SALUD
¿Cuál es la forma correcta de consumir el ajo y qué beneficios tiene?
Este alimento es rico en minerales como calcio, cobre y potasio y en vitaminas B6 y C,
El ajo se ha convertido en un ingrediente tradicional, que se utiliza en la elaboración de recetas saludables, gracias a que es uno de los alimentos con más propiedades demostradas.
Información del portal Healthline indica que se trata de una planta que ofrece diversos beneficios saludables para el organismo y la mayoría de ellos están relacionados con los compuestos de azufre que se forman cuando se cortan, trituran o mastican los dientes de ajo crudo.
Uno de los más reconocidos es la alicina, que ofrece propiedades antibióticas, pero también contiene disulfuro de dialilo y s-alil cisteína. Según este sitio web, estos compuestos ingresan al cuerpo desde el tracto digestivo y viajan por todo el organismo, ejerciendo sus efectos biológicos.
En diferentes culturas el ajo es utilizado para tratar diversas patologías relacionadas con el corazón y el sistema sanguíneo, como presión alta, colesterol elevado, enfermedades de las arterias coronarias, ataques al corazón y la arteriosclerosis.
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Se trata de un alimento rico en minerales como el manganeso, selenio, calcio, cobre o potasio y en vitaminas B6 y C, tiene pocas calorías y se aconseja incluirlo en el marco de una dieta equilibrada. Es un alimento que puede sofreírse, picarse y añadirse a salsas, sopas, guisos, carnes, verduras o pescados. Sin embargo, como se mencionó anteriormente es al ajo crudo al que se le reconocen más bondades.
Según un artículo publicado en el diario La Vanguardia, de España, los ajos crudos no tienen contraindicaciones importantes en dosis normales, excepto para personas a quienes les produce irritación de estómago o alergia. También es importante estar atentos porque puede contrarrestar el efecto de medicamentos para la circulación sanguínea, debido a que es un potente anticoagulante.
Por otro lado, indica la misma publicación, se ha determinado que puede disminuir la efectividad de fármacos como el saquinavir, utilizado en el tratamiento del VIH.
Si bien lo ideal es consumirlo crudo, es importante no tragarlo entero. La manera indicada de ingerirlo es machacarlo o cortarlo en láminas finas y, si se quiere suavizar un poco el sabor, mezclarlo con aceite de coco, nuez, oliva o lino.
Una publicación del medio digital Business Insider indica que un diente de ajo crudo apenas tiene cinco calorías, brinda 0,2 gramos de proteína y un gramo de carbohidratos.
El portal de bienestar y salud Tua Sáude destaca las siguientes bondades de este alimento:
1. Combate virus, bacterias y hongos: La alicina que contiene le confiere una acción antimicrobiana, inhibiendo el crecimiento y la proliferación de bacterias, virus y hongos. Inclusive ayuda a eliminar las toxinas y bacterias patogénicas que afectan la flora normal del intestino, siendo útil para tratar los parásitos.
2. Aliado del corazón: El ajo ayuda a reducir los niveles de colesterol “malo” LDL y los triglicéridos en la sangre debido a que inhiben su oxidación, reduciendo así el riesgo de sufrir aterosclerosis. Asimismo, disminuye la presión arterial alta debido a que ejerce un efecto hipotensor y favorece la circulación de la sangre.
3. Antiinflamatorio natural: Gracias a la alicina y a sus antioxidantes, el ajo disminuye la respuesta inflamatoria en el organismo que es causada por diversas enfermedades. Asimismo, sus compuestos sulfurados le proporcionan propiedades analgésicas y modulan la respuesta del sistema inmune.
4. Problemas respiratorios: Este alimento estimula las funciones respiratorias gracias a sus propiedades expectorantes y antisépticas, facilitando la respiración, por lo que su uso es recomendado para tratar la gripa, tos, resfriados, ronquera, asma, bronquitis y afecciones pulmonares.
5. Salud cerebral: Como resultado del poder antioxidante y antiinflamatorio, que le proporcionan la alicina y los compuestos sulfurados, y gracias a su contenido de selenio y colina, el consumo frecuente de ajo podría proteger las células del cerebro y disminuir el daño causado por los radicales libres, los cuales están relacionados con el surgimiento de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y la demencia.