISPOR), que se llevó a cabo el pasado mes de septiembre en Sao Paulo, Brasil y que reunió a expertos del mundo que discutieron sobre la mejores estrategias para tomar decisiones sanitarias.
Puede leer: La crisis de las EPS que está dejando a miles de colombianos sin servicios de salud
En el congreso también se discutió sobre la necesidad de que todos los involucrados en el sistema, no solo el gobierno, participen en la toma de decisiones para la compra de medicamentos que a la final van a beneficiar a todos. Esto hace más transparente el proceso y ayuda a que las personas estén más involucradas con el cuidado de su salud.